Casos Serrallo y Nazarí: Jacobo de la Rosa tira de la manta de Urbanismo en Granada
El exdirector revela ante la juez prácticas irregulares habituales en este área Denuncia ninguneos y represalias contra los funcionarios que no hacían informes a medida
"Me fui porque no soportaba más aquello". Jacobo de la Rosa salió del Ayuntamiento de Granada y formó el "follón", según la expresión atribuida al presidente del PP, Sebastián Pérez. El que ha sido durante décadas uno de los hombres fuertes del Urbanismo en Granada, desde su puesto directivo en este área municipal, se ha convertido en pieza clave del Caso Nazarí a raíz de prestar un testimonio ante la jueza que resultó demoledor y en el que denunció supuestas prácticas irregulares para favorecer intereses privados.
Ninguneo y represalias para los funcionarios que no siguieran la consigna dada, ocultación de informes, dictámenes técnicos para dar revestimiento legal a ciertas actuaciones urbanísticas irregulares ya ejecutadas... La lista de revelaciones y acusaciones a sus compañeros de Urbanismo, a la concejal del área, Isabel Nieto, y hasta al alcalde, José Torres Hurtado, fue muy larga durante las tres horas en las que De la Rosa prestó declaración en la sala de vistas del Juzgado de Instrucción número 2, la misma por la que meses después han empezado a pasar todos los detenidos por la supuesta trama de corrupción urbanística en la ciudad. El mismo asiento que ocupará el alcalde, José Torres Hurtado, al que seguramente le preguntarán por asuntos que ya avanzó De la Rosa.
Era 9 de octubre de 2015. El que fue director general de Urbanismo hasta tres años antes acudió a declarar a propuesta de la Fiscalía en el proceso de investigación del caso Serrallo, por la construcción de una discoteca en una zona destinada a espacios libres de la ciudad. Lo hacía en calidad de testigo y de perito, especialista en la materia urbanística. Pero sus revelaciones no se ciñeron a este caso (del que ratificó las irregularidades expuestas en uno de sus informes), si no que el funcionario habló sin tapujos de supuestas malas prácticas habituales. Mencionó casos concretos de operaciones que salieron adelante en Urbanismo, pese a su postura contraria, con "caminos torticeramente orquestados para conseguir un fin".
En varias ocasiones la jueza tuvo que pedir al testigo que se ciñera más al caso en sus respuestas a los abogados. Pero la fiscal de Urbanismo, Sara Muñoz-Cobo, ya trabajaba por entonces en otros casos, otras denuncias de supuestas irregularidades urbanísticas que sin ser preguntado expresamente por ellas, el testigo mencionó ese día.
Es el caso de Casería de San Jerónimo, el Plan Parcial N2, donde el promotor José Julián Romero construyó 300 viviendas (el conjunto Ciudad de la Luz) y obtuvo la licencia municipal de primera ocupación sin haber terminado las obligadas obras de urbanización en el entorno, incluyendo los terrenos destinados a espacios libres de la ciudad.
"También me opuse a dar licencia en el PP N2 (...) porque no estaban las obras de urbanización (...) Era un promotor muy importante. Entonces ¿qué hicieron? Cuando me quitaron las competencias de Licencias a mí, el 1 de julio de 2012, se la dieron unos días después (...) con informes en contra de Gestión".
Esas datos coinciden con la denuncia formulada a la Fiscalía por los pequeños propietarios perjudicados en este caso unos meses antes de la declaración de Jacobo de la Rosa en el Juzgado. Según el expediente, esa licencia se concedió el 24 de julio de 2012, con todos los informes favorables elaborados en ese mismo día y firmados por los mismos responsables de Urbanismo a los que apunta y denuncia el exdirector durante casi toda su declaración. Se trata del jefe de Obras, Manuel Lorente, del director general de Licencias, Emilio Martín Herrera; del coordinador general del área, Agustín Belda, y la concejal delegada de Urbanismo, Isabel Nieto.
En respuesta a los abogados de la defensa, De la Rosa niega tener relación de "enemistad manifiesta" con sus antiguos compañeros y la edil del Partido Popular: "Personalmente jamás he tenido problemas con ellos. Me he limitado a cumplir con mi obligación".
El testigo también menciona durante sus tres horas de declaración otras operaciones en las que se hizo una tramitación desde el Ayuntamiento a pesar de su criterio en contra. Se refirió, por ejemplo al caso del Cerrillo de Maracena, donde estaba prevista la construcción del palacio de hielo de la ciudad, y que llevó al alcalde a estar imputado en 2014. "También me obviaron, no me hicieron caso", dijo De la Rosa, quien detalló que "hubo una reunión con el alcalde (Torres Hurtado), los técnicos y la delegada (Isabel Nieto) en la que dije que mi postura era contraria a la operación porque iba en contra de los intereses generales de la ciudad; pero continuaron a mis espaldas". El entonces director general de Urbanismo presentó un escrito en el Registro, señalando oficialmente su postura, que, según su propia declaración, tuvo consecuencias inmediatas: "Me llamó la delegada y me dijo: La que se va a montar mañana con el alcalde por el escrito que has presentado". Este episodio supuso un amago de dimisión del exdirector, que aseguró haber llegado a presentar la carta a la concejal, aunque ésta le pidió después que no lo hiciera. "Yo seguí entonces, en 2011, porque me lo pidió ella y me dijo que no iba a pasar más".
