Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Aunque no se ha producido una vacunación masiva como ocurre con la gripe estacional, finalmente la cifra de inmunizados contra la gripe A ha repuntado y Salud ha puesto 30.790 vacunas a la población de riesgo de la provincia.
Si los primeros días no se llegaba al 5% de vacunaciones, finalmente casi 31.000 de los 181.500 granadinos incluidos en los grupos de riesgo se han puesto voluntariamente la vacuna desde que comenzó la campaña a mediados de noviembre, lo que supone un 17% del total según datos actualizados a 18 de diciembre, por lo que cuando se cierre la campaña este mes serán unos pocos más los que han aceptado ponerse la dosis.
La poca aceptación inicial se debía a la levedad de la enfermedad y a las dudas de la población sobre la efectividad y consecuencias de la nueva vacuna.
Aunque la campaña inicialmente duraba, según Sanidad, hasta el 16 de diciembre, todavía la población de riesgo que desee vacunarse puede hacerlo, aunque la epidemia ya ha pasado.
Los grupos de riesgo son personal sanitario y de servicios básicos, adultos y bebés con enfermedades crónicas y las mujeres embarazadas, para las que hay una vacuna especial sin adyuvante, la sustancia que potencia el efecto de la vacuna.
Ahora, las vacunas se venderán en las farmacias para que la población que no esté incluida en los grupos de riesgo pero quiera vacunarse, pueda hacerlo.
Donde esta campaña de vacunación, especial por su novedad, se ha vivido más intensamente ha sido en los centros de salud. Salud estableció más de 300 puntos de vacunación en la provincia. Y en ellos, los que más la han sufrido han sido los enfermeros, los encargados de captar e informar a la población y de poner las dosis.
Un ejemplo es el vivido en el centro de salud de Mirasierra de la capital. Las nueve enfermeras llevan desde septiembre inmunizando contra la gripe, primero para la estacional y después para la A, que ha obligado a crear agendas especiales para organizarse e intentar captar a la mayor población de riesgo posible.
"Aunque esté terminando la campaña nosotros seguimos con la captación activa de profesionales y personal de riesgo. Todo el personal está involucrado en la vacunación", indica la enfermera Carmen Cámara. Durante estos meses los centros de salud se han adaptado a los protocolos de vacunación incluso con horarios especiales de mañana y tarde.
La forma de captar a los pacientes que entraban en los grupos de riesgo de la gripe A ha sido sencilla. "Cada enfermera tenemos censados nuestros pacientes y en el caso de los inmovilizados hemos ido a domicilio y si no se ha informado por teléfono. También en el propio centro. Además, una vez que los vacunábamos de la gripe estacional se les informaba de la siguiente vacuna de la gripe A", explica.
Según Cámara ha habido de todo: "Gente que tenía dudas de la vacuna y no se la ha puesto, que no se la quería poner y finalmente ha aceptado, gente que quería ponérsela y no entraba en los grupos de riesgo". Con todo, según la enfermera ha habido en su centro de salud muy buena aceptación "porque se ha visto que la vacuna no generaba reacciones. Nosotros no hemos tenido ninguna".
Pese a la seguridad de la vacuna, la cifra total de vacunados no ha sido muy alta "porque la gente se ha tranquilizado" tras el miedo inicial a la pandemia.
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