Paisanos corresponsales de guerra

Pedro Antonio de Alarcón y Rafael López Rienda, testigos de la Guerra de África. A ambos periodistas granadinos, uno de Guadix y el otro del Albaicín, les silbaron muy cerca las balas

López Rienda, un periodista granadino rescatado del olvido por el reciente libro de Rafael García Manzano. Rienda fue un hombre inquieto que pasó del ejército al periodismo y del periodismo al cine. Comenzó como cronista de guerra, al igual que Pedro Antonio de Alarcón.

13 de julio 2008 - 01:00

ALGO sabíamos de las aventuras africanas del accitano Pedro Antonio de Alarcón, al cual nunca está de más recordarlo para que la juventud sepa quién le da nombre a esa bulliciosa calle de las copas y de la movida granadina. Escribió en clave de crónica periodística su Diario de un testigo de la Guerra de África; se estaba refiriendo a aquella guerra de los años 1859-60; era presidente del gobierno O'Donnell durante el reinado de Isabel II y cuando tuvo lugar la célebre batalla de Tetuán que con tanta crudeza plasmó el pintor Fortuny.

Alarcón nació en Guadix pero acabó recalando en Madrid; dejó en Granada a sus amigos de la tertulia 'La Cuerda' y entró en 'La Colonia Granadina', otro grupo de intelectuales paisanos. Podía haberse librado perfectamente de la 'mili' por su condición social, pero siendo amigo del general y también escritor Ros de Olano, jefe del Tercer Cuerpo del Ejército de África, éste le pidió ir de cronista, de paisano, con un secretario, con su caballo 'África' y una máquina de fotos; es decir, de lo que hoy sería un corresponsal de guerra. Luego acabó voluntariamente de soldado uniformado al sentirse moralmente obligado viendo caer a sus compatriotas; lo nombraron asistente de su amigo Ros pero seguía manteniendo su caballo, los privilegios del enchufado y hasta lo condecoraron con la Cruz de San Fernando dotada de una sustanciosa pensión. A cambio, nos dejó en su Diario un interesante documento de la guerra de Marruecos vivida en primera persona.

murió muy joven

Sesenta años después otro granadino, Rafael López Rienda, nacido en la Casa de la Lona del Albaicín y bautizado en la iglesia de San José en 1897, recala también en Marruecos y de nuevo nos deja otras interesantes noticias sobre esa guerra que parecía interminable. El reciente libro del periodista Rafael García Manzano nos lo pone de actualidad para que nos acerquemos a este otro granadino "cronista y corresponsal en los periódicos de Madrid". Fue también militar al alistarse al ejército en Larache con tan sólo 15 años; acababa de quedarse huérfano. La guerra que a él le tocó vivir coincidió con la década de los años 20, durante la Dictadura de Primo de Rivera.

Aunque murió demasiado joven, en 1928, a la temprana edad de 31 años como consecuencia de un accidente de automóvil, tuvo tiempo de todo: llegó a sargento de Regulares y colaboró en muchos periódicos, desde El Defensor de Granada a El Sol de Madrid. Fue autor teatral, escribió novelas y hasta fue director y guionista de cine. Quizás la película más conocida sea la titulada Los héroes de la Legión. Se acababa de crear la Legión española (1920); corrían tiempos de fobia a lo marroquí; del desembarco de Alhucemas; de maldiciones a Abd-el-Krim; de defensa de nuestras amenazadas posesiones norteafricanas y de necesidad de buscar en el exterior entretenimientos que disiparan los nublados del interior.

Tal vez sea el polifacético periodista López Rienda el creador en Granada de los concursos de 'misses'. En cierta ocasión, intentando buscar extras femeninas para una de sus películas, organizó un concurso de bellezas granadinas que terminó con una fiesta y entrega de premios. Pensaba que sólo la guapa mujer granadina daría la imagen perfecta en la escena. Tenía razón. Por otra parte quiso llevar a la pantalla una Granada diferente a la de las tópicas zambras y cuevas de gitanos. ¡Lástima que muriera hecho un chavea!

A pesar de la documentación que sobre el albaicinero López Rienda aportaron el melillense José Marqués, el crítico Saiz Viadero y nuestro inolvidable cronista Juan Bustos; a pesar de que al granadino se le estudia como uno de los pioneros de los corresponsales de guerra en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, y a pesar del reciente recuerdo como una de las "figuras inolvidables del periodismo granadino" (García Manzano), no está mal aprovechar la oportunidad y divulgar la fama y el reconocimiento de estos granadinos corresponsales de guerra de ayer a los que les silbaron muy cerca las balas. A otros más actuales desgraciadamente les han silbado demasiado cerca. Por eso algunos, 'periodistas' de hoy prefieren la 'prensa del corazón' en un cómodo sillón y con aire acondicionado.

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