El Plan Albaicín recoge once nuevos aparcamientos para el barrio

Patrimonio

También plantea tres posibles alternativas para mejorar el tráfico en el Camino del Sacromonte

El avance Plan Albaicín coincide con los 25 años de la declaración de la Unesco.
G. Cappa

05 de mayo 2019 - 08:41

El Albaicín celebra el 25 aniversario de su declaración como Patrimonio de la Humanidad. En este tiempo, el barrio ha estado a la búsqueda del equilibrio entre la actividad turística y la vida de los vecinos de la zona, con la constante amenaza de convertirse en un parque turístico para guiris. Grafitis, inseguridad, ovillos de cables afeando el paisaje, suciedad, problemas de movilidad, gentifricación...

Y en el capítulo de soluciones esta el avance del Plan Especial de Protección y Catálogo de los Sectores Albaicín y Sacromonte, que el Ayuntamiento acaba de publicar y que ahora se abre durante los próximos 3 meses a la

participación vecinal y de los diferentes colectivos.

Uno de los principales puntos del Plan Albaicín es la creación de aparcamientos para residentes y para turistas. En primer lugar se prevé la creación de aparcamientos periféricos que absorban la demanda para residentes y visitantes dentro del núcleo en los entornos de la Muralla de San Antonio, Cristo Rey, Fajalauza, campo de fútbol de la Abadía del Sacromonte y acceso de la Abadía del Sacromonte.

Por otro lado, el documento busca la creación de aparcamientos para residentes dentro del barrio que permitan la eliminación de aparcamientos en superficie en Zenete-Beteta, Placeta de los Naranjos, Jardín Soto de Rojas, Larga de San Cristóbal-Ceniceros, Ave María-Casa Madre y Ave María-Sacromonte.

En este apartado de movilidad, el Plan Albaicín se centra en el tráfico que soporta el Camino del Sacromonte y recoge tras alternativas para descongestionar el tráfico privado.

La primera arranca de la parte alta del Camino de la Abadía del Sacromonte, sigue las curvas de nivel y busca la línea del cortafuegos existente para unirse con el Camino de Beas a la altura de Puente Mariano.

La segunda es una variante que atraviesa un túnel para tomar el mismo trazado anterior y la tercera alternativa sigue el trazado del Camino de la Abadía del Sacromonte hasta que un poco más arriba de la explanada de aparcamiento actual se desvía hacia el barranco, lo salva mediante un puente y finaliza en el aparcamiento previsto en bajo el campo de fútbol de la Abadía.

El Plan Especial deberá determinar cuál de las tres alternativas es la más conveniente, atendiendo a la viabilidad técnica y económica y al impacto paisajístico y medioambiental.

En el otro extremo del ámbito del Plan Especial, el avance plantea la prolongación de la calle Ceniceros a través de Veredillas de San Cristóbal y Portón de Baquetas hasta la Carretera de Murcia, con objeto de crear un circuito entre Carretera de Murcia, Larga de San Cristóbal y Ceniceros que permeabilice el paso del transporte público y vehículos de residentes hacia el aparcamiento previsto.

Según explicó en la presentación el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Fernández Madrid, el documento de partida del plan no pretende dar soluciones a los problemas sino que se ha realizado una “foto” de lo que existe para a partir de ahí ir fijando las actuaciones.

El nuevo plan sustituirá al vigente, de 1991, que según Fernández Madrid “tiene una orientación ideológica y de modelo que se ha ido trastocando en los últimos años” con la gestión del PP.

En el apartado urbanístico, avance del Plan Albaicín se detiene en el uso residencial singular y en los usos turísticos. Aquí propone la regulación de los usos turísticos en la medida que contribuyan a la conservación de los bienes protegidos.

Dentro de estos usos, deben tener una ordenación especial las viviendas con fines turísticos, "que por una parte responden a una demanda específica de los visitantes y por otra

contribuyen en muchos casos a mejorar la economía del barrio".

Esta regulación pasaría por establecer condiciones para su ubicación física (condiciones de acceso independiente o de situación en las plantas inferiores) y de proporción máxima dentro del inmueble o de la manzana; además de una labor de inspección y policía que garantice el cumplimiento real de las condiciones de la normativa autonómica en la materia (no más de tres viviendas por titular) y evite los usos inadecuados (ruidos y molestias a los vecinos).

La radiografía del Albaicín recoge datos llamativos como que la superficie total de dotaciones, que incluyen tanto las públicas como las privadas, supone el 17,16 % de la superficie del barrio, a la que habría que añadir las existentes en el Sacromonte. En este sentido, el avance del Plan Albaicín destaca la ausencia total de equipamientos deportivos (en especial de una piscina cubierta), y la existencia de un único equipamiento sanitario (el Centro de Salud del Albaicín).

Por el contrario, llama la atención sobre la abundancia de equipamientos religiosos (aunque deberán corregirse ciertos errores de calificación, como el Palacio de Daralhorra,

las Casa de Agreda y de Zafra o el Palacio del Almirante), culturales y docentes, aunque existe una única guardería infantil en todo el ámbito.

En cuanto a espacios libres, se trata en la mayor parte de los casos de plazas y no de verdaderos parques y el informe recalca que se deberá dotar al Sacromonte de un espacio libre.

Asimismo, se detecta la ausencia de aseos públicos, que podrían ubicarse en las dotaciones públicas.

Se reitera aquí la necesidad de armonización de la normativa de usos entre PGOU y Plan Especial, de forma que se fomente el mantenimiento de los usos tradicionales y las actividades económicas compatibles y al mismo tiempo se propongan medidas de intervención para la revitalización del bien protegido.

En cuanto a áreas de Intervención, destaca que el 50 % de las previstas por el PEPRI de 1990 no han tenido ningún desarrollo.

En cuanto a infraestructuras, recoge que es necesario el traslado del centro de transformación de la calle Elvira junto a la Iglesia de San Andrés, por su afección a los Baños Árabes de la Casa de las Tumbas. También debe estudiarse el soterrado de cableado y la eliminación de antenas, así como la integración de las placas solares.

Antenas de televisión y aparatos de aire acondicionado

El Plan Albaicín entra en uno de los debates interminables del barrio, prohibiendo la implantación de antenas de telefonía móvil en la zona urbana de los PEPRIS. Y sobre las antenas de televisión y parabólicas dispuestas en fachadas o cubiertas de edificaciones establece plazos para su eliminación favoreciendo medidas de fomento tales como antenas colectivas que primen frente a equipamientos individuales en urbanizaciones... También incide en la eliminación de los aparatos de aire acondicionado dispuestos en fachada, las antenas de radio-aficionado o las cubiertas que empleen uralitas, chapas de plástico y otros materiales nocivos o degradantes estéticamente. Prohibición de banderolas y letreros luminosos, con la única excepción de las farmacias. El color de las fachadas será el comprendido en el estudio que se elabore atendiendo a la tipología y antigüedad de las edificaciones. Se prohíben las terminaciones pictóricas figurativas-publicitarias en bajos de viviendas residenciales y locales comerciales. Queda prohibido el uso del azul ftalocianina en los ámbitos de los Planes Especiales, debiéndose reemplazar los maceteros por el tono añil tradicional, es decir, por un color de origen vegetal tomado de la planta de índigo (indigofera tinctoria) obtenido por maceración de sus hojas, convenientemente rebajado en su mezcla con hidróxido de calcio.

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