Obra de emergencia en el Hospital Real de la Universidad de Granada tras detectarse el desplome de un muro
Patrimonio
Los estudios, realizados tras el enjambre sísmico, constataron un desplazamiento de 26 centímetros que ahora será corregido en una intervención que costará 800.000 euros
Vuelven los andamios al Hospital Real. La sede del Rectorado de la Universidad de Granada (UGR) será objeto de una intervención de “emergencia para prevenir el riesgo de desplome en el caso de un nuevo sismo”, explicó el vicerrector de Extensión Universitaria y Patrimonio, Víctor Medina. La obra se realizará tras detectarse que uno de los muros –el de la fachada noroeste, que corresponde con la esquina de la Sala de Convalecientes que da al aparcamiento– tiene un desplazamiento de 26 centímetros. “Hay que poner cuanto antes un andamio para apuntalar y sujetar el muro y así evitar el riesgo de desplome en el caso de que haya un terremoto antes de que podamos empezar la obra”, explicó Medina, que avanzó que esta intervención supondrá trasladar al personal del Vicerrectorado de Personal Docente e Investigador y Docencia a otro espacio. En concreto, se irán al espacio que la UGR tiene en Real de Cartuja. Asimismo, se verá afectado el aparcamiento del Hospital Real, donde se colocará el andamiaje.
Sobre los plazos previstos, el vicerrector aclaró que “no se podrá empezar antes de febrero porque para intervenir hay que levantar la cubierta” del Hospital Real. Y antes de ese paso, hay que trasladar al personal y retirar la exposición sobre Azaña que actualmente puede visitarse en la Sala de la Capilla, ya que “hay que apuntalar las plantas inferiores en esa zona”. El arquitecto encargado de la obra será Diego Garzón.
“De momento se ha instalado ya una pluma en el aparcamiento, que ya ocupa una esquina del mismo”, apunta Medina, que detalla que la intervención costará en torno a los 800.000 euros, que en un principio saldrán del bolsillo de la Universidad. No obstante, se trabaja con las distintas administraciones, como la Junta de Andalucía, para conseguir una subvención.
El desplome del muro se detectó tras el análisis realizado en el inmueble tras el enjambre sísmico. No se puede determinar que sea consecuencia directa de la serie de terremotos, pero se determinó que el estado del muro era un riesgo. “Puede caerse si hay otro movimiento sísmico”, reconoció el vicerrector, que estuvo presente en la sesión ordinaria del claustro universitario donde se aprobó la memoria de gestión del año 2021 por 124 votos a favor. 25 en contra y una abstención.
En el capítulo de la memoria dedicado a las infraestructuras, la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, indicó que en infraestructuras “tenemos que hacer más”, aunque ligó estas intervenciones a la situación económica. “Tenemos carencias”, reconoció, al tiempo que admitió que el módulo de Escultura de Bellas Artes “era un auténtico desastre”. Las obras avanzan en este módulo, uno de los compromisos que se han reiterado en los últimos claustros. Otro de los compromisos en infraestructuras es la Biblioteca de Filosofía yLetras, que está “pendiente de amueblamiento”. Sobre el Hospital Real y la obra, la rectora dijo que “no hay peligro, pero sí es para estar preocupado”. También indicó que “parte de la fachada [la trasera] está muy afectada”. Hace unos años se intervino en parte de las cubiertas del Hospital Real y se prepara la intervención en el Patio de la Capilla, que contará con financiación a cuenta del programa del 1,5% cultural del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
En cuanto al capítulo de infraestructuras, Aranda detalló que se trabaja en un intercambio para poder construir un nuevo edificio en Fuentenueva que “ofrezca laboratorios al campus centro” y otro en las inmediaciones de Informática y Telecomunicaciones. Por parte del estudiantado, se recordó la situación de la Facultad de Relaciones Laborales y Recursos Humanos, con la ratio, según explicaron, más alta de estudiantes por metro cuadrado.
Sí se detalló que se trabaja en determinar cómo trasladar la actividad de la Casa del Almirante –donde irá el legado de Brazam tras el acuerdo que firmó el artista con el Ayuntamiento– a la Casa de Porras y que se abordará un plan integral para la gestión y conservación del patrimonio.
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