Mercedes Carrascosa Martín, una 'lideresa' del mundo rural

sierra nevada, paisaje y paisanaje

Fue la primera mujer que se convirtió en 'alcaldesa' en la Alpujarra

Su artesanía textil alpujarreña luce en los cinco continentes

Mercedes Carrascosa trabajando en uno de sus telares.
Mercedes Carrascosa trabajando en uno de sus telares. / Reportaje Gráfico: Ignacio Henares
Ignacio Henares

14 de julio 2018 - 02:33

Mercedes Carrascosa Martín nació en Pampaneira, en la Plaza de la Libertad, toda una señal de que venía al mundo un espíritu libre. Ha vivido casi toda la vida en el pueblo salvo una etapa en la que salió para estudiar el bachillerato y Magisterio en Granada y unos años de residencia en la costa marbellí, donde se inició en el mundo textil de la mano de una pareja de artesanos sevillanos. Pasados unos años emprendió el viaje de vuelta a Granada donde completó su formación con un 'gitano rubio del Sacromonte' y de regreso a su pueblo natal que ya no ha abandonado salvo para sus escapadas viajeras 'a conocer mundo'. Ha sido pionera en muchas iniciativas, marca parque natural, artesanos de la Alpujarra, turismo sostenible… pero tiene a gala haber sido la primera alcaldesa de un pueblo de la Alpujarra.

No es muy de las nuevas tecnologías pero "a la fuerza ahorcan" y ha tenido que adaptarse a los tiempos con su blog, su perfil en Facebook, ventas por internet… No tiene cuenta de Twitter, ni falta que le hace, aunque se le daría muy bien porque en la conversación se basta con la mitad de la mitad de los caracteres para sentenciar. Sus respuestas son cortas, certeras y contundentes, si es que no responde con una pregunta. Paladín de la economía del lenguaje y del hablar sin rodeos, al grano. Y además como conocedora del oficio textil "no da puntada sin hilo".

Ella es la 'culpable' de que Pampaneira sea uno de mis rincones preferidos de la Alpujarra, y de mi familia, a donde acudo con frecuencia a descansar, a pasear y a ordenar las ideas, las tres cosas simultáneamente; es también quien ha hecho que conozca mejor a la gente de los pueblos y el enlace con el que he aprendido a empatizar con agricultores, pastores, hosteleros, artesanos… con todo el rico paisanaje alpujarreño, y de que a la hora de abordar distintos problemas pueda ponerme en su lugar.

Un presidente de la Junta la llamaba la alcaldesa artesana pero cuando le pregunto por esta denominación me dice que le han llamado de muchas maneras hasta la alcaldesa hippie pero que ella prefiere resumir en las palabras madre y artesana, como lo más importante a destacar de su biografía.

-Alcaldesa de tu pueblo durante 16 años… Balance rápido.

-Yo me siento orgullosa de haber contribuido al desarrollo de mi pueblo y de su gente y que ahora sea reconocido como uno de los pueblos más bonitos de España y de los que mejor han conservado su patrimonio y su identidad.

-Primera alcaldesa en una comarca como la Alpujarra... la presencia de mujeres en política local no era normal, entonces.

-Era un tiempo en el que las mujeres no abundaban en cargos público ni siquiera en los ámbitos urbanos. Tuve que ganarme un sitio ya que todos los alcaldes alpujarreños eran hombres. En la actualidad, gracias al trabajo de muchas mujeres, se ve con total normalidad que haya alcaldesas en esta comarca. Ahora hay en Órgiva, Bubión, Busquístar, Juviles, Válor, Nevada… A mí me tocó abrir camino , romper barreras, sobre todo las mentales.

-Recuerdo que entonces se decía que no había mujeres dispuestas ni preparadas.

-En nuestro caso en las listas casi todas éramos mujeres, eran los hombres los que se ponían para rellenar o para disimular, (je, je) al contrario de lo que ocurría en otros pueblos. Las mujeres demostramos que estábamos tan preparadas, al menos, como los hombres.

-¿Por qué dejaste el ayuntamiento?

-Venía pensándolo desde años atrás pero llegó la ocasión de decidir que los objetivos estaban prácticamente cubiertos y que era el momento de facilitar el paso a personas más jóvenes, con nuevas ideas e inquietudes, nuevas formas de relacionarse…

-¿De qué cosa te sientes más orgullosa de tu etapa de alcaldesa?

-De que en mi pueblo no se confunda crecimiento con desarrollo. Ahora se habla mucho de desarrollo sostenible, diversificación de la economía, de economía circular… nosotros llevamos apostando por ello desde hace décadas.

-¿Qué se te quedó "en el tintero"?

-Se me quedó un proyecto importante no sólo para mi pueblo sino para todo el Barranco (del Poqueira) y para toda la Alpujarra: el Centro de Visitantes del Parque Nacional. Iniciamos el proyecto con la expropiación de las "casas de Endesa" y el inicio del largo procedimiento urbanístico para la construcción de este equipamiento. Espero que vea la luz en los próximos años. Sigo reclamando que haya inversiones en equipamientos de uso público en esta parte de Sierra Nevada y que no se lo lleve todo el entorno de la estación de esquí.

-¿Qué supuso la declaración del parque natural primero y luego el parque nacional para tu pueblo, para la Alpujarra?

