Torres Hurtado 13años en imágenes

Tres mayorías absolutas y un gobierno en minoría de casi un año han dado para muchas historias en los cuatro mandatos del ya exalcalde

Torres Hurtado 13años en imágenes
Enrique Abuín Granada

24 de abril 2016 - 01:00

Trece años ha durado el idilio de José Torres Hurtado con la ciudad de Granada. Aunque para ser más exactos han sido doce años, diez meses y 21 días, los que han transcurrido desde el 25 de mayo de 2003, cuando ganó con mayoría absoluta la primera de sus cuatro elecciones municipales, hasta el reciente 18 de abril de 2016, en el que firmó su dimisión tras su presunta implicación en una trama de corrupción urbanística. En total, 4.714 días ostentando la vara de mando de la capital, a pesar de que en algunos momentos tuviera que delegar en sus tenientes de alcaldes, como en el verano de 2014 cuando un infarto de cerebelo le mantuvo apartado de sus obligaciones políticas. Seguramente uno de sus peores tragos en lo personal y en lo político de trece años consecutivos que han quedado guardados para la historia en las páginas de los periódicos, donde se le ha podido ver descorchando el champán electoral hasta en tres ocasiones, ya que su cuarta victoria en 2015 fue en minoría y las caras de circunstancias ya aventuraban el fin de un ciclo.

Todo empezó con los 58.985 votos que el PP cosechó en las urnas en las elecciones municipales de 2003. La Alcaldía de Granada conocía a su segundo alcalde popular tras Díaz Berbel. Se trataba de José Torres Hurtado, hasta entonces conocido por haber sido diputado, senador y delegado del Gobierno en Andalucía, y que en ese momento daba el salto a la Plaza del Carmen con 14 concejales desterrando el famoso tripartito. A partir de entonces, comenzaron una serie de modificaciones en la ciudad del que a la postre se convertiría en el alcalde más longevo de la democracia en la ciudad.

En paralelo al recorrido Granada Hoy, que publicó su primera edición en 2003, Torres Hurtado fue labrando sus sucesivos mandatos con remodelaciones urbanísticas y nuevas actitudes en la ciudad que este periódico fue siguiendo muy de cerca. Sus primeros cuatro años estuvieron marcados por su planteamiento para acabar con los macrobotellones que se repartían por toda la ciudad y que se convertían en un problema realmente importante durante celebraciones como la fiesta de la primavera o las Cruces. Su solución fue la creación de un botellódromo, que poco a poco fue concentrando a los jóvenes para beber alcohol y que a la larga le supuso un frente abierto con vecinos de la zona de Arabial. Esa primera etapa también llegó el proyecto de Santa Adela y las reformas de la Avenida Constitución y de la Gran Vía, cuya imagen y funcionalidad ya se ha integrado en la ciudad pese a que conllevaron sus críticas en el momento.

En el siguiente mandato, el del comienzo de la crisis, Torres Hurtado además de imponer la 'ley seca' en las Cruces tuvo una estrecha relación con el deporte. De un lado, se logró la designación de la Universiada en 2009 en un concurso sin rivales y, de otro, el alcalde tuvo que darle vueltas a su complicada relación con el presidente del Granada CF. Ya en 2011 revalidó los 16 concejales con su mejor resultado en votos. No obstante fue un mandato difícil para él entre la huelga de basura o las críticas por la implantación de la LAC.

Por último, del famoso pacto del asador con Luis Salvador hasta su despedida obligada por la operación Nazarí en el año 13. No se sabe si Torres Hurtado será muy supersticioso y gastará triscaidecafobia-miedo irracional al trece-, pero en él se ha cumplido, siendo su peor y último año que no ha podido celebrar al son de 12+1.

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