El Parque de las Ciencias de Granada inaugura una exposición que saca a la luz las huellas que los alimentos dejan en el planeta
Ciencia
La nueva exhibición temporal 'Foodprints' se ubica en un espacio de 1.500 metros cuadrados con más de 150 objetos, 50 piezas audiovisuales y 7 estaciones interactivas
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Granada/El Parque de las Ciencias de Granada ha inaugurado este viernes la exposición temporal Foodprints, la huella de los alimentos que mantendrá abiertas sus puertas hasta finales de septiembre de 2024. En ella, los visitantes realizarán un viaje crítico por el presente, pasado y futuro de la tecnología y la alimentación para conocer las huellas que la producción de alimentos deja en nuestro planeta y para dar una visión esperanzadora de las alternativas que pueden ayudar a construir un sistema alimentario mundial más sostenible.
"¿Qué hay para comer? ¿Puedo permitírmelo? ¿Es saludable? ¿De dónde procede? ¿Qué contiene? ¿Quién lo ha cocinado? ¿Está bueno aún?". Estas son preguntas que asociamos de forma habitual a la acción de comer. Y son también las preguntas sobre las que reflexionan las siete islas temáticas que componen la muestra. Comer es una necesidad humana fundamental y una expresión del disfrute y el estilo de vida, pero no todo el mundo tiene la capacidad de elegir qué alimentos puede comer y, más importante aún, hay un porcentaje notable de la población que pasa hambre.
El Parque de las Ciencias cocina a fuego lento los nuevos retos de la alimentación del futuro con su nueva exposición temporal. Apoyada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), la exposición es fruto de la alianza internacional Un futuro sostenible. Progreso, innovación y sostenibilidad, que mantiene con dos de los museos de ciencia más representativos de Europa: el DASA de Dortmund (Alemania) y el Technisches Museum Wien (TMW) en Austria.
El acto inaugural ha contado con la presencia de la directiva de ambos centros: Gregor Isenbort, director del DASA y Karin Skárek, gerente del TMW, entre otros representantes institucionales, profesionales y medios de comunicación, que han disfrutado de una visita guiada por la muestra y degustado algunas recetas con ingredientes inusuales, elaboradas por alumnos de la Escuela de Hostelería Hurtado de Mendoza.
En palabras del director del Parque de las Ciencias, Luis Alcalá, "en este gran yacimiento de 1.500 metros cuadrados que ocupa esta nueva exposición temporal, y utilizando como herramientas más de 150 objetos expositivos, 50 piezas audiovisuales y 7 estaciones interactivas, entre otros recursos, Foodprints excava en el sistema de alimentación; profundiza en el fuerte impacto medioambiental de la producción de nuestros alimentos; desentierra el rastro de la historia de la tecnología y la alimentación e intuye el de su futuro, y saca a la luz las huellas que los alimentos dejan sobre nuestro planeta, con el objetivo de hacernos reflexionar sobre cómo podemos conseguir que las tecnologías tradicionales y modernas contribuyan a un sistema alimentario mundial más sostenible".
Durante su intervención, Karin Skárek ha destacado el carácter inmersivo de la exposición en la que se combina el disfrute de la comida, que toca directamente con nuestras emociones, con el cuidado de nuestro planeta. De ahí el juego de palabras que da nombre a la muestra: comida y huellas, en referencia a la huella de carbono.
El anuncio más esperado ha llegado de la voz de Gregor Isenbort, director del museo DASA de Dortmund, que ha confirmado que la alianza de producción expositiva entre los tres museos va a extenderse por otros cuatro años más con la firma de un nuevo contrato.
Escuela de vocación científica
Por su parte, la viceconsejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta, Macarena O’Neill, ha puesto en valor al Parque de las Ciencias como la gran escuela de las vocaciones científicas de Andalucía. Con esta exposición dedicada a la alimentación y su impacto medioambiental, esta institución vuelve a convertirse en un recurso educativo de primer orden, llegando a ser la mediadora entre la ciencia y la sociedad y fortaleciendo las alianzas con los grandes museos científicos de Europa. "Foodprints demuestra, una vez más, que la ciencia, si se sabe transmitir de la manera adecuada, genera curiosidad y aumenta la cantera de científicos e investigadores para que Andalucía sea conocida y reconocida como tierra innovadora y talentosa", ha recalcado.
En la exposición, se aborda el papel esencial de las tecnologías tradicionales y modernas en la creación de un sistema alimentario global más sostenible. Y en referencia a este papel, Marifran Carazo, vicepresidenta del Consorcio Parque de las Ciencias y alcaldesa de Granada, ha resaltado la importancia de comprar productos locales, reducir el desperdicio de alimentos y utilizar materiales de embalaje renovables para minimizar los residuos. Y ha hecho especial hincapié en el compromiso por el respeto al medio ambiente y al reciclaje que lleva aparejada la innovación. Los visitantes pueden reflexionar sobre cómo contribuir a un sistema alimentario sostenible, mientras disfrutan de la exposición y de sus experiencias interactivas.
Un laboratorio muy sabroso
Como colofón al recorrido de la planta baja, el tasteLAB es la guinda de Foodprints: un espacio educativo interactivo con una cocina de demostración, que ofrece la oportunidad de enfrentarse a retos gustativos inusuales, que incluyen insectos o algas, y probar productos regionales y sostenibles.
Además, en el tasteLAB, los visitantes aprenderán más sobre el trabajo de los productores locales y podrán intuir hacia dónde nos lleva la alimentación del futuro, a la vez que experimentan cómo puede funcionar la agricultura urbana sostenible observando el ejemplo de las setas ostra cultivadas en posos de café, participando en catas de aceite o en clases magistrales.
Consumir alimentos consume recursos
En la planta alta, el recorrido se detiene en un nuevo espacio educativo con una zona de proyección y talleres, que compartirá, con el tasteLAB, el protagonismo en las actividades paralelas programadas para todo el año. Talleres familiares y escolares, charlas con científicos o encuentros solares ofrecerán al público el contexto ideal para replantearse el respeto por la biodiversidad y tomar conciencia de que consumir alimentos consume recursos; desde el uso que hacemos de los recursos naturales y el impacto ambiental, que tienen las acciones vinculadas con todos los procesos de la alimentación, hasta la producción agrícola, a la manipulación, el transporte, los embalajes, los desechos o el consumo energético.
En concreto, Alimentación ¿sostenible?: that is the question es el taller didáctico vinculado con la alimentación sostenible y saludable, que ofrece al visitante una revisión del sistema alimentario desde el cultivo inicial de alimentos hasta su consumo humano para poner en valor que la alimentación sostenible protegerá la fauna y la flora y contribuirá a poner freno a la desertificación y a la reducción de los impactos producidos por el cambio climático.
Mientras que el tasteLAB ofrece a los visitantes la oportunidad de experimentar los contenidos de la exposición con todos sus sentidos y los talleres dan la oportunidad de tomar conciencia, Foodprints llega al fondo de la alimentación, la sostenibilidad y la tecnología a partir de esas preguntas iniciales, que todos nos hacemos a diario, sobre la saciedad y el disfrute y que nos obligan constantemente a tomar decisiones.
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