Paco R amírez: la vida como homenaje

pasado con presente incluido

Fue responsable cultural de la Unesco en París, y entre su círculo de compañeros y amigos figuran nombres como Julio Cortázar o Felipe González

Paco Ramírez llama a su casa 'República' y a su perro 'Negrín'. / Reportaje Gráfico: A. C. Y Archivo
Andrés Cárdenas

30 de septiembre 2018 - 02:33

Fue responsable cultural de la Unesco en París y desde allí organizó homenajes a poetas mal vistos por el franquismo como Alberti, Machado y García Lorca. Bajo sus auspicios se formaron varios grupos de rock en Granada.

El nombre del entrevistado que de un momento a otro aparecerá en este texto tiene una casa que se llama República y un perro que se llama Negrín, así que ya pueden imaginar por dónde van los tiros en cuanto a su ideología. Es una persona sumamente amable que suele acabar sus respuestas con una amplia sonrisa que tira a carcajada, como si fuera la risa ese antídoto contra la seriedad que impone un pasado de lucha y de vidriosas servidumbres ideológicas. Él, descendiente de hidalgos de la línea del Cid que se asentaron en La Calahorra, se jacta de haber tenido una vida intensa y de no haber desaprovechado las oportunidades que le ha dado la vida para ser feliz. Se llama este hombre Francisco de Paula Ramírez Gallego (Paco Ramírez, para todos) y ha dedicado su vida a pintar, organizar actos culturales y coleccionar amigos.

Se marchó a París donde se matriculó en Bellas Artes, se casó y trabajó en la UnescoDe vuelta a España, ayudó a promocionar a figuras tan diversas como Morente o 091

Estuvo en Francia casi veinte años y desde la Unesco de París organizaba los homenajes a poetas que aquí estaban o habían estado ideológicamente señalados como Machado, Alberti o García Lorca. Ha sido compañero de trabajo de Julio Cortázar, amigo de Felipe González cuando aún era nadie y ha conocido y tratado a una gran cantidad de intelectuales, artistas y políticos en esas dos décadas que vivió en el país vecino. Paco es impetuoso, vitalista y alegre. Su avidez de vida lo ha conducido a un raro cúmulo de aficiones que va desde la pintura y la jardinería a coleccionar objetos que tienen que ver con Eros, el dios de la atracción sexual. De hecho tiene objetos y dibujos eróticos como para montar un museo. Se ha casado dos veces y tiene ya tres biznietos con los que se fotografía cuando tiene ocasión de verlos, que es de tarde en tarde porque son descendientes de padres que están repartidos por el mundo. "La globalización la inventé yo", dice antes de dar una de sus carcajadas.

CASA MUSEO

Paco Ramírez vive en Cenes de la Vega. Cuando llego a su casa una nube está descargando su agua septembrina y Negrín me da la bienvenida con ladridos amistosos desde el porche techado de la vivienda. A Paco le gustan los animales (tiene dos perros y un gato) y conmina a Negrín a que se quede en su caseta mientras nosotros hablamos. Me explica que acaba de llegar porque ha llevado a su hija Candela al instituto. Se vanagloria de que, a pesar de tener 84 años, todavía conduce.

-La última vez que fui a revisión para el carnet de conducir me dieron una prórroga para cinco años. Fue como un regalo para mí porque yo quiero seguir conduciendo. Tengo artrosis progresiva en las manos pero veo perfectamente y todavía me funcionan los reflejos.

La casa es un auténtico museo, con cuadros de Cayetano Aníbal, Brazam, Paco Izquierdo y suyos propios. Hay poemas enmarcados dedicados a él de Rafael Alberti, Rafael Guillén y Pepe Ladrón de Guevara, estos dos últimos sus grandes amigos. El poema de Alberti que lleva el título de Paco Ramírez, dice: Tú produces espacios/que los ojos movidos por la luz/cambian creando paisajes puros. Y en una vitrina hay en pequeñas estatuillas que forman parte de su colección sobre erotismo.

