Las vidas del patrimonio industrial de Granada: de colegios a oficinas en la futura Silicon Valley
Patrimonio
La conversión de la antigua Cetarsa en un polo tecnológico devolverá la actividad a la fábrica, que fue clave en la revolución industrial del país y ahora será centro del desarrollo tecnológico de Granada
Otras antiguas fábricas como la de harinas El Capitán, la de Santa Jualiana o la de telas San Patricio, también se adaptaron a nuevos usos
La Azucarera de San Isidro es la que falta por recuperar para la ciudad en un proyecto que elabora la UGR
El sector industrial en Granada no es el principal en la economía de una capital y una provincia donde los servicios y el turismo, junto a la agricultura, tiran del carro. Pero no siempre ha sido así. Granada llegó a albergar fábricas punteras en el país en una actividad que dejó huellas patrimoniales que hoy en día perduran aunque con diferente uso y otras, en ruina y abandonadas.
La recuperación de la antigua Cetarsa como polo tecnológico para ubicar oficinas de empresas TIC y volver a vivir una 'revolución tecnológica' en la que fuera una fábrica de tabaco clave en la revolución industrial del país, es un proyecto que lleva a preguntarse qué pasó con el resto de edificaciones industriales de la capital y de la Vega, que estuvieron centradas en el tabaco, la harina o el azúcar, y cómo se ha integrado su uso en la realidad urbana actual a través de diferentes proyectos. Y ahí hay que fijarse en otros ejemplos como la fábrica de harinas El Capitán, la Azucarera de San Isidro, la de Santa Juliana (en Armilla) o la fábrica de telas San Patricio.
La fábrica de tabacos de Cetarsa en Granada, según el artículo de Milagros Soler El cultivo del tabaco en la Vega de Granada, llegó a tener a cerca de 6.000 trabajadores en plantilla y servía de soporte a un importante colectivo del sector agrario de la Vega al que compraba el tabaco de sus plantaciones. En 2002 la sociedad estatal SEPI planteó el cierre. "Unos 231 trabajadores fueron afectados, siendo víctimas directas de estas medidas. Por otra parte, más de 1.600 agricultores de la Vega, según cifras oficiales, quedaron sin su fuente de ingresos. También sufrieron las consecuencias del cierre otros sectores secundarios como talleres de embalajes, cordelería, etc". El Gobierno acordó con Cetarsa transformar los locales de la factoría en un moderno polígono industrial, para lo que se llegaría a adquirir unos 12.000 metros cuadrados del Cortijo del Conde por una cifra de 7.8 millones de euros. El total del proyecto supondría un coste de 30 millones de euros, que asumiría la empresa pública, recoge el artículo.
Finalmente, los terrenos se pusieron en venta y el proyecto no se ejecutó quedando la fábrica en desuso hasta el actual proyecto firmado entre el Gobierno y el Ayuntamiento de Granada. Un plan de revitalización que llevará a crear oficinas industriales en la nueva Silicom Valley granadina. Por dentro, en una visita esta misma semana con los empresarios, el edificio principal conserva su traza industrial con muros de ladrillo, techos altos y espacios diáfanos. También la vieja capilla se adaptará en lo que será el primer proyecto de este tipo en Granada ya que ha habido adaptaciones de otros espacios industriales pero con otro uso.
Otras fábricas con uso en Granada y el Cinturón
Por ejemplo, la Fábrica de Harinas El Capitán, en la calle San Antón en el barrio Fígares de Granada, fue construida en 1876 y se nutría de la Acequia Gorda para su actividad. Cuando cerró, después lo adquirió el Ayuntamiento de Granada y a principios de los 90 del siglo pasado se convirtió en el Colegio del Barrio, el Tierno Galván, conservando la fachada tan característica de ladrillo.
También se adaptó para su uso la Azucarera de Santa Juliana, en Armilla, que se transformó en la Feria de Muestras, Fermasa, en 1979. Se mantiene la chimenea y una antigua nave de la fábrica que comenzó a funcionar en 1892 hasta los años 30, pero el resto son nueva naves en una adaptación que ha dado un uso expositivo y de convenciones a esta antigua fábrica.
Otra fábrica que se adaptó a uso es la de telas San Patricio, una pequeña construcción en Bola de Oro que compró también el Ayuntamiento de Granada y que se adaptó para acoger primero la sede del IMFE y después las oficinas de Gegsa, que siguen estando allí. Esta fábrica comenzó a funcionar en 1875 hasta la década de los 70 del siglo pasado. Es un edificio desconocido para la gran mayoría de los granadinos por su ubicación más escondida que el resto de grandes fábricas aunque la conservación de su fachada neomudéjar merece una visita.
La azucarera de San Isidro, el proyecto pendiente
En Granada, la otra gran infraestructura industrial que se conserva es la Azucarera de San Isidro, aunque está aún sin uso pese a que fue la primera fábrica de azúcar de remolacha en España. Y ha pasado por varios proyectos, incluso el que planteaba en 2007 la construcción de loft estilo neoyorquino en un proyecto que finalmente no tuvo el visto bueno de Urbanismo y que firmaba el arquitecto Juan Domingo Santos. Fue el primer intento de revitalización de la azucarera, un espacio bien conservado donde se mantienen en pie la chimenea, la torre alcoholera y varios silos, así como pasos elevados de ferrocarril abandonados. El resultado quería convertirlo en un nuevo conjunto urbano con "atmósfera industrial, un conjunto arquitectónico denso, con torres, patios y calles elevadas de conexión que reproducen el antiguo crecimiento de la fábrica", recogía el proyecto, que contemplaba el uso como talleres, oficinas o residencial.
Después de eso, para intentar darle un uso a este espacio, se creó la plataforma Revivir la Azucarera, en este caso el objetivo era dar un uso cultural de este espacio que tiene su origen en la construcción del Ingenio de San Juan en 1882 y la fundación de la azucarera en 1901. El 4 de enero de 1983 cerró tras cien años de actividad. En los intentos por recuperarla, en 2015 fue declarada BIC. La Plataforma se creó en 2021 para promover allí un espacio sociocultural para la ciudad. Ese mismo año la azucarera fue adquirida por la Universidad de Granada. Habrá que esperar todavía para conocer con exactitud los usos y fechas de la intervención, pero la intención clara es que sea un foco investigador y cultural de relevancia que esté funcionando coincidiendo con el quinto centenario de la institución docente en 2031. La idea es que sea un espacio cultural y también de investigación "especializado en sostenibilidad, nuevas tecnologías y otras ramas investigadoras".
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