Rodolitos: tesoros marinos secretos
El mar de biodiversidad
En algunos lugares de la costa granadina podemos encontrar estas extrañas y fascinantes estructuras calcáreas formadas por un tipo de algas coralinas
‘Ensalada’ marina'
La mar de biodiversidad
Los rodolitos son nódulos producidos por unas algas rojas coralinas capaces de precipitar carbonato cálcico de manera gradual en sus paredes celulares confiriéndole un carácter pétreo, que se consolidan en pequeñas bolas o discos de diferentes tamaños. En determinadas circunstancias ambientales, los rodolitos pueden formar grandes acumulaciones o lechos en los fondos marinos sedimentarios o blandos, creando un nuevo ecosistema con características intermedias entre los fondos blandos y los duros.
Estas formaciones son vitales para los ecosistemas marinos, ya que proporcionan refugio y alimento para numerosos organismos. Además, su presencia favorece la oxigenación del agua y contribuye a la conservación de la biodiversidad marina.
Una de las curiosidades de este tipo de algas ee que no están fijas al fondo sino que viven libres, como nódulos que pueden rodar suavemente por las corrientes marinas hasta que se acomodan al fondo, formando lechos que pueden cubrir grandes superficies.
Las algas rojas coralinas crecen sobre una variedad de sustratos, (rocas, otros tipos de algas, conchas de moluscos…), que actúan como núcleo sobre el que se van disponiendo sucesivas capas de algas, con una fijación tan fuerte que es imposible la separación. Su crecimiento es muy lento, apenas 1 o 2 milímetros al año, y tienen un periodo de vida amplio (pueden superar los 100 años), por lo que figuran entre los vegetales marinos más longevos. Asimismo por su consistencia y estabilidad son un excelente registro fósil, que convierte a los rodolitos en especiales indicadores paleoambientales del sitio que habitan.
Conforman una de los cuatro grandes formaciones marinas dominadas por macrófitos, junto a las praderas de fanerógamas (plantas con flores) marinas, los bosques de laminariales (algas pardas) y los fondos coralígenos desarrollados sobre algas coralinas.
A pesar de su importancia ecológica, los rodolitos se encuentran en peligro debido a la contaminación, el cambio climático y la degradación de su hábitat natural. Por ello, es fundamental la concienciación ciudadana sobre la importancia de conservar estos tesoros marinos y promover prácticas sostenibles que garanticen su preservación.
¿Dónde se encuentran?
Los rodolitos se encuentran en diversas regiones marinas alrededor del mundo, en múltiples situaciones geográficas y diferentes condiciones ambientales, especialmente en zonas donde la presencia de suaves corrientes marinas de fondo evitan la sedimentación y su enterramiento. Se han localizado tanto en zonas polares, como templadas o tropicales, donde son más frecuentes pues las aguas cálidas y ricas en nutrientes favorecen su crecimiento. Prosperan desde aguas poco profundas, en las zonas intermareales bien iluminadas, hasta los 250 metros de profundidad en los límites de la supervivencia de las algas. Su óptimo suele estar en el circalitoral, entre los 30 y 90 metros. Las algas rojas y en particular las coralinas, tienen unos pigmentos (ficoeritrina y ficocianina) que les permiten captar las longitudes de onda del espectro lumínico que mayor penetran en la columna de agua (verde y azul) y realizar por tanto la fotosíntesis en zonas con poca luz.
- El mar Mediterráneo es 'hogar' de rodolitos en diversas áreas como diferentes lugares de las costas italianas, islas griegas o Turquía, entre otros países mediterráneos. En el litoral mediterráneo español forman importantes lechos en las islas Baleares e islas Columbretes. En el mar de Alborán son muy escasos los fondos de rodolitos identificados. Por su extensión el principal es el situado en la plataforma de la isla de Alborán. También se han localizado en Cabo de Gata, Islas Chafarinas, cabo Tres Forcas (Nador), y a ambos lados del estrecho de Gibraltar.
- También son frecuentes en el océano Atlántico desde las costas de Noruega, Irlanda y Galicia hasta el Caribe o Brasil, donde se encuentran los fondos de rodolitos mas grandes del mundo, pasando por las islas islas Madeira y nuestras islas Canarias, donde son bastantes comunes, con playas que incluso toman el nombre de 'palomitas' una de las denominaciones populares de los rodolitos.
