Multa de 626 euros a un dentista por dejar hacer prácticas a una estudiante

La Inspección entiende que los jóvenes en esta situación deben tener un contrato de formación · Las clínicas dentales alegan que los chavales están allí para mirar y aprender pero que en ningún caso trabajan

Las placas de dentistas en los portales de Granada han proliferado al mismo ritmo que el índice de paro en la profesión. Esa oferta tan extensa ha obligado a las clínicas dentales a rebajar los precios de sus servicios; hasta tal punto que ha dejado de ser rentable acudir a la Facultad de Odontología para someterse a un tratamiento dental, una práctica que era muy común hace unos años. Consecuencia: la Facultad se ha quedado sin pacientes para que sus alumnos hagan prácticas.

¿Qué hacer entonces para adquirir las destrezas suficientes con las que debe contar un profesional? Pues los estudiantes optan por visitar centros odontológicos donde se ofrecen para acudir varias tardes a la semana y observar al profesional, de forma que puedan ir cogiendo habilidades.

Para Isaías Martínez esta es la única forma de que los jóvenes puedan competir luego en el mercado laboral (dada la escasa formación práctica que les ofrecen las facultades), así que a lo largo de sus 21 años de profesión ha ido recibiendo en su consulta a todos los estudiantes que le han pedido ayuda.

Pero su predisposición a la hora de enseñar sus conocimientos a los chavales sufrió un duro revés hace unos meses, cuando un inspector de Trabajo visitó la clínica dental y una joven estudiante marroquí que cursa estudios en Granada le abrió la puerta.

El inspector le pidió a Isaías los contratos laborales de todos los trabajadores y, sobre todo, el de la joven estudiante. "Chaimae es estudiante en Granada y quiere montar su propia clínica en Marruecos así que visita la clínica algunas tardes para ir aprendiendo. Ella está a mi lado mientras yo le voy dando explicaciones sobre todo lo que hago, sin que ello conlleve su intervención en el trabajo de la clínica", expuso Isaías.

La explicación no convenció al inspector. Resultado: 626 euros de multa a la clínica.

Y aquí es donde Isaías -después de pagar religiosamente los 626 euros- abre el debate.

Los alumnos de Odontología no tienen prácticas en la Facultad. Las clínicas dentales no les pueden hacer un contrato en prácticas porque no pueden tocar la boca de ningún paciente mientras no sean titulados (de lo contrario estarían sancionados por intrusismo) pero la propia Facultad de Odontología les recomienda que visiten clínicas dentales para "ampliar su formación odontológica".

"Durante mis 20 años de carrera profesional nunca le he negado a ningún estudiante que venga, entiendo que igual que a mí me enseñaron, yo tengo la obligación de enseñar. La teoría en esta profesión no vale de nada. Es como si te enseñan a nadar con un manual y no te meten en el agua", explica Isaías.

Desde que le sancionaron, Isaías ha recibido la llamada de varios estudiantes que le han pedido acudir a su clínica. El odontólogo cree que su labor es una cuestión de justicia social así que está en una incómoda tesitura: ¿Se arriesga a que le multen de nuevo, eso sí, con la conciencia tranquila porque está ofreciendo a los estudiantes la posibilidad de formarse y competir en igualdad de condiciones con otros estudiantes de España cuando salgan de la Facultad... o les dice que no?

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