-Me aficioné a esto cuando estuve en Egipto y me regalaron una estatuilla de Min, el dios de la fecundidad, que está con su miembro en erección. Ahí empezó todo. Luego he ido coleccionando objetos de artes, pinturas y dibujos eróticos. Ni se sabe lo que puedo tener. En el 2002 fui comisario de la exposición 'Los caminos del Eros', que era sobre el arte del amor a lo largo de los tiempos. No sé por qué el erotismo siempre ha inquietado a la gente, cuando es lo más natural del mundo. Sin Eros no habría nadie sobre la faz de la tierra.

Nos sentamos en una mesa (en las sillas que rodean la mesa, quiero decir) y nos ponemos a hablar. Me cuenta que nació en Málaga el mismo día en que murió Pablo Iglesias ("el otro, no éste", aclara). Es decir el 9 de diciembre, aunque en 1934, en plena República. Su padre era médico militar y fue destinado al Hospital de Valladolid. Allí pasa su infancia y allí oye los bombardeos de la guerra. Después su padre es destinado a Ronda y más tarde a Úbeda, donde estudia el Bachiller y asiste a los cursos nocturnos de la Escuela de Artes y Oficios. Es en la ciudad renacentista donde Paco entra por primera vez en contacto con el arte. Piensa que si tiene que comunicarse con alguien es a través de la pintura. En Úbeda muere su padre y su madre con sus cinco hijos se viene a vivir a Granada.

-Siempre he dicho que me considero ubetense, parisino y granadino porque son las ciudades que más han influido en mi persona. Cuando llegamos a Granada me matriculé en la Facultad de Medicina, a mí no me gustaba esa carrera pero la había elegido mi madre, así que no podía más que obedecer.

En la Facultad le sale a flote su rebeldía natural y dedica parte de su tiempo a utilizar la 'vietnamita' (el ciclostil) para difundir pasquines en contra de casi todo. Sufrió un arresto por eso, como no podía ser menos, y él, asqueado de todo un poco, se marcha a Francia con 22 años recién cumplidos. Y en París comienza su nueva vida. Se matricula en Bellas Artes, se enamora y se casa con una parisina y encuentra trabajo como funcionario internacional de la Unesco, tres circunstancias que le cambian el concepto de su existencia.

Mientras tanto no ha dejado de pintar. Antes de obtener la licenciatura en Bellas Artes en París ya ha participado en varias exposiciones en Granada y Madrid. En 1959 obtiene el Premio Nacional de Pintura Universitaria y un año ante el Premio del V Salón Universitario de Granada.

-Fue por un desnudo que no sé ni dónde está porque se ha perdido, alguien se quedó con el cuadro. Pero bueno, me dieron 15.000 pesetas de las de entonces. Me monté una juerga con los amigos impresionante, jajajaja. En la Unesco formé parte de la Comisión de Actividades Culturales. Me gustaba organizar actos, aunque no dejaba de pintar. En Francia participé en muchas exposiciones. La Unesco en París era por entonces como un asilo para intelectuales. Por allí pasaron, por ejemplo, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier y Julio Cortázar, que encontró trabajo allí como traductor. Es que el director general de la Unesco era muy izquierdoso y en la Unesco encontramos acomodo muchos de los que veníamos de países con dictaduras. Hoy puedo decir que aquella época de París me llenó mucho.

Paco me cuenta que en su estancia en París perteneció al PSOE, un partido que por entonces estaba en el exilio.

-Eran los tiempos en los que Carmen García Bloise fue elegida secretaria de Formación del Militante en Toulouse y yo formé parte de la ejecutiva del partido en el exilio. En esa época trabé cierta amistad con Felipe González, cuando era un auténtico desconocido en España. Después salió elegido secretario general en Suresnes. Yo por entonces estaba muy apegado a él y hablábamos bastante sobre la situación política en España. Con él y con Marcos de Ana formamos lo que se llamó el Centro de Información y Solidaridad con España. Cada dos por tres organizábamos manifestaciones contra el franquismo, manifestaciones que, por supuesto, no salían ni en los periódicos ni en los telediarios españoles. También organizábamos actos para sacar dinero que se destinaba a viudas y mujeres de encarcelados en las prisiones españolas por motivos políticos.

