La Junta, conciliadora a dos días de que se decida el futuro del Metro
El delegado, Jesús Huertas, se suma al cambio de discurso sobre el soterramiento en el Zaidín, que ahora considera viable y no condicionado al sobrecoste que supondría
La Junta de Andalucía dio ayer una nueva muestra de que su discurso respecto al Metro ha cambiado a raíz de la reciente visita de su consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar. Si hasta entonces había mantenido una postura firme en contra del soterramiento del tranvía ligero a su paso por el Zaidín, como propone el Ayuntamiento, ahora sus dirigentes insisten cada vez que pueden en la idea de que eso es factible.
El último ejemplo lo dio ayer el delegado del gobierno autonómico en Granada, Jesús Huertas, durante su visita a Armilla, donde las obras ya están ejecutadas al 70%. "Tenemos todas las posibilidades abiertas y no descartamos ninguna solución, porque aquí no se trata de escatimar recursos ni dinero, ni siquiera de llevarle o no la contraria al alcalde", dijo Huertas. El importante sobrecoste y el retraso en la finalización de los trabajos -aproximadamente un año y medio- fueron los dos principales argumentos que esgrimió siempre la Junta para oponerse al soterramiento.
El nuevo talante también se ve en un tercer detalle: la Junta reprochó varias veces al Ayuntamiento que propusiera ese cambio de trazado cuando ya había sido aprobado y las máquinas, de hecho, ya estaban trabajando en la calle. Ahora ya no es ni una regañina. "No queremos confrontación con el Ayuntamiento. Es cierto que podría haber planteado esa cuestión mucho antes, antes de que se licitara y redactara el proyecto y se iniciaran las obras, pero si ha ocurrido en este momento y el Ayuntamiento hace esa petición a la Junta, esa petición no está cayendo en saco roto, y desde luego la disposición de la consejera en ese sentido es total".
La nueva llamada al consenso y al entendimiento llega sólo unos días antes de que la Consejería y el Ayuntamiento mantengan una reunión que, se dice, debe servir para aclarar la situación de una vez. El encuentro será el lunes en Sevilla y Huertas aprovechó para pedir al alcalde de Granada, José Torres Hurtado, que acuda con "la mejor de las disposiciones" y que sea "razonable para encontrar entre todos una solución definitiva y que podamos por fin salir de este escollo y seguir con las obras sin polémicas, sin conflictos y sin confrontación".
Por su parte, el alcalde de Armilla, Gerardo Sánchez, se unió a esa demanda de ese consenso, pero él no entró en la cuestión de si el Metro debe ir en superficie o bajo tierra y se centró en que lo importante es acabar la obra cuanto antes porque así lo demandan los ciudadanos.
El mensaje fue, en realidad, una indirecta: "A mí me va a costar explicarle a mis vecinos que a principios de octubre va a estar acabada la obra en el pueblo pero que el Metro aún va a tardar mucho en pasar por aquí. Por eso le pediría a mi vecino, el Ayuntamiento de Granada, que ponga todo su empeño, como hemos hecho todos, para que la obra se agilice y los trenes estén en las vías lo antes posible. Lo contrario va a ser muy difícil de explicar. A los vecinos de Armilla y también a los de Granada".
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