Skype, redes sociales, Moodle y WhatsApp, las vías para seguir con las clases desde casa en Granada
Crisis del coronavirus
Los centros educativos se suben a horcajadas en las nuevas tecnologías tras el cese de las clases presenciales por el Covid-19
"La situación es complicada. Ha venido de golpe". José Madero, director del IES Arjé de la localidad granadina de Chauchina, reconoce que la obligación de seguir con el curso académico desde casa es un reto para los centros educativos de la provincia. El jueves se anunció que desde hoy se suspendería la enseñanza de forma presencial y el viernes se indicó, a través de unas instrucciones, cómo debían proceder los docentes y los alumnos en el periodo que dure este parón forzoso.
"Algunos ya trabajaban con herramientas como Pasen, Moodle... Otros no y han tenido que empezar desde cero", señala Madero, que apunta que "poco a poco nos pondremos al día" para poder mantener un ritmo si no similar, al menos constante hasta que regrese la normalidad.
Hasta ahora, se ha mandado información a través del portal Pasen -la herramienta que tiene la administración educativa para ponerse en contacto con las familias de los alumnos- y por correo electrónico. En el centro se asume que habrá que estar "más encima" de las familias con menos destrezas digitales para que todo el alumnado pueda seguir con el curso desde casa.
El proceso de escolarización se agiliza
Uno de los cambios previstos por la Consejería de Educación está relacionada con el proceso de escolarización, que se abrió el pasado 1 de marzo y permanecerá activo hasta fin de mes, aunque podría acordarse ampliar el plazo a causa del estado de alarma. Los centros pueden gestionar las solicitudes a través de correo electrónico. Las familias deben facilitar una fotocopia del DNI y un número de teléfono móvil.
En un principio, apunta Madero, lo que se ha propuesto a los alumnos es seguir con tareas de repaso, aunque se podrá avanzar algo en la materia. Lo que más preocupa es segundo de Bachillerato, el curso que prepara a lo largo de todo el año académico la cita con la Selectividad.
"A los de segundo de Bachillerato les tratamos de forma especial", señala Antonio Abril, director del IES Diego de Siloé de Íllora. Se les hará un seguimiento más estrecho y se mantendrá un contacto diario con ellos para que puedan plantear una rutina de estudio que les prepare para la famosa prueba de acceso a la Universidad. Ésta, ya se adelantó en las instrucciones, podría alterar su fecha, aunque todo está en el aire.
En el Diego de Siloé -con 700 alumnos- cada asignatura cuenta con un apartado dentro de la plataforma digital Moodle y el alumnado puede acceder a cada materia para ver qué contenidos se proponen y seguir las tareas propuestas "Se pasan actividades y hay feed back", resume el director sobre este modelo de trabajo a distancia. Si alguien tiene alguna cuestión, también la puede plantear por correo electrónico. ¿Alguno de los chavales puede quedarse descolgado por no tener acceso a la información? "No lo sabemos, pero prácticamente todos tienen móviles o correo".
¿Y si alguien nunca ha entrado en Moodle? "En la web del centro están las instrucciones" para acceder y desenvolverse en la plataforma. El primer día de teleclase ha contado con la participación de los alumnos en este centro, que se han conectado de forma regular a la plataforma.
Esto no significa que el camino sea llano. "Séneca a veces se cae", reconoce Abril, que señala que lo excepcional de la situación ha rebasado las posibilidades técnicas con las que cuenta el portal destinado a los docentes andaluces. Reconoce que estas limitaciones tendrán que subsanarse "poco a poco" pero que el objetivo es claro: "Vamos a intentar que la educación no se paralice".
En cuanto a la situación en los colegios, Javier Chavarino, del CEIP Gómez Moreno de la capital, apunta que en estos momentos "toma más sentido que nunca el concepto de comunidad educativa". "Desde el primer momento la colaboración de las familias, alumnado y maestros ha sido notoria", señala. Chavarino imparte clase a alumnos de quinto curso de Primaria. El trabajo que ahora siguen ellos y el resto del centro se coordinó en un claustro extraordinario convocado por el equipo directivo. "Antes de irnos hicimos un plan de trabajo" y se establecieron los cauces de comunicación con el profesorado. Aquí el correo electrónico será el cordón umbilical que mantenga la conexión entre unos y otros. La propuesta dentro de este plan de acción consiste en "tareas de repaso, de refuerzo, de animación a la lectura", con la premisa de que no se trata de hacer mucho, sino de que los chavales mantengan una rutina que, de paso, ayude a las familias en el día a día. "El objetivo no es hacer tareas, sino estar ocupados". Chavarino ha mandado las instruciones en un audio en el que pide a los chicos que apunten sus dudas, que éstas se resolverán en casa.
El otro punto clave que tiene esta situación es que las familias tengan que asumir el papel de docentes. "Los padres nos pueden echar una mano, pero si no es posible, que apunten sus dudas", apostilla el maestro. "No hay que añadir más leña al fuego". Quienes no tengan posibilidad de acceder a la plataforma, cuentan con la información que se pasa a través de los delegados de curso en los grupos de aplicaciones de mensajería.
¿Y los niños? "Ellos normalizan las cosas, están bien, tranquilos, preguntando mucho", recuerda Chavarino sobre cómo fue la jornada del viernes, en la que cientos de docentes en Granada tuvieron que explicar que a partir del lunes no habría clase presencial. En Granada hay unos 201.000 alumnos matriculados en enseñanzas no universitarias, desde 0 años a educación de adultos.
Las enseñanzas artísticas no se han librado de esta excepcional situación. Blas Calero, director de la Escuela de Arte de Granada (EAG) reconoce que el problema está en el trabajo práctico que se realiza en su centro en los talleres, pero asume que "esa es una cuestión menor". Ante la imposibilidad de hacer prácticas que requieren además de utensilios que están en los talleres, se trabaja con los alumnos -750- en propuestas teóricas que sí se pueden abordar desde casa. Ahí las redes sociales, indica Calero, "funcionan muy bien". Se ha echado mano de Twitter, Facebook e Instagram además de Moodle para poder mantener el ritmo.
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