En cuanto a su labor en la Unesco, dice que también hizo todo lo posible en atender, desde allí, aquellas manifestaciones culturales que en Granada no podían celebrarse, como los homenajes que se hicieron en pleno franquismo a Rafael Alberti o Antonio Machado. También organizó en París en 1977 unas jornadas dedicadas a Granada donde estuvieron presentes lugares, productos y personas tan granadinas como La Alpujarra, la cerámica de Fajalauza, Enrique Morente, Manuel Orozco o Juan Alfonso García.

EL REGRESO

En 1978 vuelve a Granada donde crea, avalado por el PSOE, la Oficina de Promoción Cultural Al Andalus, dedicada a ayudar en sus producciones a artistas granadinos como Mario Maya, Enrique Morente, Los Ángeles, 091, La Guardia y KGB, entre otros. Comparte la dirección de la oficina con Javier García Lapido y Jesús Quero Molina.

-Intentábamos ayudar a todos los artistas y grupos que había en Granada, que eran muchos y muy buenos. Ayudé a nacer a muchos grupos de rock y a promocionar el flamenco. Después me fui dos años a Sevilla porque fui nombrado director general de Promoción Cultural, un puesto que me agradaba porque es a lo que me había dedicado toda mi vida.

En Granada forma parte del grupo 'Al Dar', con gente que se bebía la vida como Cayetano Aníbal, Brazam, Paco Izquierdo, García de Lomas, Dolores Montijano, Rafael Guillén, Antonio Carvajal y Ladrón de Guevara.

Paco invierte su tiempo en leer ("para cultivar el alma"), caminar ("para cultivar el cuerpo) y sus labores de jardinería ("para cultivar las plantas, jajajaja).

Antes de terminar el encuentro me enseña su estudio, un lugar amplio y luminoso que está hasta arriba de muebles, libros y enseres de todo tipo. Me dice que han vendido su casa alpujarreña y han trasladado allí todos los muebles. Y que con tanto chisme por delante no puede trabajar. Allí me regala un libro que se llama 'Mi pueblo es mi planeta', fruto de un proyecto pionero en Europa de educación medioambiental y que se desarrolló en 36 pueblos de la Alpujarra. También me regala un libro de una exposición de Cayetano Aníbal, su cuñado y su gran amigo. Y un cedé con el corto 'Mi tío Paco', de su sobrino Tacho González, que fuera batería del grupo 091, al que considera su cuarto hijo. Paco se muestra orgulloso de él cuando me enumera los premios que obtuvo el corto.

-A veces me duele lo injusta que llega a ser Granada con la gente que la ha amado y ha creado inspirada en ella. Me he alegrado mucho de que éste Ayuntamiento haya decidido ponerle en vida el nombre de una gran plaza al mejor poeta granadino desde Lorca y me refiero a Rafael Guillén, pero también se merecen una calle o una plaza en vida el poeta José G. Ladrón de Guevara y la pintora Dolores Montijano se merecen una calle o plaza en vida. Y me atrevo a denunciar que una de las injusticias más importantes de los responsables municipales es sin duda que el más significativo y polifacético intelectual de los siglos XX y XI, Premio Nacional de Literatura y de Periodismo, creador de la Academia de Bellas Artes y Medalla de Oro de la ciudad, además de pintor, novelista y columnista, como es Francisco Izquierdo, haya caído en el más injusto olvido. La Comisión que organizamos su homenaje y su propia familia hemos rechazado que su nombre no vaya asociado al ensanche de una calle albaicinera que es utilizada como retrete de perros.

-Tú mucho pedir calles para los demás y no pides una para ti.

-¿Para mí?

Y lanza entonces la más grandiosa de sus carcajadas.

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