LIFE Wood for Future impulsa en Granada el primer edificio de España con madera estructural de chopo
Se obtendrá de las plantaciones de Fuente Vaqueros y se empleará en fabricar vigas laminadas
Se realizarán ensayos de resistencia para obtener la certificación del Comité Europeo de Normalización para elementos estructurales
Granada/El proyecto LIFE Wood for Future (Madera para el Futuro) que ha obtenido financiación del Programa LIFE de la Unión Europea [LIFE 20 CCA/ES/001656], ha impulsado la corta de una alameda de Fuente Vaqueros cuya madera se empleará para construir en Granada un edificio demostrativo con elementos estructurales de madera laminada de chopo, el primero de sus características en España. La finca quedará adscrita al proyecto para volver a cultivar chopos con una gestión forestal sostenible.
LIFE Wood for Future es un proyecto de la Universidad de Granada, la Diputación Provincial, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, la Universidad de Santiago de Compostela y la spinoff 3edata, que ha propuesto a las instituciones granadinas colaborar en un plan de choque para recuperar las alamedas de la Vega como un instrumento eficaz en la lucha contra la contaminación del aire en el Área Metropolitana de Granada.
El proyecto LIFE Madera para el Futuro supondrá una importante inversión a lo largo de cuatro años (el 55% aportada por la Unión Europea y el resto, por los socios españoles) que se dedicará a la promoción de una unión de populicultores a los que se facilitarán los plantones certificados y los cuidados, al impulso de una industria maderera transformadora y a la investigación de nuevos materiales para la construcción sostenible en los laboratorios de las universidades de Granada y Santiago de Compostela. Además, están previstas restauraciones de ribera con chopos y otras especies autóctonas en cauces fluviales de la Vega de Granada.
Los cultivos de ‘Populus’, una especie de rápido crecimiento, absorben gran cantidad de CO2 y gases contaminantes procedentes del tráfico urbano y crean un microclima más fresco y húmedo. “Toda la biomasa de esta chopera supone una fijación de 440 toneladas de carbono, que equivalen a las emisiones de unos 200 coches a lo largo de un año (11.000 km cada uno)”, explica el catedrático de Física Aplicada en la ETS de Ingeniería de Edificación y coordinador del proyecto, Antolino Gallego.
Si además la madera se emplea en el sector de la construcción, no solo fija CO2, sino que evita el uso de otras materias primas con una enorme huella de carbono. En este caso, la masa maderable, unos 1.000 metros cúbicos, supone fijar durante varias décadas unas 300 toneladas de CO2 (huella de carbono negativa); si se emplease hormigón se emitirían 300 toneladas a la atmósfera y si fuese acero, 280.
Estos cálculos, matiza Gallego, están basados en la bibliografía existente, pero el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de la Junta de Andalucía está realizando experimentos para afinar esos valores, de modo que los selvicultores de la Vega de Granada puedan entrar oficialmente en el mercado de venta de créditos de carbono para obtener ingresos adicionales de sus cultivos.
El edificio demostrativo de madera de chopo se construirá en la provincia de Granada, en un emplazamiento aún por determinar. En el anteproyecto está trabajando el estudio Bonsái Arquitectos, responsable también del primer edificio de madera contralaminada (en este caso de picea, similar al abeto) levantado en Granada, un bloque de apartamentos en la calle Cuenca. En él se utilizarán vigas laminadas de chopo de hasta seis metros de longitud.
De los 1.500 chopos de la parcela de Fuente Vaqueros, aparte del uso constructivo, una parte se destinará a los ensayos para obtener la certificación del Comité Europeo de Normalización, un proceso que durará unos cinco años y dotará de un certificado de calidad y resistencia a la madera de chopo, tanto de la Vega de Granada (‘P. euramericana’, clon MC), como de Castilla León y Valle del Ebro). Francia y Alemania ya cuentan con esa certificación.
Otra parte de la madera se dedicará a la fabricación de contrachapado para cajas de fruta, el uso tradicional de esta madera en la comarca. El resto (ramas y hojas) se tritura para elaborar tableros de aglomerado, ser usado como combustible de biomasa o arrojado al suelo de la misma chopera como abono ecológico.
Una vez finalizada la corta, el propietario de este terreno se adhiere al proyecto LIFE, lo que implica cumplir las condiciones de cultivo sostenible, utilizar planta certificada y ampliar la distancia entre árboles y la frecuencia de los riegos y las podas (con lo que se obtienen troncos más gruesos y con menos nudos que alcanzan mayor valor en el mercado).
En Granada se han perdido en los últimos veinte años el 75% de las choperas y actualmente solo quedan unas 3.000 hectáreas, la mayoría en la Vega. Los investigadores y técnicos de LIFE Madera para el Futuro creen que la recuperación de las alamedas podría revertir radicalmente el grave problema de contaminación atmosférica que aqueja a Granada, la tercera ciudad de España con peor calidad del aire. El 80% de la polución en el Área Metropolitana granadina procede del tráfico rodado, y el clima y la orografía agudizan la concentración de gases que son nocivos para la salud humana y contribuyen al calentamiento global.
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