Oposiciones a docente en Granada: Casi 5.000 personas en busca de una plaza de funcionario
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Educación dispone de 73 tribunales en 29 centros educativos y facultades para examinar a los miles de opositores que aspiran a uno de los 6.543 puestos de profesor de ESO, FP o Régimen Especial
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Una mañana de domingo tan plomiza y gris como, seguramente, son las jornadas de estudio de un opositor a docente. Un total de 4.988 aspirantes a docente en centros públicos estaban llamados a presentarse a las ocho de la mañana ante los 73 tribunales constituidos en Granada. Por delante, una jornada que, como es habitual en estas convocatorias, pasa de los nervios de primera hora a otras sensaciones, según como a cada uno le haya ido en el baile. Uno se irán a casa satisfechos, a tope para preparar la segunda prueba, otros con un regusto amargo. Con toda probabilidad casi todos, eso sí, solicitarán copia de su examen y de las calificaciones sin tener que esperar a que finalice el proceso, una de las novedades introducidas este año por la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional. Tienen apenas horas para hacer este trámite. Otra novedad es que el procedimiento de las oposiciones incluye un plazo de alegaciones a las calificaciones de cada una de las dos pruebas.
La de este domingo era la primera. La jornada comenzó a primerísima hora. A las ocho de la mañana, con un sol velado y un primer chaparrón, ya estaban todos los que tenían que estar –hay quien se inscribe en las pruebas pero luego no se presenta– en sus puestos, a punto para tomar asiento y batirse el cobre contra el papel. A desarrollar, un tema de los cuatro propuestos por sorteo. El premio, una de las 6.543 plazas de profesor funcionario convocadas por la Consejería en los cuerpos de Secundaria, FP y Régimen Especial. Son casi cinco mil los inscritos, una cifra inferior a la de hace dos años, cuando pagaron las tasas algo más de seis mil personas.
A la salida de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada Claudia González se muestra segura. Confía en sus posibilidades de entrar en bolsa y comenzar a trabajar en Andalucía como profesora interina de Inglés, especialidad por la que se ha presentado. Asegura que lo suyo es vocacional. “Quiero dar clase y ayudar a que mis alumnos aprendan”, justifica. Es la primera vez que se presenta a las oposiciones aunque tiene experiencia de docente particular. Al ser ‘novata’ sabe que las opciones de conseguir plaza fija son muy escasas.
Otro de los opositores convocados en el edificio Mecenas de Ciencias espera bajo la lluvia. Jordi Alba Rodríguez ha terminado pronto su examen – “No había podido estudiar entre el trabajo y la niña pequeña”, confiesa– y espera a que su pareja finalice el suyo. Se presenta por la especialidad de Orientación, en la que trabaja desde hace unos dos años y medio gracias a una bolsa. Tiene experiencia en esto de opositar, pero en otra disciplina, la de maestro. En casa les espera su hija, que está con los abuelos.
Bajo los voladizos de la entrada la Facultad de Ciencias e incluso en el hall hay familiares y allegados a los cientos de opositores que se examinan en esta sede, una de las 29 dispuestas por la Junta en centros educativos y facultades. Los hay que esperan con sus bebés en ristre. A las madres lactantes se les permite en esta ocasión recuperar el tiempo que dediquen a dar el pecho a su criatura durante el examen, una medida que la Consejería incluye junto a la flexibilización de la fecha de la prueba en caso de opositoras que estén de parto o acaben de dar a luz. En el curso 2021-2002, último del que hay datos sobre recursos humanos en la Consejería de Desarrollo Educativo, el número de funcionarias docentes era de 8.319, mientras que se contabilizaban 4.138 varones dando clase en centros públicos de la provincia.
Otra novedad es que el acto de presentación y el examen –en el que se evalúa el conocimiento teórico de la materia y que se extiende hasta el lunes, en función de la especialidad de la que se trate– se han compactado en un único día, una medida que Emilia Santos, de CSIF, considera que “no es lo mejor para el opositor”.
Los que superen este primer envite afrontarán una segunda prueba en la tendrán que presentar una programación didáctica y exponer de forma oral una unidad. Para ser funcionario hay que sacar como mínimo un cinco sobre diez. A las notas obtenidas en las dos pruebas se añade la calificación de la fase de concurso –que vale un tercio de la nota final–, en la que lo que más pesa es la experiencia laboral y, también, la formación. Todo finalizará el 25 de julio, cuando se publique el listado del personal que el próximo curso será funcionario en prácticas.
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