'Arcángel' de la guarda en la alta montaña
Rubén santos
Es teniente de la Guardia Civil y coordinador del Servicio de Rescate en la Montaña
Asegura que muchos accidentes se podrían evitar con unas "normas mínimas"
Rubén Santos está al frente de la Unidad del Servicio de Rescate en Montaña que opera en Sierra Nevada. El SEREIM tiene la misión de ejercer las funciones encomendadas a la Guardia Civil en las zonas de montaña y de difícil acceso, tales como rescate de personas, investigación de accidentes, conservación de la naturaleza, seguridad ciudadana en instalaciones deportivas de montaña, estaciones de esquí y competiciones deportivas, así como la colaboración en la prevención de accidentes y la promoción de la seguridad en montaña.
Sólo en la última década el SEREIM en nuestra región ha realizado un total de 717 intervenciones, superando cada año las cifras del anterior. Desde el 2008 hasta la actualidad el número total de personas rescatadas ha sido de 1.041.
-Aparte de lo que señalan las estadísticas ¿recuerda algún año especialmente más complicado?
-Los meses de febrero y marzo de 2016 fueron terribles, había que atender un accidente tras otro, de los que dejan marca… afortunadamente en cuestión de 10 días salvamos literalmente 5 vidas de montañeros que presentaban heridas de gravedad o se encontraban en condiciones muy peligrosas con el consiguiente riesgo de fallecer por hipotermia debido al lugar donde se encontraban.
-¿Cuáles son los motivos más frecuentes de las intervenciones?
-Lamentablemente el motivo más frecuente es la sobreestimación de las posibilidades, junto a la falta de condición física y de preparación de la actividad. Aproximadamente un 60 % de nuestras intervenciones, responden a llamadas de gente que va a la montaña y que, debido al sobreesfuerzo que ha realizado en el intento de terminar la actividad deseada, acaba lesionada o con fuertes dolores musculares o simplemente es incapaz de finalizar la actividad o al menos llegar hasta un lugar donde pueda ser recogido en vehículo. En esas circunstancias llaman al 112. Cualquier servicio de emergencias debe acudir a auxiliar a quien lo solicite pues esa es la razón de su existencia, pero hay que hacer una apelación a la responsabilidad. No se puede ir a la montaña pensando que no pasa nada si uno no es capaz de finalizar la actividad programada, pues basta con llamar al 112 para que vengan a rescatarme y solucionado. Además del coste económico que supone, estamos restando posibilidad de intervenir en otras eventualidades, aparte de que se pone en riesgo la vida propia y la de los servicios de rescate.
-¿Cómo evitar las intervenciones que son 'evitables'? Un consejo práctico.
-Yo suelo decir que hay que afrontar las salidas con la idea de que "en la montaña, todo es susceptible de ir a peor". Y hay que tener las mismas precauciones que si fuéramos con un hijo menor y comportarnos "como un buen padre". Preocuparnos de llevar comida, bebida y ropa por si ocurre algo, de buscar información sobre el itinerario, de ver el horario estimado, (hora recomendable de salida y de regreso), si hay algún tramo más peligroso o simplemente evitable, la previsión de tiempo para la fecha y lugar concreto de la actividad y muchos pormenores más.
-¿Cuánto tarda vuestra Unidad en intervenir?
-El tiempo medio que tardamos en salir son unos 20 minutos con el acopio de información y material y 10-15 más en despegar con el helicóptero desde el aeropuerto.
-¿Cuál es la época del año más peligrosa?
-La época invernal, entre los meses de diciembre a febrero, sobre todo cuando hay un manto nivoso duro, con abundante hielo. Cuando vemos que desde Granada se aprecia que la nieve de Sierra Nevada brilla como un cristal, sabemos que vamos a tener más trabajo.
-¿El rescate más difícil que recuerda?
-Bueno tengo varios especialmente grabados en la memoria. Uno de ellos es el rescate de 4 personas, una de ellas con fractura de cráneo, enriscadas en la pared noreste del Veleta, a 15 grados bajo cero y durante 18 horas sin parar. Fue bastante duro por la exigencia física y técnica. Otro que recuerdo bien es el rescate de 3 alpinistas con hipotermia en la vertiente sureste del Veleta, en la vía de escalada 'Fidel Fierro', durante 13 horas, con temperaturas que alcanzaron los 20 grados bajo cero, con ventisca y sin apenas visibilidad. Tuvimos que ascender a los alpinistas desde la cota 3.200 hasta la cota 3.395, es decir hasta la misma cima del Veleta, y desde allí los fuimos bajando, uno por uno, hasta la caseta superior del remonte 'Laguna'. Este rescate fue bastante duro para nosotros ya que el roce de las cuerdas por las que ascendíamos con los alpinistas provocaba el desprendimiento de témpanos de hielo que se precipitaban sobre nosotros con el riesgo de cortar alguna cuerda o golpearnos violentamente.
-¿El Sereim también llora?
-Te puedo decir que personalmente he llorado varias veces, ante la pérdida de compañeros de otras Unidades y en los dos rescates que he citado antes, son el de los cuatro alpinistas de la arista noreste y el de los tres de la vertiente sureste del Veleta, pero en estos casos se me saltaron las lágrimas de alegría y satisfacción, al finalizar la evacuación con éxito y comprobar que todos estábamos bien. Aunque horas después un compañero de los que había participado el rescate fue diagnosticado de congelaciones en varios dedos del pie que le han dejado secuelas. Personalmente no he estado en ningún rescate en el que la víctima fallezca mientras realizas su evacuación, pero desafortunadamente otros compañeros de actividad si lo han padecido y esto cuanto menos te salta las lágrimas de impotencia y pena.
-¿Cuál ha sido la intervención más 'tonta'?
-Que te llamen para ir a rescatar a una persona lesionada de una rodilla y cuando llegas con el helicóptero a por él, te dicen que se ha ido por sus propios medios. No sabes si realmente estaba herido o es que no tenía ganas de seguir la actividad. Nunca lo pude averiguar.
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