Juanetes, entre la estética y la salud

El 'Hallux valgus' es una descompensación que acaba deformando el dedo gordo del pie y ocasionando dolor y problemas de movilidad · El Clínico los opera desde 2005 con cirugía percutánea mínimamente invasiva

La doctora Lucía Martín Romero y el doctor Francisco Javier Torres Barroso, del hospital Clínico.
La doctora Lucía Martín Romero y el doctor Francisco Javier Torres Barroso, del hospital Clínico.

Con la llegada del verano los pies recobran protagonismo. Las sandalias y zapatos descubiertos hacen que se vean más los defectos o patologías del pie que en ocasiones son muy dolorosas y causan problemas de movilidad. Es el caso del Hallux valgus, los conocidos juanetes, una deformidad de la parte delantera del pie que para quien la padece es incómoda, dolorosa y antiestética.

En la unidad de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Clínico San Cecilio de Granada los operan desde hace cinco años con una técnica mínimamente invasiva a través de cirugía percutánea. Ya llevan más de 1.300 operaciones, sobre todo en mujeres ya que hay más de dos mujeres con juanetes por cada hombre afectado de esta dolencia.

Todos creemos que cuando se produce un juanete es porque el hueso se sale. Pero todo lo contrario, es un problema del dedo gordo del pie. "Se trata de una deformidad del antepie muy frecuente sobre todo en mujeres que se produce en la mayoría de los casos por un mal uso del calzado y que ocasiona dolores", explica el jefe de servicio de la unidad, Javier Torres Barroso. El problema real del juanete es que "el dedo gordo del pie produce un ángulo entre el meta y la falange que produce una mala posición del resto del pie, por lo que con la operación lo que hacemos es poner el dedo gordo donde debería estar".

Los zapatos son la principal causa de este problema. En las mujeres, los tacones excesivos o los empeines estrechos producen este problema con el paso de los años. A esto se le suma la propia anatomía del pie. "Con un dedo gordo grande la tendencia natural con los años es que colapse el resto del antepie produciendo un pie plano en esa zona que lleva a la deformidad, callo y juanete", matiza el traumatólogo.

Pero, aunque lo parezca, no todos los juanetes son iguales. De hecho, también hay dos tipos, el juvenil, que se produce en la adolescencia y si no se corrige evoluciona ocasionando problemas y molestias, y el del adulto, que suele ser por el calzado que deforma el pie y que aparece normalmente a partir de los 40 años y principalmente en mujeres.

En el caso del Hallux valgus juvenil "es por una insuficiencia del primer radio, que es el eje del dedo gordo, que cuando es insuficiente con dedos largos y gruesos va buscando su sitio", matiza Torres, quien resume que "en definitiva el Hallux valgus no es más que una descompensación de la parte de delante del pie. Como el dedo gordo lleva la movilidad y el peso del 50% del pie, acaba claudicando y yendo hacia fuera ocupando un sitio más cómodo para él y deformando el resto de los dedos al llevar una sobrecarga a la parte delantera del pie".

En el caso de las operaciones, la intervención del cirujano es relativa. "Hay enfermos que soportan el dolor y otros que no, pero lo que tenemos claro es que el principio estético no tiene sentido. Sólo se operan los que molestan porque es preferible un pie feo sin dolor que un pie bonito que cause muchas molestias, por lo que la indicación es un problema de dolor".

Históricamente se utilizaba cirugía abierta, "lo que suponía más dolor, reposo y riesgo de infección". Ahora, gracias a la cirugía percutánea mínimamente invasiva el paciente se va a casa tras la intervención y andando desde el primer momento. "Lo que se hace es una incisión de menos de medio centímetro para comernos la exóstosis, que es lo que todo el mundo ve. Para corregir el eje hacemos un corte en la primera falange para llevar el dedo a su sitio y después un corte en el tendón que tira del dedo. A veces se interviene también en el resto del pie", explica Torres.

La doctora Lucía Martín Romero es la encargada de realizar estas intervenciones desde que empezaron con la nueva técnica en diciembre de 2005. "Normalmente no se operan los dos pies a la vez porque la mayoría son personas mayores que se ven más inseguras. Un juanete con cirugía percutánea y anestesia local necesita una hora en total en el quirófano entre preparativos y cirugía", explica la doctora.

A la semana pueden hacer entre ocho y diez operaciones, a las que se llega tras una evaluación traumatológica. "El médico de familia remite al traumatólogo y él lo indica porque el juanete sale por un mal apoyo y la dinámica del pie, por lo que también se hace un estudio del pie para no sólo quitar el bulto sino ver si hay más problemas y la causa de estos".

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