Miralles, el visionario de los cócteles

Verdi, situado en el Realejo, se ha convertido en un local único en Granada para deleitarse con casi un centenar de combinados · La maestría del barman es la principal singularidad, pero solo una de ellas.

Miralles, el visionario de los cócteles
M. Ángeles Porcel / Granada

04 de agosto 2012 - 01:00

Un lugar para relajarse, disfrutar, pensar y hasta perderse. Así es Verdi, una coctelería muy particular escondida en la calle Sacristía de San Matías. Al entrar, además de su particular decoración en tonos granate y verde oscuro, con decenas de angelitos adornando las paredes, llama la atención una iluminación tenue y una música de fondo que, sobre todo, invitan a pasar un rato espectacular.

Al tomar asiento en uno de los sillones de terciopelo entra en escena Albert Miralles, dueño del local y barman. Tranquilamente pregunta a cada uno de sus clientes por sus sabores favoritos hasta que destapa cuáles son sus necesidades de esa noche y les proporciona el cóctel perfecto. "Esta profesión te obliga a agudizar un sexto sentido. Me enseñaron a conocer al cliente para presentarle algo que le guste de verdad, aunque también es agradable cuando vienen personas que saben exactamente lo que quieren", explica.

El conocimiento de su oficio se deja notar en el diseño, la preparación y el buen gusto de las copas. Inició su formación en la coctelería Odeon, en Manhattan, y hace siete años decidió venir a Granada porque "tiene las características que buscaba". Su dedicación casi excede las 24 horas, muchas de las cuales ensaya en el laboratorio para dar con nuevas mezclas, a veces "por casualidad", y otra parte de su tiempo asiste a ferias, congresos y concursos por todo el territorio nacional. Sin ir más lejos, el año pasado fue ganador en el festival granadino Retroback.

El fruto de este trabajo son unos 80 cócteles en carta, 60 de ellos con firma propia, y un local que se llena cada noche desde que abrió sus puertas, sin más promoción que el boca a boca. De todo el repertorio, el gin tonic es el rey. En el Verdi, el legendario cóctel amargo puede prepararse con hasta 147 ginebras siguiendo los estándares clásicos o peticiones personalizadas, pero todos con un truco. El barman utiliza nitrógeno para sellar el hielo y que "se disfrute la copa de principio a fin sin mezclarse con el agua ".

Otro signo de su larga experiencia en el arte de la coctelería es su reciente elección como representante del ron El Mondero, elaborado artesanalmente en Salobreña siguiendo una larga tradición, la de los 'monderos' o peladores de la caña de azúcar de la costa granadina.

Como buen embajador de la marca ha diseñado el servicio perfecto con el nombre de Mar de Mondero, uncóctel con la base del ron que le da nombre, emulsión líquida de caña de azúcar, hierbabuena y mixer limonado. "Mantiene la esencia y la sigularidad del propio ron pero se dulcifica para hacerlo más popular", detalla el barman. Sin embargo, asegura que "al estar reposado en barricas de madera, igualmente puede degustarse solo con hielo".

La vista, el oído, el olfato, el tacto y, por supuesto, el gusto. Los cinco sentidos quedan saciados al mojarse los labios con uno de los combinados de este barman, que ha hecho de Verdi un santuario del mundo del cóctel.

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