"Occidente no quiere la democracia en Siria"

El intelectual sirio palestino de la izquierda árabe apuesta por una refundación de los partidos progresistas que construyan el día después de las "primaveras árabes"

El periodista y escritor Salameh Kaileh, durante su visita a Granada.
Tomás Navarro

02 de diciembre 2012 - 01:00

El encaje de la República Árabe de Siria en el nuevo amanecer que ya se despunta en el mundo arabomusulmán causa una gran inquietud dada la prolongación del conflicto. Las fuerzas gubernamentales combaten a muerte a los rebeldes alzados en armas donde están presentes tanto fuerzas opositoras prodemocráticas como otros grupos yihadistas que aprovechando la confusión de más de año y medio de combates inundan de actos terroristas las ciudades y pueblos de Siria. En más de año y medio de escaramuzas y represiones de ambos bandos las víctimas de este cruel escenario superan la cifra de treinta mil muertos y más de cien mil refugiados en países limítrofes con Siria.

El periodista y escritor Salameh Kaileh es un intelectual comprometido con los idearios de la izquierda progresista árabe. Recientemente fue detenido en Siria y luego torturado por militares del Ejército del Aire del régimen sirio, denuncia que fue recogida por Amnistía Internacional y que le ha supuesto a Kaileh un reforzamiento de su ideario. Tras ser puesto en libertad visita Europa y proveniente de París recala en Granada donde ayer tarde impartió una conferencia en la sede de la universidad Euroárabe donde abordó el futuro inmediato de la izquierda dentro y fuera de las denominadas "revoluciones" o "rebeliones" que se extienden asimétricas por el mundo arabomusulmán e islámico.

-¿Por qué Siria está en la situación que está?

-Resulta tan complicada la respuesta que, de entrada, debo de decirle que contiene distintos niveles de crisis...

-¿La situación económica fue el detonante de la rebelión popular?

-Sí, la crisis económica también en Siria ha sido el motor principal que ha movido la insurrección.

-¿Porqué no ha habido líderes políticos cohesionados para afrontar el reto?

-Tras el motor económico del descontento social están los últimos diez años donde el régimen de Bachar al Assad apostó por una apertura económica y un neoliberalismo que suponía abriría la espita de una mayor economía ya en 2007. Este cambio económico se vio afectado por una enorme fiebre constructora en el sector público y privado (tal como afectó por ejemplo a España) creando una burbuja inmobiliaria. Así agricultura, turismo e industria se vinieron abajo empobreciendo con ello a amplias capas sociales sirias. La minoría enriquecida y dominante se enfrentó a un nivel de desempleo superior al 35% y con salarios muy rebajados que generaron un gran malestar social. La propia dictadura se ha esmerado en cortar de raíz las protestas de los movimientos políticos contrarios y eso afectó también a sus líderes notándose hoy esa falta de liderazgo en la revolución dentro y fuera de Siria.

-¿Afectó esto a la rebelión antisistema?

-Conforme llegaron las "primaveras árabes" su espíritu contamina a la sociedad y ésta sale a la calle para expresar su profundo descontento y a la vez deseando transformar las injusticias generadas por sus gobernantes.

-Pero la denominación "primaveras árabes" no resulta igual en cada país sino asimétrica ¿Dónde está su verdad?

-Hay semejanzas debido a la "igualdad" de falta de libertades para expresar ese malestar social. Cada país afectado es diferente en su generalidad, pero lo principal es uno; no se puede tener a toda una sociedad en manos de unos pocos y abandonar al sótano a las mayorías.

-La velocidad histórica está siendo implacable y su rapidez asombrosa. Occidente apoyó a Gadafi en Libia, a Ben Alí en Túnez y a Mubarak en Egipto hasta hace nada tanto como hoy apoya al rey de Marruecos Mohamed VI. Con tanto apoyo a dictaduras de tan siniestro pelaje ¿Porqué usted cree que ahora se interesa Occidente por la democracia en Siria?

-Mi opinión es que Occidente no quiere democracia en Siria. Y su implicación en el conflicto resulta más dañina para el país. Por ejemplo Estados Unidos no tiene una implicación directa debido a la crisis de su economía y se retira de esta zona...

-Pero entran de lleno Arabia Saudí y Catar...

-Sí, entran y apoyan debido a sus intereses estratégicos y hasta personales y no por democratizar al país. Arabia Saudí teme y mucho al efecto contagio de estas "primaveras árabes", lo ve como un peligro inminente ya que una revolución en suelo saudí terminaría con su teocracia wahabita. Este miedo le hizo ignorar la revolución tunecina y por ello le dio asilo al dictador de Túnez, Ben Alí. El caso sirio desde la óptica saudí es aleccionante ya que primero apoyó durante casi seis meses al régimen sirio al principio de la revolución y conforme observó que Bachar al Assad no podía detener su avance cambió sobre la marcha apoyando a los Hermanos Musulmanes sirios y a movimientos político-religiosos como lo salafistas. Pero la ansiedad saudí para no ver cerca de sus fronteras a ninguna primavera revolucionaria les obliga, tras seis meses de apoyo a salafistas y hermandad musulmana, conforme ven que tampoco éstos logran implantarse en Siria, deciden apoyar a yihadistas armándolos y enviándolos a Siria principalmente a través de Jordania y Turquía.

-¿Hay intereses comunes entre el wahabismo saudí y el islamismo turco para pretender implantar en Siria una nueva República Islámica?

-Precisamente en este tema hay ahora mismo un conflicto entre saudíes y turcos por lo que usted me pregunta. Arabia Saudí ha forzado a Jordania a introducir yihadistas y salafistas camino de Damasco, pero el Gobierno jordano no lo acepta y se planta, pero Turquía sí que lo ha autorizado, pero al mismo tiempo los turcos temen también al contagio externo y también frente a su política interna, entre otros, al futuro del Kurdistán que se reparte entre Siria, Turquía e Irak...

-¿Como observa que esta danza macabra contenga gobiernos que envían a terroristas, financiados y armados, a reventar mujeres, niños y ancianos, también a policías y soldados por las ciudades y los campos de Siria... acaso no es esto terrorismo internacional?

-Quienes permiten este estado de cosas son los responsables de sus actos.

-¿Es el caos respuesta al caos?

-Siempre cabe pensar que el orden lo suplantará conforme éste se agote.

-¿A quien teme Arabia Saudí?

-Ante todo a la aparición de movimientos laicos que cuestionen y evolucionen hacia otra concepción diferente a su estatus actual.

-¿Cómo se beneficia el Gobierno de Damasco de este desafío?

-Este caos sectarista le beneficia ya que lo exhibe como una prueba de su aconfesionalidad.

-¿No existe una puerta abierta entre el régimen sirio y una oposición interna creíble que pare esta matanza?

-El Gobierno de Siria desde el principio está negando cualquier diálogo.

-Pero ha creado un Ministerio para la Reconciliación ¿Cómo lo observa?

-Solo cabe considerarlo como una fachada. Sus componentes carecen de credibilidad ya que forman parte inseparable del régimen y viven de él.

-El ya desaparecido Consejo Nacional Sirio (CNS) fue tildado de "títere" o marioneta de los enemigos de Siria y eso acabó con él. Pero el actual conjunto político que le ha sucedido que no contiene kurdos, ni alauíes, ni representación femenina -sólo hay una mujer que fue introducida después de su presentación pública- ¿Cómo lo observa usted?

-Desde mi punto de vista es otra repetición del desaparecido CNS ya que no sólo están los que estaban sino que también se le han añadido desertores del mismo. Es otro CNS donde intereses de países vecinos están presentes, por lo que su destino será el mismo.

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