Santa Isabel la Real pone fin a su reforma tras quince años en obras
La firma del convenio de colaboración con Caja Madrid permite acometer la restauración del presbiterio y otras obras menores, que se prolongarán hasta 2010
La larga rehabilitación del Convento de Santa Isabel la Real está tocando a su fin. Las obras que empezaron hace más de quince años se completarán con una intervención integral en el presbiterio y otra serie de intervenciones menores que se prolongarán durante más de dos años pero que supondrán el punto y final a la actuación en esta joya arquitectónica, la primera de las grandes obras erigida por los Reyes Católicos en Granada. El convenio de colaboración que ayer firmó la Fundación Caja Madrid con la orden de las monjas Franciscanas Clarisas, que hasta la fecha habían hecho frente a la reforma del emblemático edificio, ha hecho posible el cierre del proyecto.
La fundación asumirá el 80% del coste de la última etapa, que asciende a 1.185.910 euros, y las Clarisas del resto. Con ese presupuesto se acometerá la intervención en el presbiterio, -que según los expertos es lo más significativo del conjunto-, tanto de los elementos arquitectónicos deteriorados, como del retablo y las pinturas murales.
Carlos Sánchez, el arquitecto granadino que se hizo cargo de la restauración hace más de tres lustros y que completará el proyecto de rehabilitación, explicó ayer que la armadura de madera del presbiterio es una pieza excepcional. "Es el único artesonado de casetones góticos que hay en España. Junto con el del Convento de la Merced, que se desmontó y está en el Museo de la Alhambra, es el más importante que hay en Granada", aseguró el investigador, quien explicó que las cubiertas de la capilla ya habían sido objeto de una reforma en el año 1995, subvencionada por la Junta de Andalucía.
La próxima intervención en el artesonado, del que se han descubierto una "bellísima policromía en tonos azules, rosas y celestes" según Carlos Sánchez, no requerirá desmontar la pieza ni obligará al cierre de la capilla.
En la actualidad, el convento de la orden de clausura es uno de los pocos ejemplos monásticos de la ciudad que conserva íntegras, en buen estado y abiertas al público a través de un programa de visitas guiadas a las principales dependencias que lo conforman: el compás de entrada, la iglesia, la torre, los coros alto y bajo, la cocina, el refrectorio, la escalera principal y los dormitorios.
El arquitecto explicó que también es fundamental la intervención en las pinturas murales, que se encuentran en muy mal estado, y el retablo, afectado por graves problemas de polillas. Además se recuperarán las pinturas del XVI de la puerta reglar y el empedrado de la entrada, otra pieza única del arte granadino.
Una vez finalizada esta última fase, la Fundación Caja Madrid prevé la creación de un pequeño museo que se ubicará en el claustro y que completará el circuito de visita del convento, según anunció ayer el director de la institución, Rafael Spottorno, que firmó ayer en Granada el convenio de colaboración con Isabel Fernández Prados, abadesa del monasterio.
Spottorno adelantó que el propósito del museo es profundizar en los diversos aspectos de este conjunto patrimonial. Este espacio contará con un audiovisual que reflejará los aspectos históricos y constructivos del edificio y con una serie de maquetas que reproducirán los techos más significativos para que el visitante conozca de cerca detalles ornamentales y constructivos.
Con todo ello se completará un proceso ininterrumpido desde 1991 con el que se puso freno al deterioro de una obra monumental que a punto estuvo de llegar a ver el derrumbe de su galería sur pero ahora se recuperará por completo para el patrimonio de la ciudad.
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