Plaza Ilíberis: de villa romana a parque arqueológico en el Zaidín

patrimonio | intervención en los restos romanos de los vergeles

La excavación realizada en el barrio desvela que los restos se extienden por toda la plaza

El hallazgo de un mosaico abre el debate sobre si la excavación debe proseguir y cómo integrarla

R Se han localizado numerosas estructuras residenciales vinculadas con la villa asi como otras de carácter secundario o bien asociadas a la zona rústica al Este y Sur. En septiembre se mostrarán los resultados evaluatorios de estos trabajos que buscan delimitar los bordes de las zonas.
Lourdes Mingorance

10 de agosto 2018 - 02:32

Granada/En el barrio del Zaidín es de sobra conocido que, en la esquina de la calle Primavera con Bruselas existen hay unos restos de una villa romana bajo la tierra. Sin embargo, desde el descubrimiento de Ilíberis hace treinta años no se había profundizado en el conocimiento de este relevante hallazgo hasta el pasado cinco de julio. Fue el día en que empezaron las primeras catas de un terreno gracias a un proyecto enmarcado dentro de la estrategia DUSI y financiada con fondos FEDER que tiene como objetivo reordenar la zona y dotar a los vecinos de un parque.

Para ello primero había que delimitar lo que el suelo guardaba: la citada villa romana priori en un espacio reducido junto a las máquinas de biosaludables. Sin embargo, estos trabajos arqueológicos han dado un resultado sorprendente. Ilíberis es mucho más grande y relevante de lo que siempre se ha pensado. Tanto es así, que ya hay vecinos de Los Vergeles que sueñan con crear un parque arqueológico en esta zona para darle valor cultural y turístico al barrio.

La ocupación fue prolongada, pues hay restos de la época romana y nazaríEn 1991 se localizaron unos mosaicos en una acometida de agua que fueron tapados después

Lo primero que sorprendió a las arqueólogas encargadas de los trabajos Purificación Marín y Julia García fueron las dimensiones de este yacimiento que superan con creces las hipótesis iniciales pues ocupa toda la plaza y no la citada esquina como siempre se creyó. Pero, hay más. La cronología abarca un periodo más extenso de lo que se conocía por las intervenciones realizadas con anterioridad. Así, se ha confirmado la "larga ocupación" del yacimiento como uso agrícola desde época altoimperial hasta su abandono en los inicios de la Edad Moderna.

Estas son las dos principales conclusiones de estos trabajos preventivos que se iniciaron el pasado 5 de julio. En un principio el objetivo principal era realizar varios sondeos para explorar los restos de la villa romana altoimperial y estudiar su distribución espacial de acuerdo a un planto base georradar elaborado por la UB en el año 2000 y dirigido por Albert Casas, catedrático del Departamento de Mineralogía. En ese proceso se han localizado numerosas estructuras residenciales vinculadas con la villa o bien asociadas a la zona rústica al este y sur de la plaza.

En concreto se han visto dos zonas claramente diferenciadas: una pars urbana o zona residencial y una pars rústica. La primera de ellas se caracteriza por ser "una vivienda de lujo" de grandes dimensiones. De hecho, una de las principales curiosidades es el tamaño de la vivienda. Cuenta con una gran habitación que podría estar abierta a un patio aunque habría que realizar un análisis más profundo para delimitarlo.

Por otra parte, la pars rústica supone una zona dedicada a la producción agropecuaria que no había sido documentada ni delimitada en la intervención anterior. En este punto se han localizado materiales frecuentes en construcciones de la antigüedad tardía y materiales asociados a las épocas almohades y nazarí.

En el informe aportado ayer por el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada, Miguel Ángel Fernández Madrid y elaborado por las arqueólogas, también se indica que las intervenciones arqueológicas realizadas hace treinta años dieron a conocer una cronología muy "sesgada del yacimiento" que englobaba únicamente las fases tardías de la villa romana. Por el contrario, dado el tipo de material cerámico y otras estructuras se ha puesto en evidencia que tuvo una ocupación bastante prolongada. Otro dato de especial relevancia es la presencia de sepulturas de diversas tipologías que no han podido ser estudiadas por falta de tiempo y recursos pero que suponen uno de los momentos antrópicos de mayor interés del yacimiento.

No obstante, ha sido en los dos últimos días cuando la excavación se ha topado con uno de los elementos de mayor relevancia: un mosaico que ha cambiado el rumbo de la intervención. "Lo estamos limpiando y ya se distingue el dibujo", indicó ayer la arqueóloga Purificación Marín que recuerda que todo pertenece a la misma casa pero éste debe pertenecer a una habitación diferente. Dado que en otra excavación previa ya se halló otro mosaico, la hipótesis que se baraja es que hubo más habitaciones. "Si lo excavásemos en su extensión, algo que esperamos hacer en fases posteriores, se podrán ver todas las habitaciones que hay en la villa", dijo Marín. En cuanto a la posibilidad de trasladar este mosaico a otro espacio, como ya ocurrió con el hallado en Los Mondragones (que se encuentra en el Museo Arqueológico), Marín detalló que la idea es realizar todas las estrategias de conservación in situ.

El problema es que el tiempo se agota -la intervención finaliza el 16 de agosto- por lo que las arqueólogas esperan que los trabajos no terminen aquí y se pueda seguir analizando la zona. En estos momentos se están tapando los terrenos que no tenían restos o donde no ha dado tiempo a excavar. Cabe resaltar que la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía junto el Ayuntamiento de Granada son los organismos que tendrán que decidir de forma consensuada si prosiguen los trabajos o no. En este sentido, el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Fernández Madrid, detalló ayer que en septiembre se realizará una presentación del hallazgo y recordó que, al tratarse de una actuación con fondos FEDER disponen de presupuesto en el caso de que sea relevante proseguir con la actuación.

Los primeros restos fueron hallados en el año 1989 con motivo de las obras del barrio. "Cuando se construyó la iglesia y los edificios de alrededor aparecieron restos como de una pequeña piscina, probablemente de unos baños privado", indicó la arqueóloga Purificación Marín que detalló que ésta fue la primera evidencia. Ya en el año 1991, en la esquina del solar entre calle Primavera y Bruselas se descubrieron unos mosaicos en una acometida de agua de Emasagra que obligaron a tomar todas las cautelas necesarias. Desde entonces, han permanecido bajo tierra junto a un parque infantil en un solar que a simple vista no parece guardar este tesoro histórico.

En Los Vergeles la excavación de la villa es seguida con expectación por los vecinos. Tanto es así que, según indicó Marín, en todo momento han estado "muy pendientes y entusiasmados". "Ellos agradecerían que se hiciera un gran espacio verde con zonas de sombra pero sobretodo que se integraran los restos para poder visitarlo; como una especie de parque arqueológico", explicó. No obstante, remarcó que antes es imprescindible evaluar lo que hay y hacer un cronograma sobre los posibles futuros trabajos.

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