Retrasos por sobrecoste, cortes de tráfico y huelga del metal
El aumento del presupuesto retrasó la finalización de la obra, prevista para 2009.
Desde que se anunciara la Construcción del Centro Lorca hasta que a finales de este año abra sus puertas según el último aviso no sólo habrá pasado más de una década también habrán pasado cinco ministros de Cultura (Pilar del Castillo, Carmen Calvo, César Antonio Molina, Ángeles González-Sinde y José Ignacio Wert), cuatro consejeros de Cultura (Carmen Calvo, Rosa Torres, Paulino Plata y Luciano Alonso) y dos presidentes de la Diputación (Antonio Martínez Caler y Sebastián Pérez). Sólo se mantienen desde el comienzo el alcalde de Granada, José Torres Hurtado; y la presidenta de la Fundación Lorca, Laura García-Lorca, el resto, a pesar de que lo que se ha ido anunciando, no podrán estar en la foto de familia de la inauguración oficial, para la que ya hay fecha cerrada según dijo ayer el edil de Cultura, Juan García Montero, que sin embargo rehusó hacerla pública.
El sobrecoste de las obras, la irrupción de la crisis, la propiedad del solar de una churrería adyacente y las tensiones iniciales entre las administraciones han postergado el momento de cortar la cinta. El presupuesto inicial del centro ascendía a 18,5 millones de euros de los que, en virtud del convenio suscrito en su día, el 75% fueron aportados con fondos comunitarios gestionados por el Ministerio de Cultura y el 25 % restante con fondos propios de la Junta -al Ayuntamiento le correspondió aportar el solar-. El desarrollo del proyecto excedió las previsiones iniciales en 4,5 millones de euros, sobrecoste que, según lo acordado asumirían en un 30% la Junta, el Ministerio y el Ayuntamiento, mientras que la Diputación pagaría el 10 % restante.
En principio se anunció como primer plazo de finalización 2009, pero hubo retrasos. En 2010, con las obras acabadas al 95%, el Centro Sufrió un parón ante la imposibilidad de afrontar el sobrecoste que parecía no tener fin. Según la previsiones, tendría que haber acogido el 22 de enero de 2011 el estreno de una obra que terminó en el Isidoro Máiquez. Por el camino también hubo retrasos debidos a cuestiones tan peregrinas como una huelga del metal y el acero o cortes de tráfico que entorpecían la entrada y salida de los camiones con el material.
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