La Manigua. Cayó el barrio, no el prostíbulo
Ayer y hoy
Celebremos el día del amor bendito recordando el barrio del amor vendido. Aunque su derribo se atribuye a Gallego Burín en 1940, empezó con el alcalde Gil de Gibaja en 1922. Repartiremos el mérito
Granada/La prostitución no desapareció tras el derribo de la Manigua, solo se escondió (calles Jazmín, Piedra Santa, etc.); y es que hay "prácticas" muy antiguas que no tienen enmienda. (Ver Andrés Cárdenas Por el territorio de la Bizcocha y la Esquinazos, en Granada Hoy, 2021).
Finalizado el derribo del barrio bajo, quisieron algunos ponerle el nombre de calle Alcalde Gallego Burín a la actual calle Ganivet, pero fue el mismo don Antonio el que optó por el del pensador granadino; tal vez consciente de que no todo el mérito de la actuación en la Manigua fue suyo. Conviene revisar la Historia de Granada porque, a medida que nuestros investigadores nos ofrecen sus estudios, vamos matizando. (Ver mi artículo Gallego Burín y la Manigua, en Granada Hoy, 2013).
Es verdad que fue Gallego Burín el que puso el dedo en la llaga sobre la necesidad de una reforma de Granada cuando escribió un celebrado artículo en su revista Renovación (20, 10, 1919) haciendo una comparación entre lo mucho que se estaba reformando en Sevilla: "El Municipio de Sevilla va a transformar la ciudad…sin dejar de respetar la parte artística y tradicional… para lo que va a concertar un préstamo de treinta millones de pesetas…¿Es que sería imposible hacer cosa parecida en Granada?... Falta en absoluto un plan de urbanización…". Así lo dijo.
Entre las reformas más acuciantes, y había unas cuantas: ferrocarril, aguas potables, alcantarillado, ensanches…, estaba el derribo del asqueroso barrio de la Manigua, proyecto que venía de lejos, aunque se le atribuyó el mérito al que luego fuera alcalde Gallego Burín en 1940, siendo el nuevo barrio inaugurado por Franco en 1943 con todos los honores. Sin embargo son muchos los pasos que se dieron antes, pero demasiado lentos porque cualquier iniciativa, cualquier proyecto era siempre mandado "a la Comisión para su estudio", lo que equivalía a dejarlo dormir en cualquier cajón. Costumbre que no sé si ha desaparecido.
El 13 de octubre de 1922 apareció en El Defensor de Granada un largo artículo titulado El problema de la Manigua, era entonces alcalde de la ciudad el abogado Germán García Gil de Gibaja, aquel al que con sorna los granadinos llamaban el alcalde GeGeGeGe por las iniciales de su nombre, empeñado en acabar de una vez con el vergonzoso barrio derribando sus viejos e insalubres edificios.
Barrio visitado sobre todo por solterones y casados aburridos, frecuentes clientes de aquellos prostíbulos que se quitaron de aquí y se pusieron allí. El diario independiente La Publicidad, al referirse a la vida municipal, decía: es absolutamente necesario hacer desaparecer ese gran foco de infección moral y física.
Pero los concejales no se ponen de acuerdo entablándose acaloradas disputas que lo único que hacen es retrasar la reforma. Costumbre que hoy tampoco sé si ha desparecido. Había que empezar por comprar edificios y dar facilidades a los propietarios de las casas expropiadas; trámites no exentos de problemas que podían afectar a la posible especulación de los solares, como así fue. Esto retrasaba la obra. Pero se insistía: Adelante con el saneamiento de la Manigua, terminaba el artículo aplaudiendo la gestión del alcalde. Para colmo los solares que ya se habían expropiado se estaban convirtiendo en basureros lo que hacía aun más insalubre el barrio.
Incluso con el posterior alcalde Mariano Fernández Sánchez-Puertas, en 1930, se pagaron 28.673 pesetas en concepto de honorarios por el arreglo del barrio. Hubo que esperar hasta 1939 para su aprobación. Fue 20 años después de los intentos de Gil de Gibaja, cuando el apuesto barón de San Calixto protagonizara, con impecable traje y empuñando la piqueta, el derribo de la zona baja del barrio, pero ya se habían dado muchos pasos antes. Repartamos los méritos y haremos justicia. Desapareció el criticado barrio del pecado. Pero los prostíbulos no.
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