Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
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La exconcejal de Urbanismo de Granada, Isabel Nieto, que es investigada junto al exalcalde José Torres Hurtado por participar o liderar una supuesta trama de corrupción urbanística, ya declaró hace apenas cinco meses ante la misma juez que la interrogará mañana y negó cualquier trato de favor a empresarios: "No tengo por norma recibir a constructores", señaló la exedil del PP, que ha permanecido al frente de este área municipal durante casi una década (desde 2007 a 2016).
"Quizás parezco muy antipática, distante, seca, no sé...", explicaba Isabel Nieto a la jueza María Ángeles Jiménez el pasado 10 de diciembre de 2015, para tratar de demostrarle que su relación con los empresarios de la construcción en Granada no ha sido cercana. El sistema empleado por la exconcejal durante sus años de mandato era organizar una reunión mensual con la Asociación de Promotores y Constructores de Granada, en la que se solían tratar todos los temas de sus asociados, tales como "una licencia que tarda mucho y tienen prisa o cualquier otro problema que hubiera podido surgir como el del Serrallo". Nieto hizo esta declaración durante la citación como investigada en el Caso Serrallo, una causa que instruye la misma jueza del Caso Nazarí, en la que confluyen también algunos de los investigados, testigos y temas urbanísticos a tratar.
A esas reuniones explicadas por Isabel Nieto acudían "siempre" dos o tres representantes, que eran "el presidente, el secretario y algún vocal", siempre según su declaración, a la que ha tenido acceso Granada Hoy. El presidente de la Asociación de Constructores es Enrique Legerén, que es también uno de los 16 detenidos e investigados por la supuesta trama corrupta de la Operación Nazarí. La exconcejal explicó en diciembre que en esas reuniones los promotores llevaban un orden del día con los asuntos a tratar y que con esta fórmula evitaba los contactos directos con cada promotor. "Lo hago de esa manera para no tener que reunirme con nadie personalmente", agregó la entonces edil de Urbanismo.
Pero "si alguna vez, aisladamente, hay que recibir a algún constructor lo derivo a Jacobo de la Rosa". Esta persona es el antiguo director general de Urbanismo, el máximo cargo de confianza que tenía Nieto en el área y que actualmente se ha convertido en denunciante, pues su declaración ante la misma juez como testigo y perito por el caso Serrallo resultó vital para el inicio de la investigación que ha dado lugar al Caso Nazarí.
Nieto explicó a la magistrada, respecto a los empresarios (constructores y promotores) que "cuando vienen con algo técnico o algo de dinero, o algún convenio que quieren firmar…Las valoraciones a Jacobo, porque él estaba para atender las visitas que yo no quería atender". En el momento en que la edil dimitida hizo esta declaración, los focos estaban puestos sobre la relación del Ayuntamiento con el empresario Roberto García Arrabal, que fue el promotor del Centro Comercial Serrallo y de la discoteca construida en el terreno aledaño destinado a espacios libres. En días anteriores, el exjefe de Urbanismo había denunciado en su declaración en esa misma sala de vistas un supuesto trato de favor hacia García Arrabal por parte de la concejal y de algunos altos funcionarios de Urbanismo. El promotor fue otro de los detenidos en la Operación Nazarí y se sometió al registro de sus oficinas y domicilio.
El abogado de Isabel Nieto le preguntó a su defendida ante la juez si había dispensado algún trato de favor a García Arrabal y la que aún era concejal de Urbanismo en ese momento no solo lo negó sino que trató de demostrar cierta distancia respecto a este empresario: "Yo no lo conocía hasta hace unos años y el origen de su actividad siempre ha sido anterior a que yo llegara". Nieto recordó que su acceso a Urbanismo, en 2007, coincidió con la llegada de la crisis económica. "En los años buenos se ve que concurrió a diferentes concursos y tenía diferentes cosas adjudicadas que ha ido haciendo", agregó la responsable política.
En varios momentos de su declaración Nieto reiteró las dificultades que ha tenido el Ayuntamiento de Granada en los últimos años para encontrar empresarios dispuestos a hacer determinadas inversiones en la ciudad, motivo por el que el Ayuntamiento actuaba con cierta flexibilidad en algunos momentos. Por ejemplo, se establecía un "canon bajito porque, si no, no viene nadie" (en referencia a los concursos). También relató la exedil cómo se han tramitado "muchas" modificaciones de concesiones municipales porque durante esos años de crisis "a muchos empresarios les resultaba difícil cumplir sus obligaciones". Esos cambios, a su juicio, "no tienen mayor problema", eran aprobados por la Junta de Gobierno local. "Es muy sencillo", concluyó la que fue teniente de alcalde municipal.
