Maracena, el silencio de un pueblo
caso juana Rivas
Ni el Centro de la Mujer, ni el Ayuntamiento de la localidad ni el entorno familiar se pronunciaron sobre la entrega
Esta pequeña urbe ha sido centro informativo durante meses
Granada/Maracena se ha convertido durante el último año, y en especial este verano, en el epicentro informativo de la provincia de Granada. El caso de Juana Rivas ha generado expectación, noticias y reacciones durante meses en esta localidad del Área Metropolitana donde la madre tiene fijada su residencia, pero ayer, prefirió quedar en silencio mientras se desarrollaron los acontecimientos que derivaron en la entrega de los dos hijos de Rivas a su padre, el italiano Francesco Arcuri.
El ruido mediático generado durante el pasado, con concentraciones en defensa a la madre, campañas para proteger a Rivas y a sus hijos con el lema "Juana está en mi casa", y un Centro de la Mujer en el epicentro de la noticia, ha dado paso a un lunes silencioso en el que nadie quiso pronunciarse. Un caso complicado que vio un rayo de esperanza la semana pasada cuando Juana Rivas declaró ante el juez de guardia siendo puesta en libertad, y que se complicó hace poco más de 72 horas cuando la jueza del caso dio un ultimátum ala madre: ayer debía entregar a sus hijos antes de las 17:00.
El foco informativo rápidamente se puso sobre esta entrega, que finalmente se produjo antes de la hora marcada. En cambio, Maracena seguía su día a día: las calles estaban llenas de gente comprando y algunos ciudadanos explicaron a este medio no conocer "la entrega de los hijos de Juana Rivas" por lo que preferían no hablar. Un silencio que no solo se dio por parte de la ciudadanía, sino en las instituciones que un día mostraron su apoyo a la madre.
Así, el Ayuntamiento de Maracena no quiso hacer ninguna declaración institucional a lo largo de la mañana cuando este periódico se acercó al edificio. El alcalde, Noel López, se mostró confiado en varias ocasiones en que el Tribunal Constitucional amparase a Juana Rivas, hecho que finalmente no se ha producido y ha precipitado los acontecimientos que acabaron con la entrega.
Tampoco hablaron en el Centro de la Mujer, ubicado en la calle Santa Ana de Maracena, puesto que "la directora del centro" se encontraba en una reunión y no podía atender a los medios de comunicación que a lo largo de la mañana de ayer se acercaron a recoger reacciones. Una de las personas que habló con este periódico afirmó "no saber nada respecto al asunto" puesto que se estaban informando por la prensa, radio y televisión mientras se sucedían los nuevos datos.
Desde el Centro de la Mujer tampoco quisieron hablar pese a ser la cara visible en este caso con permiso de la propia Juana Rivas la asesora, que ha estado en todo momento apoyando a la madre en el caso y que le ha mostrado su apoyo en numerosas ocasiones. Francisca Granados prefirió permanecer en silencio mientras espera a comparecer ante el juez durante el día de mañana.
Desde el grupo de terapia de mujeres maltratadas del Centro sí quisieron mostrar su apoyo a Rivas y a las asesoras implicadas por el "infierno" sufrido junto a sus hijos y "ante tanta crítica de la sociedad". También ha dado su apoyo a las asesoras la Plataforma 7N contra las Violencias Machistas, que inició ayer una petición que ya sumaba por la tarde hasta 4.500 firmas.
La zona de la vivienda familiar de Juana Rivas se presentó tranquila durante la mañana de ayer, cuando se produjo la entrega de los niños. No apareció ningún familiar ni se produjo ninguna reacción del entorno sobre el hecho acaecido. Tampoco los vecinos respondieron a este medio.
En cuanto a los medios de comunicación, todos estaban ayer por la mañana en la comandancia de la Guardia Civil de la capital; en Maracena desaparecieron las decenas de periodistas que algunos días se congregaban frente al Centro de la Mujer, en la calle donde vive Juana Rivas o en zonas donde se produjeron algunas de las reivindicaciones llevadas a cabo para defender a la madre y a sus hijos.
Por lo tanto, Maracena ayer quedó en silencio mientras observaba cómo una de sus ciudadanas entregaba sus hijos a su ex marido tras un año de lucha. Un silencio que se produce tras meses de ruido y con el foco informativo sobre esta localidad.
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