- Diversos lugares del Pacífico como el sur de Japón o la costa occidental o los arrecifes de coral de Australia, también albergan rodolitos.
- Nuestra costa granadina es conocida por los campos de rodolitos localizados en la zona de la Punta de la Mona, un lecho de rodolitos singular por su poca profundidad (de 9 a 21 metros), algo raro en estas latitudes, y por presentar una de las mayor diversidad de algas coralinas formadoras de rodolitos conocidas en el mar Mediterráneo.
Biodiversidad de rodolitos
Los rodolitos son organismos muy diversos a nivel de morfología, pueden ser desde ovalados hasta esféricos o laminares. A nivel taxonómico, un rodolito puede estar conformado por una o varias especies.
En lo que respecta al número de especies formadoras de rodolitos, se han registrado 40 especies en el mundo. No es posible identificar con certeza a los géneros/especies formadores de rodolitos con base únicamente en su forma de crecimiento u otras características morfológicas externas.
Importancia ecológica
Los rodolitos no solo son hermosos componentes del lecho marino, sino también pilares fundamentales para la salud y la biodiversidad de los ecosistemas marinos, desempeñando un papel crucial como 'ingenieros de ecosistemas'.
Creadores de hábitats. Los nódulos calcáreos formados en el lecho marino proporcionan refugio y sustrato para una gran variedad de organismos marinos, como moluscos, crustáceos, peces y macroalgas. Al crear estructuras tridimensionales, los rodolitos ofrecen espacios de anidación y protección. Los pequeños huecos y recovecos dentro de los nódulos son ideales para que los organismos se escondan y se reproduzcan. La diversidad de organismos asociados contribuye a la resiliencia del ecosistema.
Filtración y nutrientes. Los rodolitos son excelentes filtradores. A medida que el agua fluye a través de sus nódulos, atrapan partículas en suspensión, como fitoplancton y detritos. Además, los rodolitos liberan nutrientes al entorno circundante a medida que crecen y se descomponen. Esto enriquece el agua y beneficia a otros organismos.
Mitigación del cambio climático. Los rodolitos capturan dióxido de carbono (CO₂) durante su crecimiento. El carbonato de calcio en su esqueleto es una forma de almacenar el llamado carbono azul. Al morir, los rodolitos pueden depositarse en el fondo marino, contribuyendo a la formación de sedimentos ricos en carbonato de calcio. Esto ayuda a secuestrar carbono y reducir su presencia en la atmósfera.
Estabilización costera. En áreas costeras, los rodolitos desempeñan un papel importante en la prevención de la erosión. Sus nódulos actúan como rompeolas naturales, absorbiendo la energía de las olas y protegiendo la costa.
Otros damnificados del cambio climático
El cambio climático tiene impactos significativos en los rodolitos y en los ecosistemas marinos en los que prosperan, por lo que representa una amenaza para la salud y la persistencia de los rodolitos, cuya conservación es esencial para mantener la biodiversidad marina y la resiliencia frente a los desafíos climáticos.
El calentamiento global provoca un aumento en la temperatura del agua marina. Los rodolitos son sensibles a estos cambios y pueden sufrir estrés térmico que puede afectar a su crecimiento y supervivencia. Si las temperaturas son demasiado altas, los rodolitos pueden 'blanquearse' o incluso morir.
Por otra parte, el aumento de dióxido de carbono atmosférico que se disuelve en el agua del mar, provoca la acidificación de mares y océanos, lo que reduce la disponibilidad de carbonato de calcio, necesario para la formación del esqueleto de los rodolitos.
Además el cambio climático está significando una mayor intensidad de tormentas y oleaje que pueden romper los nódulos de rodolitos y desplazarlos, afectando a su distribución y estructura.
El retroceso de los glaciares y la expansión térmica del agua debido al calentamiento global contribuyen al aumento del nivel del mar lo que puede afectar a la profundidad a la que crecen los rodolitos y su exposición a la luz solar. Si estos cambios se producen de manera muy rápida, la capacidad de adaptación disminuye. Además, la subida del nivel del mar puede aumentar la erosión costera, lo que afecta a la estabilidad de los rodolitos más próximos a las zonas litorales.
Finalmente, hay que considerar que algunas especies de rodolitos son más resistentes al cambio climático que otras ya que pueden desplazarse hacia aguas más frías o profundas en busca de condiciones adecuadas. Esto puede significar alteraciones en la composición de las especies de las comunidades de rodolitos.
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