Vox y una mayoría de derechas amargan la victoria socialista
Resultados de Granada en las elecciones andaluzas
La irrupción de la extrema derecha, con un escaño por Granada, el no 'sorpasso' de Ciudadanos al PP y el fracaso de toda la izquierda, son las claves de la jornada electoral
Adelante Andalucía pierde uno de los escaños que tenían Podemos e IU por separado
Granada/El PSOE ha vuelto a ganar las elecciones andaluzas en la provincia de Granada, pero esta vez ha sido una pobre victoria que ha dejado un fuerte regusto a derrota. El champán, las sonrisas y los abrazos se repartían anoche en las sedes de los partidos que suman una mayoría de derechas, PP, Ciudadanos y, en especial, Vox, la fuerza que irrumpe casi de la nada para obtener un escaño y el apoyo de casi 47.000 granadinos en los resultados definitivos de estos comicios.
Los socialistas, que mantendrán a cuatro de los cinco diputados de la anterior legislatura, han perdido alrededor de 47.000 votos en esta provincia, lo que supone casi un 8% menos de confianza de sus electores. Pero no es el resultado en sí mismo lo que ha teñido de negro la noche en una sede provincial llena de cargos de la Junta de Andalucía, si no la perspectiva de perder el Gobierno en favor de una unión de partidos de derechas que, contra todos los pronósticos previos, han conseguido unos resultados para sumar la mayoría, también en Granada.
A los largo de los últimos años, los socialistas han ido dejándose en el camino ese enorme rédito electoral que tenían en esta circunscripción. La aparición hace cuatro años de una nueva fuerza política a su izquierda (Podemos) y otra a la derecha (Ciudadanos), se ha convertido en una sangría que se ha acabado de confirmar en esta cita electoral del 2-D.
La sacrificada por el PSOE es la número cinco de la lista, Olga Manzano, cuya exclusión del Parlamento era algo poco previsto en las diferentes encuestas previas.
El Partido Popular también viene sufriendo esa línea descendente desde el principio del fin del bipartidismo. Pierde un escaño, al pasar de 4 a 3 parlamentarios, pero en este caso el fracaso sabe a triunfo, ante la perspectiva de poder alcanzar un “reto histórico” como el de desalojar al PSOE del Gobierno andaluz. Lo curioso es que con uno de sus peores resultados, esta formación podría conseguir el objetivo inalcanzado durante casi 40 años.
Y había otro gran motivo de alegría para los populares anoche, que es el aguante respecto a Ciudadanos, una formación cuyo auge parecía estar a punto de arrollar al tradicional partido de derechas. Han quedado empatados a 3 escaños, pero no ha habido adelanto en número ni porcentaje de votos. El PP aún le saca 19.000 votos a la formación naranja.
A partir de esta noche electoral, Ciudadanos ha tenido que ceder la etiqueta de partido revelación a Vox, que aunque sólo se ha hecho con una plaza de diputado, su resultado en votos ha sido histórico. Para el partido naranja, el paso de 1 a 3 diputados es un gran resultado, pero sin el pretendido sorpasso al PP y con la irrupción de una incómoda compañía por el flanco de la extrema derecha, el éxito es algo agridulce.
Adelante Andalucía, que sumaba las fuerzas de Izquierda Unida y Podemos, ha cosechado la otra derrota de la noche, al perder uno de los tres diputados que sumaban hasta ahora por separado (se quedan con dos). Además, como le ocurre a los socialistas, asisten con enorme preocupación a la irrupción de la derecha más radical, que es su máximo contrapunto. Y se aleja del horizonte la posibilidad de ser ese contrapreso de poder para un gobierno de izquierdas liderado por el PSOE.
La sorpresa electoral fue mucho más inesperada ayer por las circunstancias especiales en las que se conocieron los resultados, que no se pudieron difundir hasta pasadas las 10 de la noche y prácticamente de golpe. De ahí que el shock fuera inmenso, pues no dio tiempo, como en otras citas electorales, a ir viendo tendencias a medida que iba avanzando el escrutinio.
Los partidos sí contaban con los datos de sus representantes en las urnas y desde el cierre de los colegios, a las 8 de la tarde, fueron recibiendo una información que se iba reflejando en el ánimo y las caras de los distintos cuarteles generales de las formaciones en la provincia de Granada. El PP transmitía a las nueve un enorme optimismo que en ese momento podría parecer aventurado y los dirigentes socialistas ya avanzaban el fúnebre cariz de la noche, con reuniones a puerta cerrada. Sólo una hora más tarde, y de sopetón, la tarta electoral aparecía en las pantallas y confirmaba la sorpresa.
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