Luces, cámara... ¡Vino!

Relevancia. Contando con un notable protagonismo en nuestras vidas cotidianas, estando presente en nuestras comidas, reuniones, ocio... no podía faltar en el mundo del cine

Luces, cámara... ¡Vino!
Luces, cámara... ¡Vino!

EL vino cobra protagonismo en diferentes largometrajes, sirviendo de nexo común en las historias narradas en ellos.

Recordemos Un paseo por las nubes (1994), dirigida por Alfonso Arau. Keanu Reeves y Aitana Sánchez Gijón protagonizan una historia de amor, en la que tras conocerse casualmente y estar embarazada la protagonista, convence a Paul Sutton, o sea, Keanu Reeves, para hacerse pasar por su marido ante su padre y familiares, dueños de un precioso campo de viñedos en un entorno idílico, uno de los valles vinícolas más importantes de California, Napa Valley, surgiendo finalmente entre ellos el amor. Los personajes se ocupan del trabajo del campo, con sus alegrías y sus frustraciones. Se bebe vino, se habla de vino, el vino los emociona, los une, el vino y la tierra es su razón de ser.

Otra famosa película con el vino como razón, telón de fondo e hilo conductor es Un buen año. Max Skinner (Russell Crowe) es un corredor de bolsa exitoso residente en Londres que recibe en herencia un viñedo en la Provenza de su tío Henry (Albert Finney). Cuando viaja hasta allí se encuentra con un château para restaurar; conoce a la dueña de un restaurante, de la que se enamora (Marion Cotillard) y a una californiana (Abbie Cornish) que dice ser la hija ilegítima de Henry. Max llega con la clara intención inicial de vender el viñedo lo más rápidamente posible, pero poco a poco empieza a recordar los buenos tiempos que pasó de niño en el château, disfrutar de la vida más calmada, alejado de la presión diaria de los negocios, lo que hará que dude de su idea original. Al fin y al cabo, la vida es vivir bien, amar, comer bien y tener un buen año: merece la pena saborearla.

Pero sin duda, Entre Copas fue el triunfo del buen gusto. Conocida internacionalmente como Sideways es una comedia dramática de 2004 ganadora del Oscar al mejor guión adaptado, dirigida por Alexander Payne, a su vez autor del guión junto a Jim Taylor. Sideways cuenta la historia de dos tipos cuarentones de personalidades opuestas, que hacen un viaje de una semana al pueblo de viñedos de Santa Barbara. Payne y Taylor, escritores del largometraje, ganaron múltiples premios por su libreto. Se trata de una de las más brillantes comedias negras (teñidas de un irresistible encanto y resbaladizo romanticismo), pero es mucho más que eso. Es una historia admirablemente escrita, dirigida e interpretada, una aventura íntima y a la vez salvaje que trata numerosos temas importantes, y todos ellos con lucidez y buen humor. Pero Entre copas va realmente de comer bien, de beber mejor y de pasarlo lo mejor posible con los buenos amigos, que ya la vida es lo bastante gris y prosaica como para estar todo el día amargado. Mi imagen favorita es la del taciturno Miles comiendo una hamburguesa en un restaurante de comida rápida…bebiendo a hurtadillas un vino para coleccionistas: Cheval Blanc. No se puede decir más con menos.

No solamente el vino ha llenado siempre la gran pantalla. También la televisión nos ofrece series en la que los protagonistas disfrutan a menudo de una copa de buen vino.

Sex and the City (en España Sexo en Nueva York) es una serie estadounidense basada en el libro del mismo nombre escrito por Candace Bushnell. Ambientada en la ciudad de Nueva York, la serie trata acerca de las vidas y amoríos de cuatro mujeres de entre 30 y 40 años que son muy buenas amigas. Esta comedia de situación con elementos dramáticos, a menudo aborda problemas socialmente relevantes, como el papel de la mujer en la sociedad. Todos los que hayan visto algún capítulo recordarán los famosos cócteles Cosmopolitan y las conversaciones íntimas alrededor de una buena botella de Chardonnay o de Merlot, que aboca a la confidencia.

Mucho más específica fue la serie española Gran Reserva. Rodada y ambientada en la campiña riojana, se centra en el mundo del vino como negocio y dedicación familiar de dos clanes tradicionalmente enfrentados, una mezcla de melodrama y thriller. La bodega que sirvió de escenario pertenece a la familia Martínez Bujanda, una de las más conocidas y prestigiosas de La Rioja. Aunque la serie del vino por excelencia es Falcon Crest donde una malísima e implacable Ángela Chaning controlaba sus viñedos con mano de hierro y su familia vivía todo tipo de escabrosas historias.

Pero no solo el séptimo arte se inspira en el vino. También ocurre al revés, como en el caso de Juego de Tronos, que se ha convertido en una de las series más influyentes de los últimos tiempos. La serie de novelas de George R.R. Martin en la que se basa la serie de televisión de HBO Canción de Hielo y Fuego contaba con una base de lectores entusiastas y entregados, que compraban productos asociados a la marca literaria. Con la serie de HBO el fenómeno se hizo global y llegó a muchas más personas que las que había alcanzado los libros. De hecho, los lugares en los que se ruedan las diferentes escenas de los capítulos de Juego de Tronos, como Dubrovnik, Irlanda del Norte o Islandia, se benefician del interés de los espectadores. Y, como ha ocurrido con otras series, ha aparecido una amplia industria de productos derivados, como las colecciones de moda con reminiscencias a Poniente o a Danaerys Targeryn, la "madre de dragones", que llegaron a las cadenas de moda.

Ahora, Juego de Tronos sirve para el packaging de una marca de vino. Al fin y al cabo, en la serie y en los libros, los diferentes personajes no paran de beber vino, por lo que crear un vino inspirado en sus protagonistas parecía un paso lógico.

The Wine of Westeross (que es como se llama el vino) es una propuesta australiana que ha sabido dar valor añadido a su producto asociándolo a las diferentes casas reinantes y grupos de poder de la serie, tanto "si una botella es de Mas allá del Muro o de una estantería de las bodegas del Banco de Hierro", dicen sus creadores. Esas asociaciones les permiten jugar con diferentes dobles sentidos. Así, por ejemplo, los Caminantes Blancos, misteriosas criaturas fantasmales que viven Más Allá del Muro, son un tipo de vino blanco.

Cada vino recibe su nombre de uno de los grupos de Juego de Tronos e incorpora en su etiqueta, aunque de forma muy minimalista, un pequeño logo alusivo a ese grupo. Detrás del diseño de las botellas está Common Ventures, una agencia creativa australiana.

El vino visto con naturalidad y presentado como un valor patrimonial, un alimento o como parte de un pasatiempo, es para todos los públicos.

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