Los cambios que se hacían en las condiciones de concesiones administrativas o en los proyectos de urbanización fueron también objeto de denuncia por parte del antiguo director de Urbanismo, quien se lamentó ante la juez Jiménez de la escasa capacidad de discrepar que había entre los funcionarios sin temer la reacción adversa de la ex edil Nieto. Cuando llegó el día de su declaración, la política negó este tipo de actitudes: "Jamás he presionado a ningún funcionario", aseguró Nieto, que durante la mayor parte de su declaración trató de restar credibilidad a Jacobo de la Rosa acusándolo de tener un fuerte "desequilibrio mental y manía persecutoria".
Nieto insistió ante la juez una y otra vez en esos supuestos "problemas mentales" del que fue su cargo de confianza y que antes de irse del Ayuntamiento para ocupar un puesto en Diputación dejó un informe demoledor sobre la supuesta ilegalidad de la actuación llevada a cabo en el Serrallo. La exedil reconoció que, tras recibir ese documento, llamó al alcalde y al entonces presidente provincial, Sebastián Pérez, para advertirles de la situación. "Es normal que yo les dijera: Mira lo que ha hecho Jacobo", se justificó Nieto, que calificó la actuación de su director de Urbanismo como algo "gravísimo" y una "deslealtad".
La denuncia de Jacobo de la Rosa en este caso y sus discrepancias en otros muchos asuntos, como reconoció la propia concejal, fueron atribuidas por parte Nieto a la "envidia" del trabajador, pues a su juicio estaba receloso del buen trabajo de otros jefes del área con los que De la Rosa ha compartido poder en Urbanismo durante muchos años. Nieto mencionó a Emilio Martín Herrera y Manuel Lorente. El jefe de Licencias y el de Obras, respectivamente, también fueron detenidos pocos meses después, en la operación policial del 13 de abril.
Durante su declaración judicial, en diciembre, Isabel Nieto, elogió el trabajo de los dos altos cargos de Urbanismo a los que Jacobo de la Rosa acusó de realizar una especie de confabulación para sacar adelante expedientes urbanísticos sin su supervisión y eludiendo sus discrepancias. La exedil dijo de Emilio Martín que es "una eminencia en derecho urbanístico en Andalucía y en España", algo que a su juicio Jacobo de la Rosa "no podía soportar".
Respecto a Manuel Lorente, el que fue gerente de Urbanismo y que ya había sido investigado por la Justicia por su estrecha relación con un importante promotor, Isabel Nieto dijo en su declaración ante la juez que es "muy activo" y "polifacético", a diferencia de De la Rosa, que "se había quedado anquilosado".
Pese a estas palabras y a sus continuas referencias a supuestos problemas mentales de Jacobo de la Rosa, Nieto aseguró allí que su relación con él siempre había sido muy buena, tanto que "desayunaba con él todos los días".
La fiscal encargada del caso Serrallo, también la misma del caso Nazarí, Sara Muñoz-Cobo, pidió a la jueza instructora que advirtiera a Nieto, al inicio de su declaración, de que se le podría investigar (a la luz de las pruebas y las declaraciones ya registradas) por otros posibles delitos de malversación de caudales públicos y fraude en la contratación, además de los de prevaricación que ya conocía. Está por ver, cuando se levante el secreto de sumario del Caso Nazarí, cuáles serán los delitos por los que se le investiga en este caso, aunque es probable que sean coincidentes.
A las preguntas de la fiscal sobre los detalles del caso, sobre todo los de tipo económico, la exedil se limitó a repetir una y otra vez: "No tengo ni idea". Hasta una docena de veces reiteró su desconocimiento sobre cuestiones como el cumplimiento de los pagos que debía de hacer el constructor en ese caso. "Yo veo un expediente si tengo que dar una rueda de prensa", explicó la edil, que se refirió en varias ocasiones a esa misma dinámica de preocupación por los temas urbanísticos sólo si tenía que dar alguna explicación a los medios de comunicación o a la oposición política. Para la actividad urbanística habitual la ex concejal aseguró encomendarse a los funcionarios.
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