Investigadores de la Universidad de Granada abren un sepulcro sellado hace cinco siglos para buscar pistas sobre el origen de Colón
UGR
Se extraen los restos de un religioso para cotejarlos con los resultados obtenidos de los huesos del almirante, su hermano y su hijo
Cuatro huesos del tamaño de una almendra para descifrar el enigma del origen de Colón
Nuevo paso para desvelar el misterio de los orígenes de Cristóbal Colón, enigma en el que la Universidad de Granada tiene un papel clave gracias a sus investigadores. Las pesquisas -en las que participan activamente los científicos del grupo del catedrático de Medicina Legal y Toxicología de la UGR José Antonio Lorente- prosiguen y, tras hacerse hace unos días con restos humanos extraídos del cementerio de Poio, en Pontevedra, ahora le ha tocado el turno a Xohán Mariño de Soutomaior, también en Galicia. Se prevé cotejar los resultados de los análisis de los restos del Almirante, de su hermano y de su hijo con los que ahora se realicen en Granada de lo hallado en estas dos exhumaciones, en Poio y Vilagarcía. Todo con el fin de afianzar o descartar el posible origen gallego del descubridor y ofrecer, además, los trabajos en forma de documental, Colón, su verdadero origen.
El pasado lunes se abrió el sepulcro sellado desde 1496 de Xohán Mariño de Soutomaior. Lo que queda de este religioso se ha convertido en una pieza clave para poder confirmar las investigaciones que apuntan al origen gallego de Cristóbal Colón.
Este religioso, enterrado desde finales del siglo XV en la iglesia de San Martiño de Sobrán, en el municipio pontevedrés de Vilagarcía, tendría una relación de parentesco con el propio Colón, según las teorías surgidas por documentación hallada en Galicia, informa Efe.
De ahí que los investigadores de la Universidad de Granada, en colaboración con la asociación Colón Gallego, hayan solicitado permiso para exhumar este enterramiento y poder cotejar el ADN que pueda haberse conservado con el material genético del navegante. Los restos de Colón fueron exhumados de su Catedral de Sevilla para su estudio hace dos décadas. Tras su análisis, se decidió posponer nuevas investigaciones sobre el almirante. El motivo, la necesidad de tecnología más avanzada que permitiera sacar más información a los escasos restos que quedan. El momento llegó y, con las nuevas técnicas, se planteó la posibilidad de proseguir con la investigación del origen de Colón.
Los trabajos, que fueron supervisados por la antropóloga forense de la UGR Inmaculada Alemán y el arqueólogo Antonio Castro, se realizaron bajo la atenta mirada de numerosos curiosos y una multitud de medios gráficos.
A lo largo de los últimos días, los expertos comprobaron que el sepulcro conservaba todavía la argamasa y las cuñas de madera del enterramiento original, por lo que confían en que los restos que han aparecido en su interior puedan tener ADN viable que se pueda cotejar.
Retirar la tapa del sarcófago, que pesaba cerca de dos toneladas, fue una de las labores más complejas de todo este proceso que, además, se ha tenido que realizar con sumo cuidado ante la protección patrimonial del templo de origen románico en el que se encontraba. Los huesos hallados en su interior, entre ellos partes fundamentales como un cráneo fracturado, las mandíbulas o los fémures, serán ahora analizados en el laboratorio universitario de Granada, indica Efe.
Allí estudiarán también la treintena de restos óseos hallados en la excavación realizada semanas atrás en el atrio de la iglesia vieja de San Salvador de Poio (Pontevedra), en donde según los estudios podrían haber sido enterrados otros familiares de Colón.
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