La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública Aurora Bueno, sobre el cierre de facultades en Granada: "Es una medida absurda, nefasta e incomprensible"
UGR
"Si existe riesgo, éste se va a dispersar" con la decisión de suspender las clases adoptada por la Junta, valora la experta, que sobre que el toque de queda en las residencias opina que "no he visto un disparate igual"
La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada Aurora Bueno es tajante. "Es una medida absurda, nefasta, incomprensible". Así se manifiesta esta experta sobre la decisión de la Junta de suspender la docencia presencial durante dos semanas como medida para atajar la situación epidemiológica que se da en Granada.
Bueno asegura que "la Universidad funciona. No hay riesgo de contagio". Sostiene esta afirmación en la experiencia de su propia Facultad, la de Medicina, en la que desde el pasado 7 de octubre no se han tenido constancia de contagios. En las primeras semanas de clase sí hubo un pico, relacionado con la llegada de los estudiantes y la actividad que éstos han podido desarrollar fuera de la Facultad.
"Cerrar las aulas no resuelve el problema" del repunte de casos al que se enfrenta Granada y que la Junta esgrime como motivo para determinar el cierre de los centros universitarios durante quince días. Es más, para Bueno esta medida puede ser incluso contraproducente. Los estudiantes pueden tener ahora "más tiempo de ocio", los que son de fuera (unos 26.000 sólo en los estudios de grado) pueden ejercer de propagadores si regresan a sus domicilios familiares y económicamente la medida "tiene repercusiones. No sólo los bares generan dinero", zanja la experta, que suma más de 160 artículos en revistas científicas, es investigadora del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública.
En estos razonamientos sobre el mayor tiempo de ocio y el hecho de que los jóvenes que se marchan pueden ejercer de propagadores Aurora Bueno coincide con lo expresado por los decanos y directores de escuela de la Universidad de Granada en una carta en la que expresan su rechazo a la medida de la Junta. "Nuestra experiencia indica que la docencia telemática acarrea un estilo de vida más activo y social, con todo lo que esto conlleva en la propagación de la enfermedad", señalaron los responsables de los centros, que incidieron en que "la UGR cuenta con más de 20.000 estudiantes de fuera de la provincia que a todas luces regresarán a sus casas en cuanto no haya la obligación de la asistencia".
Sobre la Universidad, la catedrática subraya que los centros actúan sobre los casos que se producen en la comunidad universitaria, un papel que también ha subrayado la rectora, Pilar Aranda. La UGR cuenta con un servicio de Riesgos Laborales que se ha reforzado con motivo del reinicio de las clases y desde el que se realiza rastreo de casos y control de aislamientos para evitar la propagación de la enfermedad. Con los centros cerrados, esta labor de vigilancia epidemiológica queda posiblemente truncada. También se ofrece información y formación sobre cuestiones relacionadas con la higiene y la salud pública, tareas que quedarán posiblemente interrumpidas durante estos quince días de cierre.
La Junta también prevé medidas en relación con los colegios mayores y residencias universitarias. Sobre éstas, Aurora Bueno recalca que también hay lagunas. "La medida del toque de queda... no he visto disparate igual". La Junta anunció tras el consejo de gobierno que estos alojamientos deben cerrar a las diez de la noche. "Quienes no hayan llegado a las diez de la noche, se quedarán a dormir en casa de otras personas", razona la especialista, que también se pregunta "¿qué hace pensar que el riesgo de contagio sea mayor a partir de las diez que de cuatro a seis de la tarde?". Sí considera pertinente la decisión de hacer cribados entre los residentes. Los test "sí son una medida interesante" para controlar la pandemia.
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