Susana Díaz en el juicio a Spiriman: “Los insultos no son parte de la política”
Juicio contra Spiriman
El médico pide la nulidad del proceso que lo enfrenta a Susana Díaz por supuestas injurias a la expresidenta
El médico granadino conocido como Spiriman ha pedido al inicio del juicio por supuestas injurias a la expresidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, la nulidad total del caso por la posible vulneración de sus derechos desde el inicio del proceso. La socialista, que ha declarado como testigo por videoconferencia, ha descrito al juez los problemas padecidos durante meses en su ámbito familiar por los "insultos" del acusado y ha defendido que estar en política no justifica nada de lo ocurrido.
El médico, que ha llegado a los juzgados de la Caleta arropado por centenares de simpatizantes de la asociación Justicia por la Sanidad, basa sus protestas entre otras cosas en supuestos vicios en la declaración en fase de instrucción, en la transcripción de los supuestos insultos incluidos en los vídeos y en la forma autorizada, por videoconferencia, para que Susana Díaz puede declarar hoy a distancia.
El fiscal rechaza que el uso de la videoconferencia para la declaración de Susana Díaz vulnere el derecho a la defensa del acusado y en este caso considera que está justificado para proteger la “dignidad personal” de la expresidenta andaluza.
En este punto se ha producido el primer incidente del juicio, porque el juez de Penal 6 ha tenido que llamar la atención del médico por sus continuos gestos de rechazo. “Soy médico y no estoy acostumbrado a escuchar tantas mentiras”, ha dicho Spririman al hilo de la disertación del fiscal. El juez le ha llamado la atención y le ha pedido que se atenga a prestar atención al juicio hasta que llegara su momento de declarar:“No quiero que esto sea una guerra”.
La expresidenta de la Junta de Andalucia, Susana Díaz, ha prestado su declaración desde un juzgado de Sevilla, que se ha seguido en la sala granadina a través de un monitor. Algo tensa, sobre todo ante las primeras preguntas de la abogada de Candel, sentada y con un refresco a su lado, ha comparecido como testigo para explicar al juez que durante muchos meses estuvo sometida a una “cascada de insultos” contra ella y su entorno familiar que le afectaron en su día a día.
La socialista ha declarado que a su entender “los insultos no forman parte de la política” y que “nadie tiene que soportar esto en el ejercicio de lo público”.
Díaz ha puesto como ejemplo el padecimiento de su hijo de 3 años cuando escuchaba los insultos a los que era sometida por la calle como consecuencia de los vídeos de Candel.
“Me ha dicho de todo, me ha deseado de todo, barbaridades continuas”, insistía la expresidenta andaluza en referencia a Spririman.
El ex viceconsejero de Salud Martin Blanco le ha sucedido en el turno de declaración, también por videoconferencia, y ha incidido en lo mismo, el padecimiento de un “acoso” continuo por parte de Candel que le afectaba a su familia, a sus hijos y a su madre, aún en la distancia.
Justo después de estas declaraciones, los asistentes al juicio han podido comprobar por sí mismos y de forma prolija en qué consistían esos insultos y el contexto (dado que la estrategia de defensa del médico se basa en que sus palabras sólo eran una herramienta para defender la sanidad y a los pacientes). El juez ha ordenado reproducir (en el mismo monitor por donde se ha seguido la declaración de Susana Díaz) los 17 vídeos completos que el médico subió a redes sociales desde el 7 de octubre de 2017 al 3 de agosto de 2018 y que han sido aportados a la causa por las partes.
En este caso Spririman se enfrenta a la petición de sanciones económicas por delitos continuados de injurias y calumnias a Susana Díaz y el ex alto cargo de Sanidad Martín Blanco. Es acusado por la Fiscalía y por la Junta de Andalucía, que representa a los antiguos representantes públicos. Las sanciones económicas podrían oscilar entre los casi 15.000 euros y más de 25.000, en base a los matices de cada uno de las acusaciones.
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