La Rayuela
Lola Quero
Tierra de espías
Diego acaba de volver a vivir. El terremoto de esta tarde de 4,3 grados le ha pillado en su casa de la calle Goro, número 1. Mientras abría el frigorífico ha notado el fuerte temblor al que jamás se terminará de acostumbrar y al momento se ha desprendido el techo del salón, justo encima del sofá que ocupaba unos minutos antes de levantarse. "No me ha caído de milagro", ha señalado el vecino de Santa Fe con el susto todavía en el cuerpo.
Afortunadamente, su mujer había salido a la casa de sus padres diez minutos, aunque padece diabetes y por la tensión acumulada por el segundo gran terremoto en apenas dos días ha decidido junto a su marido pasar la noche en el descampado de Santa Fe, donde ya numerosos vecinos han pasado las dos últimas madrugadas.
"El miedo es inevitable, pero a veces es normal que entre el pánico en este tipo de situaciones", ha explicado Diego, que señala que ya con el terremoto del miércoles afloraron las grietas en la vivienda, pero que esta segunda embestida ha hecho que se derrumbe el techo. "Este terrremoto ha sido la gota que colma el vaso, estoy vivo de milagro", ha señalado.
Con epicentro en Santa Fe, ha tenido una magnitud de 4,3 grados, a 3 kilómetros de profundidad y se ha registrado a las 19:52 horas de esta tarde.
A este gran temblor le ha sucedido una réplica, también localizada en Santa Fe que se ha sentido de forma nítida con 3,3 grados de magnitud y a una profundidad de 1 kilómetro
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