Jacobo de la Rosa relató en el Juzgado más casos posteriores en los que los expedientes se tramitaron al margen suyo para evitar su oposición. Incluso llegó a decir que fue amenazado por Nieto con la apertura de un expediente.
Esta versión sobre la relación con la concejal difiere radicalmente con la declarada por ella misma hace pocos días, después de su detención en la Operación Nazarí. Tras dimitir del Ayuntamiento, en una comparecencia pública, Nieto dijo a los periodistas que todos sus problemas judiciales estaban motivados por el interés de "venganza" de Jacobo de la Rosa, que, según Nieto, ha acumulado un enorme patrimonio fruto de una actividad completamente incompatible con su cargo.
La edil dimitida dijo que había descubierto que De la Rosa tenía una sociedad inscrita en el Registro Mercantil desde 2003, coincidiendo con su nombramiento como jefe de Área de Urbanismo. Esta sociedad tenía como objeto social la intervención en operaciones urbanísticas.
Isabel Nieto trató de pedir a la Fiscalía que investigara a su antiguo director de Urbanismo y le dijo a través de los medios que si "escucha estas palabras tome nota; no dé tanta credibilidad a los denunciantes y se dé cuenta de que no hay trigo limpio". Llegó incluso a decir que durante todo este tiempo se ha sentido amenazada por esta persona: "Si alguna vez me pasa algo, ya saben quién ha sido", agregó Nieto.
Nieto ya debía conocer entonces, a través de sus abogados, el contenido de la declaración de Jacobo de la Rosa en octubre pasado. En aquella sala de vistas, el funcionario explicó que cuando se fue de Urbanismo el 31 de enero de 2013 "no quería problemas con nadie, solo quería salir de aquel sitio", porque temía más "presiones y posibles reacciones desagradables" de la entonces concejal de Urbanismo a su último informe, que fue determinante en la denuncia del Caso Serrallo, pues pone de manifiesto que la construcción de la discoteca era contraria a la legalidad urbanística. "No me podía ir sin decirlo, no me podía callar", dijo De la Rosa a la juez.
Dejó aquel escrito en el Registro de Urbanismo con tres copias dirigidas a la concejal, a un superior y a otro funcionario, justo en su último día de trabajo antes de incorporarse a la Diputación Provincial, donde trabajó como director general de Fomento y Obras Públicas durante un año.
Y al explicar esto viene una de las partes más delicadas de su declaración, porque cuenta a la juez que esa misma tarde, tras su marcha, recibe una llamada del entonces presidente de la Diputación, Sebastián Pérez. Según el funcionario, éste le dijo: "Jacobo, me ha llamado el alcalde, que qué pasa aquí, que has presentado un escrito, que has montado un follón". De la Rosa explicó que su incorporación al día siguiente en Diputación incluso llegó a peligrar, pero agregó: "Yo le conté la verdad y el hombre me apoyó, y tomé posesión".
Pero ahí no queda todo, porque este arquitecto superior, abunda más en esas supuestas presiones recibidas para que cambiara su informe en contra. Aseguró en su declaración que también recibió llamadas de algún compañero de profesión, que le transmitía mensajes de los promotores implicados en la operación. Según su declaración, le dijo: "Jacobo, ¿qué ha pasado? Que me están llamando estos señores para que te transmita que como no se reciba un informe te va a meter una querella, que los Garrigues te están preparando una querella".
El testigo quiso abundar más en toda esta historia de supuestas presiones y represalias hasta contar su situación actual (como funcionario municipal alejado de Urbanismo), pero la juez de nuevo le pidió que se ciñera a las preguntas de los abogados.
La fiscal de Urbanismo, después de escuchar todas las revelaciones del testigo en este caso (Serrallo) debió deducir que sus declaraciones tenían relación directa con otras denuncias de casos que estaban encima de su mesa y al finalizar todas las preguntas y respuestas pidió a la jueza una deducción de testimonio de esta declaración para que se remitiera a la Fiscalía. Esto es, una copia de sus manifestaciones para trasladar "o bien a diligencias de investigación penal de la Fiscalía o al Juzgado".
Con las denuncias previas de varios casos y este testimonio, que revela unas prácticas habituales en el funcionamiento de Urbanismo, la fiscal comienza a componer un puzzle que traslada a los Juzgados en forma de dos querellas en diciembre de 2015. Una de ellas recae en la misma jueza del Caso Serrallo que tomó esta declaración a Jacabo de la Rosa, y la otra, que aterriza en un principio en otro juzgado, fue unida después a la investigación de la jueza de Instrucción 2, que comenzó a unir las piezas de una supuesta trama de corrupción urbanística y, con la colaboración de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de Madrid, ha levantado un vendaval en esta ciudad.
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