-La declaración de parque natural tuvo un gran impacto entre la población ya que afectaba a las zonas habitadas y a las fincas en las que se desarrollan las actividades. Pero el modelo coincidía con lo que queríamos los lugareños ya que queríamos conservar nuestro paisaje, nuestras actividades tradicionales. Cuando se declaró el parque nacional, que afecta a la zona de altas cumbres se crearon muchas expectativas, por las ayudas directas que se recibían, y algún problema, pero en general se ha llegado a una gran aceptación.

-¿Cómo vive la gente del pueblo estar en un espacio protegido? ¿Se siente orgullosa?

-Vivir dentro de una zona especialmente protegida como Sierra Nevada es un gran orgullo ya que se protege lo que merece la pena, lo importante y nosotros somos importantes para Andalucía, España y para el mundo entero ya que aquí se unen las figuras de Parque Natural, Parque Nacional y Reserva de la Biosfera. Gracias también a la declaración como conjunto histórico de los tres pueblos del Poqueira, podemos vivir en nuestra tierra.

-¿En qué habéis invertido las ayudas del parque nacional?

-Desde el ayuntamiento cada año hemos aprovechado las ayudas para hacer algo, arreglo de las calles, recuperación de los Lavaderos, restauración de la Iglesia, acondicionamiento y señalización de senderos de uso público…

-¿Qué le piden los vecinos de un pueblo pequeño "al parque"?

-Creo que habría que trabajar en la recuperación del paisaje, agricultura ecológica, reforestación… Inversiones en economía 'verde'. Queremos que se apueste por el paisaje y por el paisanaje, (como tus entrevistas), queremos pueblos vivos.

-¿Cuál es la mejor época para visitar tu pueblo?

-Para visitar Pampaneira todas las épocas, todas las estaciones del año son buenas… pero debido a su diversidad vegetal quizás el otoño es el que más impresiona por el colorido y los contrastes en el paisaje. En primavera con las cumbres nevadas y el agua como protagonista en ríos y arroyos es también espectacular.

ARTESANA EN SU TIERRA

Artesana, y profeta, en su tierra. Lleva dedicada a este oficio desde hace más de 30 años. Trabaja con fibras naturales y vegetales de la mejor calidad con diseños propios. Su taller textil está dedicado a la recuperación de la artesanía alpujarreña, de ondas raíces en la Granada musulmana. En su antiguo telar combina sabiamente las distintas técnicas y materiales con una creatividad innovadora. Los materiales empleados son lanas puras, algodón, yute, alpaca, seda... así como fibras sintéticas de gran aceptación en piezas de vestir de fantasía.

-¿Cómo surgió lo de dedicarte a la artesanía?

-Inicialmente pensamos en la restauración de los telares que estaban desapareciendo y en formar a la gente joven para recuperar el oficio de artesanos. En colaboración con el ayuntamiento y la Junta (de Andalucía) montamos un taller donde aprendieron a tejer, principalmente mujeres del pueblo y alrededores. A partir de aquí se montó una cooperativa que hacía jarapas y mantas de lana, cortinas… También se montó mi telar donde ahora 'fabricamos' variados productos artesanales con motivos alpujarreños principalmente. Luego continué formando a gente en otros pueblos como Pitres, Trevélez, Órgiva… Y aquí seguimos.

-¿De dónde vienen tus materias primas?

-Para muchos de mis productos tengo que abastecerme por proveedores que las importan de China y Tailandia, por ejemplo las sedas, o de Perú y Bolivia, la alpaca. Si hay en nuestro país busco los materiales que necesito.

-¿Quiénes son tus principales clientes?

-Cualquiera que pase por el pueblo, ya sea para pasar la jornada, como las personas que vienen a pasar unos días de vacaciones. La ventaja de mi taller es que la gente puede ver como trabajo, en directo, y no hay que hacer muchas explicaciones sobre la diferencia entre un producto industrial y uno artesanal.

-¿Y entre los extranjeros quiénes son los mejores clientes?

-Mis mejores clientes son europeos del centro y norte, aunque también los americanos, australianos, japoneses… últimamente a mi 'cartera de clientes' se han unido chinos y coreanos (je, je).

-Si cobraras por visita ya serías rica…

-Sí, después de más de 30 años de oficio, ya hay mucha gente que en el tour por el pueblo incluye la visita a mi telar como un atractivo incluido en el paquete, y yo siempre que puedo le echo un poco de cháchara y respondo a las preguntas mientras hacen miles de fotos. Hay que tener en cuenta que para mucha gente un 'aparato' como el mío es una cosa rarísima, antediluviana (risas).

-¿Hasta qué 'montañas lejanas' han llegado tus tapices y lucen colgados?

-Que yo sepa en Pirineos, Picos de Europa, en todas las montañas españolas y también en muchas de Europa. El lugar más remoto al que ha llegado un producto mío creo que es uno que envié a la isla de Tasmania.

-¿Tu obra más cara?

- El más caro fue el encargo que recibí de un americano que quería "la puesta de sol que vio Bill Clinton".

-¿Tu 'obra magna'?

-Estoy preparando el material para un gran tapiz del Barranco del Poqueira que va para Florida.

-¿Cómo va la experiencia de los gusanos de seda?

Mi idea con la seda era recuperar esa industria que tuvo su apogeo en la época de los árabes. Es una tarea complicada. Sigo criando gusanos, saco el hilo… pero se necesitarían muchos más árboles y gusanos. Lo hago a nivel experimental y para aprender y es quizás un proyecto más romántico que comercial. He hecho un censo de los morales centenarios del pueblo y he estudiado todo lo que he encontrado sobre la sericultura y su importancia en la Alpujarra en el periodo de influencia árabe.

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