Multitudinario festival aéreo con susto incluido

Uno de los parapentistas que abría el acto se enredó con los cables en pleno vuelo y se precipitó a la orilla, pero salió ileso El festival llega este año a su octava edición

Multitudinario festival aéreo con susto incluido
Multitudinario festival aéreo con susto incluido

Miles de personas disfrutaron en las playas de Motril de la octava edición del Festival Aéreo que organiza la Asociación Aeronaútica Andaluza Orión, en un año en el que la agrupación está de doble enhorabuena por el premio que les otorgará el príncipe Felipe el próximo día 20 en Madrid, concedido por el Ejército del Aire, y porque la cita ha sido incluida por primera vez en el calendario del Consejo Europeo de Festivales Aéreos. El espectáculo se consolida pues como un referente en toda Europa por su singularidad y convierte a la ciudad costera en uno de los cinco municipios españoles que junto a Vigo, Gijón, Barcelona y Cádiz acoge un evento de esta magnitud.

El presidente de Orión y organizador del certamen, José Miguel Pérez Juárez, reconoció que en esta ocasión había costado muchos meses sacarlo adelante. Asimismo, agradeció al Ayuntamiento de Motril, a la Diputación de Granada, a la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical y a otros estamentos de la ciudad su colaboración.

El coronel Julián Roldán, Jefe de la Escuela Aérea de Armilla, comentó que tenían muchas ganas de participar en esta jornada con una patrulla de 5 helicópteros, y que querían apoyarles "por la ilusión, esfuerzo y empeño que le ponen".

Por su parte, la vicepresidenta primera de Diputación y alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, subrayó la importancia de esta apuesta turística para la comarca, que coincide con el inicio de la temporada de playas. "Es un evento por el que deben apostar todas las instituciones, ya que viene mucha gente a nuestro litoral", señaló.

Los hermanos Tejeiro -Manuel, Javier y David- fueron los encargados a las once de la mañana de abrir el evento con un vuelo de parapente a motor, con acrobacias y giros con centrifugados y tumbados en vertical. A los pocos minutos de su entrada en la caja de acrobacia, uno de los tres componentes de Malaguitas Team, David, se enredó con los cables en pleno vuelo y se precipitó al vacío.

La pericia del parapentista evitó males mayores y todo quedó en un tremendo susto: al percatarse de que no podía mantener en vuelo el aparato, David se fue a la orilla, para que el mar amortiguara la caída. De inmediato, fueron a socorrerle componentes del dispositivo de seguridad presentes. El propio José Miguel Pérez Juárez consoló al joven, enfadado porque no había podido completar la función. Por su propio pie se dirigió a la ambulancia, para ser sometido a un primer reconocimiento y tranquilizó a sus hermanos en el aire que sí finalizaron el espectáculo.

Fuentes de la organización informaron de que trasladaron al joven parapentista al Hospital de Motril, aunque no presentaba heridas de consideración, sólo por protocolo para efectuarle un chequeo.

Tras el incidente, entraron en acción los ultraligeros de la formación ULM: el Zenair CH 601 de origen checo y el Sierra 2002 CT italiano, que irrumpieron ante el público con sobriedad y elegancia y sin apenas ruido. El Sport Cruiser completó las pasadas de este tipo de aeronaves.

La mañana continuó con la participación de la empresa local Tropicopter que su sumó a esta edición con su Robinson R44, que arrancó numerosos aplausos de los presentes cuando pudieron contemplar que se paraba a pocos metros de ellos.

El popular futbolista Salva Ballesta hizo un homenaje a su padre, pilotando el Bucker 1131, una réplica en la que aprendió a volar su padre, coronel del aire en 1961.

La formación ELA de autogiros dejó paso a los vuelos acrobáticos en aviones. Carlos Bravo, instructor de vuelo y piloto acrobático agregado a la Fundación Infante de Orleans (FIO), pilotó un avión histórico de gran belleza visual: el De Havilland Canadá DHC-1 Chipmunk.

Jorge Macías Alonso, campeón de España acrobático en modalidad ilimitada, dibujó las acrobacias que un niño desde tierra le solicitaba.

El helicóptero de Salvamento Marítimo Helimer 202 participó en un simulacro de rescate, mientras que la patrulla Cartouche Doré repitió por segundo año consecutivo, pudiendo presumir Motril de ser el único lugar de fuera de Francia donde participan. Con un modelo TB 30 Epsilon los tres aviones danzaron acrobáticamente en el aire perfectamente sincronizados. Los organizadores mientras tanto repartieron unos 1000 banderines de la enseña nacional para despedir el espectáculo con la participación de la patrulla Aspa. La escuadrilla de Armilla puso en pista a 5 helicópteros Eurocopter EC 120B Colibri, que pusieron el broche final de la jornada con sus bucles y figuras.

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