Paquita, la mujer del siglo

Abuela centenaria Francisca Parejo Reyes cumple hoy 100 años

Tiene la mente despierta, buen humor y nadie diría que acaba de cumplir 100 años · Sus cinco hijos, diez nietos y nueve bisnietos le han preparado un homenaje sorpresa al que acudirá toda la familia

Paquita, la mujer del siglo
Paquita, la mujer del siglo

Llegar al centenario es un hecho excepcional, pasear un siglo y llegar a otro es todo un logro y si, además, dado el caso, se llega con la fortaleza y la vitalidad de Paquita, como le gusta que le llamen, parece casi imposible. Francisca Parejo Reyes cumple hoy 100 años y, como homenaje, toda su familia le ha organizado una fiesta muy especial. Tiene cinco hijos, diez nietos y nueve bisnietos. El nieto mayor tiene 18 años y el pequeño sólo 17 meses, "más uno en camino", cuenta ilusionada. Toda una generación bajo el brazo que le acompaña en la celebración.

Rodeada de los 33 miembros de la familia de Granada y los llegados desde Córdoba y Barcelona, en la celebración cada detalle está previsto, es una sorpresa, no sabe que el alcalde le entregará un ramo de flores ni que sus hijos han fabricado un montaje fotográfico de más de 20 minutos sobre su vida y que hasta su nieto le ha compuesto un pasodoble. A ella le encantan los pasodobles, "lo bailaba en todas las bodas", la última la de su nieto.

El evento se celebra en el Padul, su pueblo natal del que se marchó en el año 61. Ya ha llovido mucho desde entonces pero su memoria no le falla en ningún detalle. Cuenta que cuando se casó, con 22 años, "primero fue por la iglesia". Corría el año 34. Luego se casó por lo civil. "No teníamos padrino, así que avisamos al carpintero del pueblo que hizo de testigo", contaba mientras se reía recordando la anécdota, y "compramos una casita por 10.000 reales". "Claro, con los euros no se aclara", dice su hija.

Paquita vive con su hija Encarna, se vale por sí misma, está sana, fuerte y mantiene el sentido del humor. Cuando va al médico ella le pregunta si puede recetarle algo el médico siempre le dice lo mismo, "que le recete ella a él, que seguro está mejor", cuenta su hija Encarna. Y tan fuerte es que superó un tumor mamario con 48 años, así que el año pasado decidió participar en la Carrera de la Mujer contra el Cáncer que se organiza en Granada. "Llegué a la meta con mi hijo y con mi nieto". Este año volverá a participar. Será el 17 de junio y ya tiene la camiseta y el número de corredora, el 2.175.

Esta centenaria mujer se levanta temprano, "se hace su cama y se vale por sí misma, está mejor que nosotros", relata Encarna. "Ha sido una mujer muy trabajadora", cuenta otro de sus hijos. Todos los sábados a las nueve y media de la mañana va a la peluquería. Le encanta hacer ganchillo. A cada hijo le hizo una colcha de cama y a cada nieto su colcha de cuna. Ha hecho guantes para sus hijas, patucos para el bisnieto que viene en camino y manteles. Además, es muy perfeccionista. "Este mantel no quedó bien" así que en vez de para decorar "lo usamos para comer", detallaba mientras observaba cuidadosamente los detalles de sus labores.

Hasta los 85 años ha viajado con el Imserso visitando los pueblos. "Matalascañas es el que más me ha gustado", afirma. Lo recuerda como "un sitio tranquilo. Recuerdo los paseos que nos dábamos y la casa, que era preciosa". "Me gusta mucho viajar" relata. "Con mi marido iba mucho al Puerto de Santa María, me encantaba". A pesar de sus 100 años, cuenta su hija recordando lo divertido del asunto, "todos los años se baña en la playa aunque el agua esté fría. Y se tumba en la toalla con su bañador". Tiene la mente muy despierta, manifiesta que le encanta leer, eso sí, "libros que tengan la letra grande", aunque usa gafas pero "sólo para leer". Sus últimos libros de cabecera han sido Doña Perfecta, de Benito Pérez Galdós, y La Reina muy de cerca, de Pilar Urbano. No pierde las ganas de hacer cosas. Es una mujer con inquietudes, con aspecto de vitalidad y que bromea a cada momento. Se muestra tranquila, cómplice del resto de miembros de su familia y feliz.

Paquita guardará en su buena memoria el homenaje de sus familiares con la suerte de ser madre, abuela y bisabuela de tres generaciones.

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