Mapa del miedo en Granada: los 'puntos negros' de acoso en una ciudad vista con perspectiva de género
25-N | Día contra la violencia de género
Pedro Antonio, el Centro, Neptuno y Pajaritos, las cuatro zonas que generan más inseguridad en las mujeres
Granada/"Hace 4 años, volvía a casa sola por la noche. Empecé a notar que un hombre me seguía, ya que si cambiaba de acera o tiraba por otra calle, él también lo hacía. Empecé a acelerar el paso muerta de miedo y buscando alguna zona de luz de farolas por si hubiera alguien más en la calle que pudiera ayudarme. Empecé a correr, pero me alcanzó. Todavía escucho en mi cabeza a veces su voz diciendo: Eres preciosa. Eres mía, y el sonido de la hebilla de su cinturón. Forcejeamos y pude escapar. Conseguí llegar a casa sana y salva. A día de hoy, aún tengo problemas para intimar con hombres y no lo he superado completamente del todo".
"Eran las diez de la noche y yo volvía a casa. Pasaba por la zona de Pedro Antonio cuando de repente un hombre me acorraló contra la pared. Comenzó a presionarme con su cuerpo mientras intentaba besarme y tocarme. Forcejeé con él y conseguí finalmente zafarme a manotazos y salir corriendo".
"Tenía 17 años y estaba cerca del parque Tico Medina. Alguien comenzó a silbarme para llamar la atención. Inconscientemente miré y vi que en los arbustos había un señor escondido que se estaba masturbando mientras me miraba y se reía. Al verlo, salí corriendo y llamé a la Policía".
Estos tres relatos son testimonios reales y ocurridos en Granada que conforman distintas aristas de un mismo problema: la violencia de género. Y es que esta lacra, que en Granada se ha llevado dos vidas en lo que va de año y que mantiene en alerta reconocida a más de 1.700 mujeres, según el sistema Viogén, tiene su origen en una manifestación de la desigualdad, subordinación y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, tal y como expone la definición del Ministerio de Igualdad, tres aspectos que aún está muy a la orden del día en la sociedad y que también se denuncia cada 25-N.
"No nos damos cuenta de que a veces las formas más sutiles de acoso pueden derivar en algo mucho mayor como la violencia de género", explica el sociólogo granadino Santiago Martín, un joven que hace un año enfocó su trabajo de fin de grado en la Universidad de Granada (UGR) en comprobar cómo era la ciudad de Granada vista con perspectiva de género. Decidió plasmar los resultados en lo que sería un mapa del miedo que mostrase los puntos negros de la ciudad en los que alguna mujer había recibido algún tipo de acoso. Y los resultados fueron bastantes reveladores. Tal es así que se evidenció que no había zona de Granada que se librase de haber registrado algún tipo de acoso hacia la mujer, intensificándose sobre todo en entornos como Pedro Antonio de Alarcón y sus alrededores, las calles peatonales del Centro, la zona de Neptuno y el Parque García Lorca o la zona de Pajaritos.
Mapa del miedo en Granada
"La idea era realizar una investigación cuantitativa y elaboré un formulario que fue extendiéndose hasta el punto de lograr la participación de un total de 1.732 mujeres de entre 14 y más de 55 años, algo que se traduce en una muestra muy representativa para la ciudad, ya que entre todas ellas se registraban más de 9.000 episodios en distintas zonas de Granada", explicó Martín, que a través de su encuesta analizaba si las mujeres habían recibido silbidos o miradas lascivas u obscenas, comentarios o piropos subidos de todo, habían sido perseguidas, recibido algún tipo de tocamiento, abuso o incluso violación cuando iban por la calle.
"Visibilizar el acoso sufrido es visibilizar una parte de sus vidas. Lo que comprobé fue que el 99% de las mujeres habían sufrido algún tipo de acoso callejero, siendo las zonas de mayor tránsito de la ciudad donde más se concentraban", indicó Martín, que añadió que "Pedro Antonio de Alarcón era el entorno con mayor coincidencia de testimonios, más de la mitad de las encuestadas mencionaban esta zona, la cual registra casi el doble que la zona Centro, que iría segunda tras él".
Sin embargo, las conclusiones de este estudio iban más allá. "A raíz de las respuestas se comprobaba cómo la inseguridad de la mujer descendía si iban acompañadas sobre todo de un hombre", indicó el sociólogo, un aspecto que evidencia, precisamente, esa desigualdad o inferioridad existente que viven las mujeres por el mero hecho de serlo: "Solo el 7,27% de las mujeres se sienten seguras cuando van solas; el 18,9% lo hacen si van acompañadas de una mujer; mientras que el 86,4% asegura ir segura por la calle si la acompaña un hombre. Son datos que muestran esa dependencia injusta hacia el hombre, lo que llevaría a aumentar la diferencia y desigualdad entre ambos géneros".
"Todo este miedo o inseguridad ha llevado a la mujer a generar desde los 14 años ciertas estrategias para evitar el acoso cuando van solas por la calle, métodos de alerta que parecen instintivos que admiten haber usado el 91% de ellas, entre las que destacan el fingir una llamada de teléfono, algo que reconoce haber hecho más de la mitad de las encuestadas, o cambiar de ruta para no transcurrir por ciertas calles con el fin de evitar posibles riesgos, entre otras", explicó Martín, mientras que también comprobó cómo "un 13,8% de las mujeres habrían llegado incluso a no usar un tipo de ropa concreto para así evitar una posible llamada de atención".
Asimismo, sus resultados mostraron que entre los casos registrados según las encuestadas, el perfil del acosador eran jóvenes de entre 18 y 34 años, que actuaban tanto individualmente como en grupo. Mientras que la media de edad de participación en este estudio se encuentra en los 22 años, algo que, según concluye el sociólogo, "se debe a que cuanta menos edad se tiene, más posibilidad hay de sufrir acoso. Eso hace que sean las jóvenes las que más reciente tengan esas vivencias y tengan más inquietud en atajar el problema lo antes posible".
"Cuando te topes con una mujer en Granada es casi seguro que haya vivido algún tipo de acoso", sentencia Santiago Martín, en un estudio que revela muchas cuestiones claves para entender, precisamente, la importancia de concienciar y luchar contra todos los tipos de acoso hacia la mujer que también forman parte de aquello contra lo que se clamará este miércoles, como cada 25 de Noviembre, Día contra la Violencia de Género.
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