SOS: el 'virus' de la crisis hace estragos en la salud

Las épocas de crisis afectan directamente a la salud de las personas. Esta afirmación es un axioma en cualquier tiempo y lugar. No hay que demostrar con datos que es real. Pero los expertos en análisis sanitario y salud pública ya están manos a la obra para ver en concreto cómo va a afectar la crisis que ahora sufre Europa y países como España, Grecia e Italia a la salud de los ciudadanos directa e indirectamente tanto por las medidas de ajuste que afecten al sistema sanitario como los efectos de la situación general del país, la comunidad, la provincia y la ciudad.

La Escuela Andaluza de Salud Pública ya está en ello y dispone de un grupo con unos 40 profesionales que va a estudiar desde distintos aspectos el impacto de la crisis en la salud y en la provisión de servicios sanitarios. De hecho, ha presentado a convocatoria de financiación pública (FIS 2012) seis estudios relacionados con el impacto de la crisis en la morbilidad, en la salud mental, la población vulnerable o las enfermedades prevalentes. Además, pertenecen a la red Ciber, donde hay ya siete grupos de distintas comunidades autónomas que suman 300 profesionales que quieren investigar sobre esta materia.

Desde que debutó la crisis económica en 2008 en la EASP se vio la necesidad de monitorizar los efectos de las medidas de ajuste y de los cambios en las finanzas sobre el estado de salud y los sistemas sanitarios.

El caso de Grecia está sirviendo un poco como antecedente para saber los efectos y los factores que hay que controlar pero no se pueden extrapolar los datos porque cada sociedad se comporta de una forma y las medidas de ajustes y recortes son distintas. "Si alguien pensaba que las medidas no iban a afectar a la salud se equivoca. No tienen una relación causa-efecto inmediata pero puede afectar a la tasa de suicidios, a la salud percibida, a la salud mental, al consumo de fármacos, a la mortalidad, factores todos que se van a estudiar en el grupo de trabajo de la Escuela, además de cómo afectan las medidas directamente al sistema sanitario", es decir, privatización o no, pérdida de servicios, cierre de camas, reducción de plantilla, explica el consejero delegado de la Escuela Andaluza de Salud Pública, Carlos Artundo. "Consiste en analizar la situación para decir a los que toman decisiones que si se hace esto pasa esto otro", aclara. Y todo recogido en una base de datos documental.

"En otras crisis se sabe lo que está pasando pero no son extrapolables", aclara la coordinadora del grupo y profesora de la EASP, Isabel Ruiz. Pero por lo general y a priori se pueden hacer algunas afirmaciones sin temor a equivocarse.

La salud mental es una de las grandes afectadas en épocas de crisis según se ha demostrado históricamente. "Hay más depresiones, personas con estrés y ansiedad, se duerme peor, aumenta la tasa de suicidio..." Todo, fundamentalmente, por las dificultades económicas y laborales en las que se ven inmersos muchos ciudadanos, "fundamentalmente los grupos más vulnerables (mujeres e inmigrantes), no necesariamente pacientes ya habituales. También en los niños hay que estudiarlo porque no sabemos cómo les afecta todo", asegura la investigadora.

En los suicidios -que ya ha habido en Grecia y en Italia por la crisis- lo difícil es demostrar la causa, porque los registros que existen no la determinan.

Además, el efecto de la crisis en la salud mental está directamente relacionado con el consumo de fármacos ya que está demostrado también que aumenta la ingesta de ansiolíticos y antidepresivos, entre otros.

"Respecto al uso de los servicios sanitarios no sabemos si se van a usar más o menos y qué servicios estarán más afectados". También depende de la decisión sobre la gratuidad de la asistencia. Si se privatiza o se impone el copago se produce la temida desigualdad de acceso. Los que menos tengan no podrán ir y los ricos seguirán igual. Un riesgo del que ya alertan desde distintos sectores profesionales y humanitarios.

Un aspecto curioso en épocas de crisis son los estilos de vida. "En Grecia, por ejemplo, ha habido un descenso del consumo de drogas pero casualmente un repunte sobre la heroína. Pero lo esperable es que al tener menos dinero por ejemplo para tabaco, alcohol o drogas baje el consumo. También se caminará más, por ejemplo, y se comerá más en casa y por tanto más sano, lo que mejorará la salud", apunta Ruiz.

La salud sexual y reproductiva también se ve afectada en estos tiempos. "Con la precariedad económica se gasta menos por ejemplo en preservativos, por lo que hay una desprotección mayor", lo que aumenta el riesgo de contagio de enfermedades venéreas y de otras como el VIH, del que puede haber un repunte. "Esto también afectará por ejemplo a las interrupciones voluntarias del embarazo", argumenta Ruiz, por el incremento de embarazos indeseados. Lo que ya se está notando es una reducción de los partos por imposibilidad de afrontar el 'gasto' de un hijo en estos momentos, y el aumento del uso de anticonceptivos.

Además de todo esto, están los efectos directos por cambios del sistema: eliminación de servicios, cierre de quirófanos, reducción de personal, eliminación de pruebas, cierre de consultas...

Otro campo sin explorar son los efectos en la salud de los cambios ambientales, que también se producen.

Frente a tanto pesimismo también hay espacio para un mensaje preventivo para intentar minimizar esta cadena de 'bombas' contra nuestra salud. "Se puede hacer prevención y en estos momentos es fundamental el apoyo familiar, de las redes sociales, utilizar los recursos de ayuda como las asociaciones de vecinos, de pacientes, etc para fortalecer nuestro yo. "En estos momentos es cuando hay que dar lo mejor que tenemos y fortalecer las redes sociales y familiares que afortunadamente aquí todavía hay", puntualiza Carlos Artundo.