Salvador y el vehículo con el que va a realizar este proyecto
Salvador junto al vehículo del proyecto

Granada/Sahara Introspectivo es como se titula el proyecto documental de Salvador Castillo, naturalista y especialista en proyectos de conservación de Granada, que va a vivir una experiencia límite durante una expedición de 30 días en soledad en el desierto más cálido árido del mundo. Hablará en él sobre la conservación de los ecosistemas desérticos, pero esta vez desde muy dentro. A través de una ruta de, aproximadamente, 5.500 kilómetros de arena, dunas y piedra, realizada con un vehículo básico, mostrará una visión totalmente diferente y disruptiva de estos lugares recónditos y las especies que los habitan. Antes de partir hacia la indómita África contó su reto a Granada Hoy.

Castillo ha trabajado en la conservación de linces, aves y ahora está especializado en las grandes rapaces, dedicándose a sacar adelante proyectos de reintroducción y monitorización o el estudio de bioindicadores, entre otros. Su experiencia comienza en 2010, al realizar expediciones científicas en el desierto, donde obtuvo prospecciones y seguimientos de ecosistemas muy poco estudiados anteriormente. En 2017, empezó a colaborar Soul Natura y Panasonic Lumix, y tras la revisión de muchos artículos y material comenzó a grabar imágenes para difundir estos ecosistemas. En 2020 volvió de expedición a seguir grabando contenido, pero cuatro días antes del estallido de la pandemia del coronavirus, junto a un amigo, se quedó sin poder volver a España 32 días, por lo que decidieron continuar su trabajo de exploración y fotografía, obteniendo material muy valioso.

-¿Cuál ha sido el incentivo principal para realizar esta experiencia?

-El objetivo es, por un lado, realizar un viaje introspectivo conmigo mismo, y por otro, consiste en la grabación de un documental que llegue a todas las personas posibles, siendo esta una razón para decidir hacerlo en este formato. La intención es aumentar su proyección gracias al poder de la imagen, intentando que genere un movimiento y repercusión en las redes, fomentando la conservación de las especies y sus hábitats. Además la forma de realizarlo esta pensada para que sea mucho más accesible y comprensible, teniendo un carácter menos científico que ayuda a su difusión.

-¿Qué le ha motivado a irse en solitario? ¿Qué puede contar en cuanto a la planificación de la ruta?

-Pues como el nombre del proyecto indica, intento hacer una introspección conmigo mismo, en interacción con el hábitat y las especies en un lugar mayoritariamente desconocido. Con respecto a la planificación, a pesar de no ser definitivo puesto que todo depende de las condiciones del viaje, las fronteras y demás, el recorrido pasa por llegar al Sáhara Occidental, pasar a Tinduf (Argelia) y recorrer la 'frontera del muro' en paralelo, pasando por varios terrenos fronterizos como los de Marruecos, lo que supone un total de 5.500 kilómetros aproximadamente.

-¿Qué equipo lleva consigo para la grabación, transporte, víveres...?

-La idea consiste en recopilar un buen contenido con un equipo de usuario, para conseguir crear un documental que conecte con la gente y consiga tener repercusión. En el vehículo llevo generadores de electricidad y un regulador para controlar todos los datos y gastos que vaya haciendo, conversores de 220 vatios, materiales para la obtención de energía como baterías portables, una placa solar flexible... Al no saber exactamente cuánto voy a consumir este aspecto también es algo a analizar: cuánto se genera y cuánto se consume en una expedición de este calibre.

Salvador junto al vehículo del proyecto
Salvador junto al vehículo del proyecto / Antonio L. Juárez / Photographersports

-¿Cómo podrían extrapolarse los resultados de este proyecto a Granada? ¿En que se diferencian las especies existentes en el Sahara con las que se pueden encontrar en la provincia?

-Pues extrapolando e invirtiendo recursos y tiempo en los proyectos de conservación. En Granada tenemos el proyecto 'Aquila-A-Life' donde trabajamos con el águila perdicera, haciendo el seguimiento y monitorización de todas las parejas de Andalucía. Después estos conocimientos se aplican a los planes de reintroducción de otros especímenes en muchos otros lugares de Europa, como águilas rapaces, imperiales... Con el objetivo de ver la lógica real del ambiente en el que estamos utilizamos la información que nos aportan los animales. Respecto a las diferencias, dependen más de la climatología que de la biología de unas especies que no presentan tantas diferencias, a pesar de que en el Sáhara encontramos unas características ambientales mucho mas desérticas que las que podemos ver en Granada o Almería.

-¿Con qué ayudas ha contado?

-Tras la pandemia comenzaron a entrar nuevos patrocinadores, que se animaron al proyecto, lo que ha facilitado la decisión de cambiar el objetivo y realizar una nueva expedición al Sáhara, pero esta vez diferente. La intervención de nuevos colaboradores y la influencia de otros viajes, la gente que conoces y demás, influyen en las posibilidades de los proyectos que se pueden realizar, como este 'Sahara Introspectivo', que comenzó hace un mes cuando planteé el viaje. Según el recorrido, iremos parando en algunos puntos conocidos, y otros desconocidos, haciendo diferentes observaciones con diferentes cámaras, como la Panasonic GH5 y S1R, prismáticos, telescopios, material térmico...

-Va a recorrer más de cinco mil kilómetros de arena y desierto... ¿Cuáles son sus mayores miedos o qué problemas espera?

-Uno de los principales problemas es el vehículo en el que nos movemos. Aunque llevaré víveres para no tener problemas durante cinco o diez días, se debe tener en cuenta que un recorrido de 60 kilómetros puede conllevar un día y medio o dos en el desierto, por lo que tener problemas mecánicos supondría una gran preocupación. También lo es el tema de la soledad, al encontrarme en un lugar ajeno se genera una lucha contra uno mismo donde la mente y la falta de recursos pueden jugarte malas pasadas... Otro aspecto son los 'bichos de dos patas' (refiriéndose a los humanos), ya que al ser una zona conflictiva y en muchas ocasiones fronteriza, nunca sabes cómo pueden reaccionar las autoridades. En ciertas zonas se pueden dar situaciones complicadas, pero estamos preparados para ello y en principio no tiene por qué pasar nada.

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