El 'boicot' al proyecto de Romayla, objeto de una denuncia a Icomos en París

Patrimonio

Ciudadanos por Granada y el Centro Artístico piden a la sede central de París del organismo asesor de la Unesco que investigue los informes de su delegación en España

El riesgo de hacer el proyecto sin el visto bueno de Icomos: sacar a la Alhambra de la lista de Patrimonio

Historia y plazos de una intervención polémica

El 'boicot' al proyecto de Romayla, centro de denuncias a Icomos / G. H.

El proyecto del paseo de Romayla para la adaptación del margen izquierdo del río Darro a los pies de la Alhambra sigue en la picota. No se ha realizado aún y son ya años de redacción, alegaciones, críticas y modificaciones de un proyecto que en su último capítulo habla incluso de "informes falsos y parciales" de Icomos España para torpedear la intervención de adecuación paisajística de la ribera izquierda del río Darro bajo el bosque de la Alhambra que se tiene que realizar en virtud de un convenio entre el Patronato de la Alhambra y el Ayuntamiento de Granada firmado en 2019 que se amparaba a su vez en otro convenio firmado entre la capital y la Junta en 2017 para la realización de actuaciones conjuntas en el Albaicín. Es lo que ha denunciado Ciudadanos por Granada y el Centro Artístico, que pide a Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) en su central de París, que investigue la labor de su sucursal en España respecto a la actuación del organismo en este proyecto, que se investigue e incluso depuren posibles responsabilidades.

El Secretariado Internacional de Icomos (ONG ligada a la ONU a través de la Unesco y cuyo papel es fundamental al evaluar las candidaturas de Patrimonio Mundial) ya ha notificado la recepción de la denuncia y que su tramitación se pone en manos de la Presidencia de la organización y de la Unidad de Servicios de Asesoramiento y Monitoreo del Patrimonio Mundial.

El último trámite que tuvo el proyecto fue en diciembre de 2021, con una nueva memoria dentro del expediente de evaluación patrimonial realizada por la Concejalía de Urbanismo que adaptaba el proyecto a los requerimientos realizados por Icomos-España en alegaciones sobre puntos especialmente comprometidos como el ascensor. Se sustituyó por un elevador con menos impacto y con las últimas adaptaciones, el proyecto se sacó ya en enero de este 2022 a información pública por plazo de un mes. Pero Icomos ha vuelto a alegar y por tanto ha paralizado de nuevo el proyecto, según denuncian desde el Centro Artístico.

De nuevo parado y con riesgo de perder los fondos

"No sabemos si por una actitud irresponsable, negligente o por incapacidad, están paralizando un proyecto sobre el que hay ya un serio peligro de que se pierdan los fondos habilitados en el convenio firmado entre la Alhambra y el Ayuntamiento de Granada, que marca unos plazos. Ya se ha prorrogado y si no se hace para final de año se puede perder la inversión", advierte el vocal de Patrimonio del Centro Artístico de Granada, Luis López Silgo. No es la primera vez que se paraliza. Ya en marzo del año pasado se dejó sobre la mesa para esta última adaptación y consenso.

Ahora, relata, Icomos ha vuelto a pedir un nuevo estudio arqueológico y una evaluación del impacto patrimonial "y mientras no se vuelva a hacer el proyecto, está parado", asegura López Silgo, que habla de una reunión a principios de este mes de marzo en el que exigían los nuevos informes. De hecho, hace unos días "salió a licitación el contrato para el nuevo proyecto arqueológico", asegura.

Para el Centro Artístico y Ciudadanos por Granada, "lo más grave es que se está exigiendo un cumplimiento de condiciones en este proyecto que no han pedido para otras intervenciones, como la ermita de San Cecilio", junto al Arco de las Pesas. Una rehabilitación que realizó el Ministerio a través del Instituto de Patrimonio Cultural y sobre la que Icomos España "no ha puesto impedimento alguno" a una intervención que ha desvirtuado el espacio. "Han puesto una reja horrorosa, han enlucido la muralla con una pérdida irreparable y cuando lo denunciamos Icomos nos contestó con un informe sin firmar diciendo que sólo tenía una antigüedad de los años 60 del siglo pasado cuando está constatado que era una iglesia barroca del siglo XVIII insertada en la muralla. Después averiguamos que la arquitecta era miembro de Icomos, por lo que dudamos de la independencia de los informes", asegura el vocal.

Riesgo de sacar a la Alhambra de la lista de patrimonio

El Centro Artístico se pregunta cuál es la intención real de Icomos España respecto al proyecto de Romayla: "Creemos que retrasarlo porque se han corregido asuntos incluidos en las alegaciones y ahora piden más informes que seguirán causando retrasos porque el Ayuntamiento de Granada tiene las manos atadas ya que hasta que no tenga el visto bueno de Icomos no se puede ejecutar porque se corre el riesgo de que por un informe negativo el recinto de la Alhambra y el Albaicín salgan de la lista de patrimonio mundial", advierte.

"No entendemos cómo aplican unos criterios para unas intervenciones y no para otras tratándonos como si no fuéramos técnicos", apostilla López Silgo, que señala que esta falta de entendimiento con Icomos España se remonta a las dos últimas juntas directivas, a los últimos "tres o cuatro años", ya que antes la colaboración era total "pero su actitud ha cambiado".

