Nazarí, la cerveza granadina de jóvenes emprendedores

Proyecto. Son cervezas para sentirnos orgullosos de los productos propios y, sobre todo, disfrutar... disfrutar mucho con esta bebida

DICE el refrán que la necesidad es la madre de la invención. Y es lo que ocurre en tiempos duros de crisis: de hecho vemos todos los días a jóvenes -y no tan jóvenes- emprender nuevos proyectos y negocios con el autoempleo como única salida.

Cervezas Nazarí nace en parte debido a estas causas y en parte a la afición por la elaboración de cerveza artesanal y con mucha ilusión por parte de sus tres socios que, hoy en día, trabajan cada cual en lo suyo compaginándolo con la fábrica de unas cervezas que se están haciendo un hueco importante en el panorama granadino: David Román, sociólogo; Francisco Matías, informático; y por último, Enrique Agredano, socio capitalista. Fue Matías quien comenzó hace años a hacer cerveza en casa para consumo propio y de amigos. En 2010, Matías se había quedado en paro y se preguntó si esto podía plantearse como un negocio. Empezó a hacer un estudio de mercado y vio que entonces sólo había cuatro microcervecerías en una comunidad autónoma con tanto potencial como Andalucía, si nos fijamos que en Cataluña, por ejemplo, hay más de 60.

De ahí a lanzarse a por todas fue todo uno. El estudio de la ubicación fue uno de los puntos más complejo dado que cada uno de los socios vive en distintos lugares (Granada capital, Almuñécar y Mairena). Finalmente se decidieron por Laroles, en La Alpujarra granadina, un lugar en pleno parque natural de Sierra Nevada donde la calidad del agua es de las mejores en España y donde se siguen manteniendo tradiciones centenarias que iban acorde con su idea de elaborar un producto artesanal 100% natural.

Reconvirtieron una nave en fábrica, para lo que la Junta de Andalucía les dio una subvención de la que aún no han recibido ni un céntimo: todo hecho con inversión personal, créditos, esfuerzo y mucha pasión.

El siguiente paso fue hacerse con la maquinaria necesaria, y después de comparar con la fabricada en Rusia o en Alemania, encontraron Cerveza Artesana Homebrew en Barcelona, que además de vender la tecnología necesaria hacía cursos de formación para nuevos emprendedores: era lo que necesitaban. Y, por supuesto, visitaron microcervecerías fuera y dentro de España para vivir el nuevo reto desde dentro y empaparse de conocimientos.

Con la idea fija de hacer un producto lo más artesano posible, hasta hicieron pruebas de plantación de lúpulo, una planta que necesita frío, sol y humedad, y que se añade a la malta para fijar aromas y dar el sabor amargo característico. Pero, al final, fue un problema mantener la plantación y abandonaron la idea. Hoy elaboran con flor de lúpulo compactada que se conserva mejor.

En cuanto a las levaduras que utilizan, aún no disponen de un laboratorio para criar sus propias cepas, así que compran las más adecuadas para cada tipo de cerveza. La malta viene de Barcelona y Galicia.

Vender, lo que se dice vender, llevan desde junio. Es cuando al fin tuvieron todos los permisos. Actualmente producen unos 6.000 litros. Con la maquinaria de la que disponen pueden hacer cervezas tipo lager pero no disponen de sistema de frío, por lo que elaboran tipo ale, por supuesto sin filtrar y sin pasteurizar para no perder aromas y plenitud de boca en el proceso: solo se hace un filtrado natural por decantación en un cono de 65 grados para perder los posos y van haciendo purgas durante la fermentación. También se ayudan de un alga, agar-agar para filtrar de forma natural.

Su gama de cervezas se ha ido desarrollando y ampliando con el tiempo. Todas ellas con nombres inspirados en personajes del reinado nazarí, quizás la más popular sea Aixa, una Pale Ale elaborada con maltas pálidas, de color ámbar, aromas florales y afrutados, cuerpo medio y sabor amargo.

La Cerveza Morayma, estilo stout, es de un color caoba con espuma cremosa y ligeramente teñida, amarga, con aromas de chocolate y café que se potencian en el paladar.

Nazarí Zoraya es de estilo Abadía, de color ámbar profundo - cobrizo, con espuma ligeramente tostada. Sus aromas recuerdan al caramelo y a frutas como el plátano o la manzana.

Como cerveza especial, empezaron elaborando una con miel de un apicultor de la zona, pero no les funcionó como esperaban. Hoy elaboran Taramay, desarrollada desde el principio con maltas Pilsen y rye malt, que tiene como característica principal es su alto contenido en pulpa de Chirimoya: una cerveza con un producto muy nuestro. Es una cerveza de temporada: la de la chirimoya. La producción es limitada por lo que cada botella es numerada a mano por el maestro cervecero.

Las encontrarán en muchos establecimientos de hostelería y tiendas especializadas granadinas. Cervezas para sentirnos orgullosos de los productos propios y, sobre todo, disfrutar, disfrutar mucho.

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