La Policía protege a 250 mujeres en riesgo de sufrir violencia de género
Una unidad especial se encarga de valorar el riesgo y les ofrece medidas para garantizar su seguridad
"Aunque fueran diez, ya serían muchas, porque a la violencia no hay que darle amparo". El que habla es el inspector Manuel Molina, que dirige en Granada la Unidad de Prevención, Asistencia y Protección (UPAP) contra la violencia de género y lamenta profundamente el número de mujeres que se encuentran en riesgo de sufrir esta lacra. Son unas 250, calcula, las que ahora mismo reciben la protección de la UPAP de Granada.
Esta unidad, cuenta el inspector, "se creó con la idea de dar a estas mujeres un mejor apoyo". La diferencia radica en que antes, en principio, se les atendía cuando tenían un problema, por ejemplo, si la mujer tenía una orden de alejamiento y denunciaba que su ex pareja no la cumplía. Ahora se da un paso más allá, se intenta retroceder en el reloj y comenzar antes a actuar. Prevenir.
"Cuando una persona denuncia malos tratos, el asunto pasa de inmediato a los juzgados de violencia de género, se ve sobre la marcha y el juez dicta unas medidas provisionales o, si hay acuerdo, una sentencia condenatoria y esta información pasa a nosotros", relata Molina. Desde ese momento, se prestará una atención especial a la denunciante, o incluso desde el mismo momento en que presenta la denuncia, si se observa un riesgo.
Precisamente para la evaluación del peligro, estas unidades especializadas cuentan con un programa específico que en base a unos parámetros determina la valoración policial del riesgo. En él se introducen todos los datos sobre el caso: las circunstancias de la denunciante, si ya ha habido agresión, las amenazas que pueda haber recibido y la actitud del acusado, entre otra información.
En base a esto, se determina si se aprecia riesgo y si éste es bajo, medio, alto o extremo, aunque el inspector señala que las mujeres que se encuentran en esta última situación no suelen superar en ningún momento la decena. Este dato influye en la decisión de qué medidas policiales se deben tomar, aunque depende ante todo de lo que pida la víctima.
En los casos extremos, se la lleva a una casa de acogida y si no, "se le ofrece un teléfono de conexión directa con la sala del 091 y con el funcionario que se le ha asignado para su protección", cuenta el inspector Molina, "y a los grupos que operan en su zona se les informa para que tengan una especial atención". Se le recomienda que ante cualquier atisbo de problema se ponga en contacto con ellos.
Los efectivos y medios que componen estas unidades han sido criticados desde los sindicatos por escasos. Molina no puede facilitar la información sobre la composición de la UPAP de Granada. "Cualquier jefe de unidad dirá que necesita más y quiere más medios y tenemos la expectativa de que vaya aumentando el personal y el material", señala el inspector, que valora no obstante muy positivamente el funcionamiento de la unidad. "Está dando un buen resultado. El tiempo está avalando la idea. Durante los cinco años que lleva funcionando, no ha habido ningún percance de gravedad en los casos que llevamos, incumplimientos sí, pero se han detectado y se ha procedido a la detención", afirma satisfecho. "Es un buen freno", sostiene, aunque el fin último es que un día no haya una sola mujer en riesgo.
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