Tras esta denuncia, este periódico se ha puesto en contacto tanto con el Patronato de la Alhambra como con el Ayuntamiento de Granada, sin que hayan querido dar una manifestación oficial respecto a cómo les afecta la situación generada por esta denuncia sobre el proyecto. Desde la Alhambra se defiende que en este proyecto sólo ponen la financiación pero lo desarrolla y licita el Ayuntamiento y desde la Plaza del Carmen se asegura que es la Alhambra la que paga y la que da los permisos y visados y que no afecta al Ayuntamiento. Y esto enmarcado también en un trasfondo de enfrentamiento entre asociaciones y entidades de defensa del patrimonio.

La última memoria para "reconducir" la intervención

Según la memoria elaborada por los propios técnicos municipales, ese convenio sobre el Paseo de Romayla incluye "un apartado de colaboración técnica en el que se establece que el Ayuntamiento se compromete a aportar el trabajo de sus servicios técnicos para llevar a cabo la redacción del proyecto técnico, coordinar el impulso y tramitación de éste ante los organismos competentes para la adquisición de autorizaciones requeridas, licitar la ejecución de las obras y dirigir la ejecución de las mismas mediante el trabajo de sus técnicos municipales".

Plano del área de intervención recogido en el proyecto / G. H.

El objetivo de la intervención es "recuperar para su uso y disfrute por la ciudadanía un espacio que presenta una degradación y abandono impropios del sitio privilegiado que ocupa, hasta el punto de haber acabado con los valores históricos y patrimoniales asociados a la explotación de los recursos hidráulicos proporcionados por la Acequia de Romayla (o de Santa Ana, como también se conoce), que atraviesa todo el ámbito de actuación".

Se destaca en la última memoria de diciembre de 2021 que el proyecto obtuvo la resolución favorable de la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía en el mes de noviembre de 2019. "Tras llevarse a cabo la licitación de las obras, por parte de determinadas entidades culturales surgió una corriente crítica hacia el proyecto que, apoyada en una campaña de difusión mediática no del todo objetiva, caló en parte de la población, que se dividió entre detractores (buena parte de ellos desconocedores del proyecto, pero haciéndose eco de las voces contrarias a su ejecución) y defensores de la intervención, que en general sí conocían el proyecto y no estaban de acuerdo con el sentido de las críticas vertidas contra él".

"En cualquier caso, la polémica estaba servida, por lo que, en aras de obtener consenso en una actuación de por sí ya muy delicada, se interrumpió el proceso de licitación y, atendiendo a las recomendaciones de

Icomos en cuanto a cumplir determinados requisitos exigibles a una intervención que se realiza dentro del ámbito de un Bien Patrimonio Mundial, se ha procedido a revisar determinados aspectos del proyecto, asumiendo las sugerencias recibidas y parte del contenido de los distintos escritos y manifiestos que lo cuestionan, concretamente aquellos que se han considerado razonables", detalla el informe.

Así, la última revisión del proyecto "reconduce la intervención proponiendo una actuación de carácter marcadamente paisajista y de recuperación patrimonial, cuya finalidad funcional sigue siendo la misma: habilitar recorridos peatonales por la ladera izquierda del río Darro que se ubica bajo el bosque de la Alhambra, desdoblando el recorrido actual de la Carrera del Darro en un tramo que va desde el Puente de las Chirimías, situado al inicio del Paseo de los Tristes, hasta el puente del Aljibillo, junto al arranque de la Cuesta del Chapiz. Esta intervención regeneradora del sitio histórico permitirá, una vez concluida, visitar parajes hoy cerrados al público como son los del Carmen de las Chirimías, el Acueducto de San Pedro, los jardines del Reúma y el Carmen de Santa Engracia (hoy Hotel Reúma), el Carmen del Granadillo y el Molino del Aljibillo o el barranco de Fuente de Peña, por el que discurría el arroyo del Rey Chico bajo el Acueducto y molino del mismo nombre, todos ellos y desconocidos por la mayoría de la población".

Buscando el buen fin sin "excesivos contratiempos"

La superficie aproximada del ámbito de actuación es de unos 14.000 metros cuadrados según la memoria, que se redacta "a modo de avance o anteproyecto para dar a conocer la intencionalidad y el contenido de la propuesta tanto a los estamentos públicos y administrativos que han de intervenir en su aprobación como a organizaciones culturales y ciudadanas que muestren interés en la actuación que se pretende llevar a cabo, con el objeto de que a la hora de acometer los trabajos se haya producido un mediano consenso sobre la intervención que evite la reproducción de polémicas muchas veces infundadas o poco razonables, alimentadas por el desconocimiento, que pueden dar al traste con la recuperación de un sitio histórico que ya lleva excesivo tiempo (más de setenta años, que se dice pronto), sometido al abandono y la degradación más indeseable".

Si se salvaba este punto, se desarrollaría después un documento técnico que atienda las posibles observaciones que se reciban sobre la presente propuesta con el nivel de definición suficiente que nos permita detallar sus elementos constructivos y valorar con poco margen de variación su coste final, de forma que "la licitación y posterior ejecución de las obras llegue a buen fin sin excesivos contratiempos, dada la complejidad de los trabajos a acometer, muy condicionados por la atención a la arqueología y el respeto a los valores patrimoniales y paisajísticos que demanda un lugar tan delicado como el que nos ocupa".

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