La Seguridad Social externaliza el servicio de fe de vida laboral

La Dirección General de la Tesorería General de la Seguridad Social sacó a licitación el pasado 13 de junio en el Boletín Oficial del Estado la "contratación del servicio para la impresión, manipulado y envío de documentos de vidas laborales y bases de cotización". O lo que es lo mismo, el servicio de fe de vida laboral que, hasta hace relativamente poco, el ciudadano en general y el granadino en particular podía solicitar en cualquiera de las oficinas de la Seguridad Social de su municipio. El Estado anunciaba la licitación del servicio por un importe de más de 4,7 millones de euros para un periodo de cinco meses. Casi a millón por mes. Y a los funcionarios granadinos de la Seguridad Social no les ha hecho demasiada gracia.

Hasta que se instauró esta externalización, el granadino podía ir a las dependencias de la Seguridad Social y pedir su fe de vida laboral, un documento que sirve para cosas tan variadas como solicitar ayudas, servicios de comedor o guarderías, becas... Algunas empresas las piden para que las personas que optan a un puesto de trabajo acrediten fehacientemente los lugares en los que han trabajado y de los que la Administración tiene constancia. Cuando este servicio era prestado por los funcionarios de la Administración, la fe de vida laboral se expedía sobre la marcha. Ahora no.

El granadino que quiera ahora este documento tiene que llamar a una línea 901 para recibir, uno o dos días después, el documento en su domicilio. Siempre y cuando ese dato esté actualizado, porque si no hay, la carta se manda a la sede en cuestión de la Seguridad Social. Los funcionarios granadinos de este organismo consideran que esto va en detrimento a la atención al ciudadano, ya que antes podía obtenerla en el mismo momento, en una única visita y sin intermediarios. Como opción, también cabe solicitar la fe de vida laboral por internet, en la página web de la Seguridad Social, www.seg-social.es.

Pero, además de lo que consideran los funcionarios como una merma en la calidad del servicio al no poder expedir ya directamente las fe de vidas laborales a demanda de los ciudadanos, consideran que este servicio externalizado supone un derroche de dinero público ahora que parece que tanto escasea. Según explican, también se realiza un envío anual de fe de vidas laborales a todos los ciudadanos, la necesiten o no, algo que sirve, desde su punto de vista "para empapelar la habitación de sus hijos o que hagan unos bonitos aviones de papel". Porque una fe de vida labora, ha no ser que esté actualizada no sirve para prácticamente nada, y se manda una información redundante e innecesaria a las personas que no la necesitan. En la mayoría de los casos, un documento de este tipo que no tenga al menos una vigencia de tres meses o menos no es aceptable para ninguno de los trámites que se han relatado anteriormente.

Los ánimos de los funcionarios están bastante caldeados. Con sueldos cada vez más menguados, con la paga extra de Navidad retirada y como ojo del huracán de todos los recortes de los sucesivos gobiernos, como si fueran el origen de todos los males. Por eso no entienden que un servicio que prestaban ellos, que iba en su sueldo -ese que les recortan ahora con la excusa de que el Gobierno no llega- y que al Estado le salía gratis tenga ahora un coste de 4,7 millones de euros para, en su opinión, dar un peor servicio al ciudadano.

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