Un robo, origen del asesinato de un guardia civil en Huétor Vega

Granada

Huía tras asaltar un bar de Las Gabias

Le dieron el alto cuando conducía por Huétor

En el forcejeo se hizo con el arma del agente y le disparó

La pistola fue hallada al arrestarlo

Momento en el que ‘El Kiki’ fue detenido en el entorno del Serrallo durante la operación Jaula.
El homicida ha sido detenido en el entorno del Serrallo / Jaime Cinca
Noelia Gómez Mira

16 de octubre 2018 - 11:22

A la izquierda, el guardia civil fallecido; a la derecha, el detenido.
A la izquierda, el guardia civil fallecido; a la derecha, el detenido. / G.H.

Como cada noche, el agente José Manuel Arcos salió a patrullar por Huétor Vega. Esta vez iba acompañado de una agente en prácticas del puesto de la Guardia Civil de La Zubia, demarcación que da servicio a la localidad hueteña en la que ambos estaban destinados. Faltaban menos de dos horas para que acabase su turno -terminaba a las 6:00 horas- y, como solía ser habitual, iba a acercarse a la panadería Pan Huétor, ubicada en la avenida Ingeniero Santa Cruz, antes de volverse a La Zubia. Sin embargo, esta vez el agente no consiguió terminar su turno: Arcos, tras parar a un conductor sospechoso, recibió un disparo que horas más tarde acabó con su vida. Tenía 47 años.

De madrugada, los agentes habían recibido el aviso de que se había producido un robo en un bar de Las Gabias en el que se había visto implicado un Ford Escort color blanco. En un principio, la alerta era para los efectivos de Cájar, sin embargo, minutos después recibieron un segundo aviso: el sospechoso podía dirigirse a Huétor Vega. Sobre las 4:20 de la madrugada, el agente Arcos observó un coche del modelo indicado que aumentó de velocidad al percatarse de la presencia policial en la zona de la avenida Doña Juana, por lo que le dieron el alto.

El conductor se bajó del vehículo y trató de darse a la fuga a pie. Arcos salió detrás suya, pero al fugado le dio tiempo a esconderse en un parque de la zona. Cuando el agente llegó hasta el lugar donde se escondía el delincuente, que iba armado pero carecía de munición según pudo saber Granada Hoy, fue sorprendido por este individuo que se abalanzó sobre él, por lo que se enzarzaron en un forcejeo. En ese momento, por motivos que están siendo investigados, el delincuente consiguió apropiarse del arma reglamentaria del agente y le disparó a bocajarro perforándole la ingle con trayectoria ascendente hacia el abdomen.

Tras ello, la otra guardia civil, que se había quedado más rezagada en la persecución, llegó hasta el lugar y abrió fuego contra el delincuente al menos en dos ocasiones -así lo apuntaron varios vecinos que oyeron los disparos y así lo demuestra un impacto de bala visible en un vehículo que estaba aparcado en la zona-, pero sin fortuna.

Al comprobar que su compañero yacía herido en el suelo, dio aviso sobre lo ocurrido y trató de taponarle la hemorragia. Todo ello mientras el autor de los disparos se daba a la fuga, una huida en la que abandonó el arma que portaba y lo robado previamente en Las Gabias. Pese ello, el agresor pudo ser identificado como Juan Antonio M. G., un conocido delincuente granadino de 40 años, con antecedentes por robo, amenazas o violencia de género, lo que dio pie a poner en marcha la Operación Jaula.

Arcos fue trasladado al Hospital del PTS con una herida de bala que le había perforado la arteria femoral. Allí consiguieron estabilizarlo y, de urgencia, el agente pasó a la sala de quirófanos donde "tres anestesistas, cuatro cirujanos generales, dos cirujanos vasculares, tres intensivistas, seis enfermeros y dos auxiliares", según relató Rafael, uno de los instrumentistas del PTS, intentaron salvarle la vida. Pero no hubo suerte: falleció a consecuencia de las heridas que le había provocado la bala. Mientras tanto, compañeros del Cuerpo, incluso quienes estaban fuera de servicio, habían desplegado un amplio dispositivo tanto por Huétor Vega, como por municipios colindantes como La Zubia, Granada capital, Monachil o Cájar. "Se busca", acompañado de la descripción y datos de Juan Antonio M. G. Con este mensaje difundido entre los miembros de la Guardia Civil, así como a la Policía Local de los distintos municipios para dar con el homicida que trataba de fugarse.

Hicieron falta cinco horas de dispositivo para que la operación diera sus frutos, pero la incansable dedicación de los agentes permitió que la culminasen: sobre las 9:30 horas de la mañana de ayer, el control situado en la rotonda que conecta Huétor Vega con la capital, junto al centro comercial Serrallo Plaza, el autor del disparo era detenido. Los agentes, que pertenecían a una patrulla de Albolote, dieron el alto a la furgoneta blanca en la que viajaba Juan Antonio M. G. y en la que se encontró el arma del crimen. El vehículo, que había sido robado, fue inteceptado bajo la mirada de decenas de granadinos que, en hora punta, circulaban por la zona y capturaron dicho momento.

Tras lo ocurrido, el Ayuntamiento de Huétor Vega convocó a las doce del mediodía un minuto de silencio en memoria del guardia civil fallecido. Este mismo acto se realizó de forma simultánea en La Zubia, que ha decretado tres días de luto oficial, al ser el lugar en el que José Manuel Arcos, que era vecino de la capital y tenía dos hijos de 21 y 25 años, estaba destinado desde hacía nueve años. Previamente había pasado por diversos puestos como La Calahorra, Valls (Tarragona), Jerez del Marquesado o Tarragona, durante sus 25 años de trayectoria en los que además fue condecorado con la Cruz a la Constancia de Bronce en el año 2008 y de Plata el pasado 2017.

Con las banderas a media asta y el dolor grabado en los rostros de compañeros y vecinos que decidieron acercarse a las puertas de la localidad zubiense, se llevó a cabo el minuto de silencio tras el que el jefe de la Policía Local de La Zubia, Alberto Cortés, definió a Arcos como una "gran persona, un magnífico compañero, siempre dispuesto al trabajo".

Mientras tanto, el cuerpo del agente Arcos fue trasladado al Instituto de Medicina Forense de la capital donde se le practicó la autopsia. A las 15:30 horas, el coche fúnebre, escoltado por un amplio dispositivo de vehículos policiales, trasladó al fallecido hasta la Comandancia de la Guardia Civil donde se ha celebrado la capilla ardiente. Arcos era un amante del deporte y del ciclismo. Tal fue así que durante todo el velatorio, junto a su féretro lo acompañaba su bicicleta. Asimismo, sus compañeros y amigos han estado junto a él desde su ingreso en el hospital, ya que el lema que tenían era "Nunca dejar a un compañero atrás".

Reclaman más medios para la Guardia Civil

El agente fallecido en acto de servicio no llevaba chaleco antibalas. Precisamente esta es una carencia que tienen en varios puestos de la Guardia Civil que ha sido denunciada por sindicatos. Ayer, la asociación Justicia para la Guardia Civil (Jucil) reclamó medios materiales y humanos para hacer frente al incremento de hechos violentos relacionados con la delincuencia. Jucil indicó que "son muchos los compañeros que aún no cuentan con material de protección personalizado", y solo disponen de un determinado número de chalecos antibalas designados a su unidad. Jucil pidió que se "revise el tipo de dotación" y se adecue a "los tiempos y circunstancias, que requieren de fundas más seguras y operativas".

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