La UGR estudia junto a expertos de ocho países la emoción de los colores

La nacionalidad, el sexo, la edad o la formación del observador influyen a la hora de combinar los colores · El profesor Huertas Roa lidera en España la investigación

¿Un diseñador aprecia los colores igual que cualquier otro profesional? ¿Y un joven respecto a una persona mayor? La respuesta es no, según un experimento desarrollado en universidades de ocho países, entre ellas la de Granada. Los resultados muestran que la nacionalidad, el sexo, la edad y la formación del observador influyen a la hora de combinar colores.

El rojo estimula y despierta la pasión en occidente, además de advertir del peligro desde las señales de tráfico. Sin embargo, en China es el símbolo de la buena suerte, el color de los trajes de los antiguos emperadores y los habitantes de aquel país son felices cuando reciben un sobre rojo en el Año Nuevo Chino. Aun así, un español y un chino probablemente coincidirán en que el rojo es un color cálido. Es lo que demuestran los ensayos que durante años ha realizado el investigador Li-Chen Ou en el departamento de Ciencia del Color de la Universidad de Leeds (Reino Unido), y que plantea en su web World of colour emotion.

Para profundizar sobre este asunto, un equipo de investigadores dirigido por Ou se ha coordinado para conocer las emociones que sienten las personas ante los colores. El experimento se ha realizado en España, cuyo responsable es el profesor de la Universidad de Granada Rafael Huertas Roa, Francia, Alemania, Reino Unido, Suecia, Irán, Taiwán y Argentina, y parte de los resultados se han publicado en febrero en la revista Color Research and Application.

"Muestran, por ejemplo, que el 90% de los encuestados asocian el rojo con un calor cálido, mientras que el porcentaje se reduce al 60% cuando se les pregunta por el amarillo", explica Huertas Roa.

Las últimas pruebas que han realizado consistieron en plantear ante un monitor, en iguales condiciones en todos los países, tres ejercicios diferentes a grupos de observadores de distinta edad, sexo y ocupación. En la primera sesión se presentaban unos 70 colores individuales, en la segunda 190 combinaciones de dos colores -ambas sobre fondo gris-, y en la tercera colecciones de dos colores dispuestos en la vestimenta de una mujer mediante fotos con ropa de primavera, verano, otoño e invierno.

Debajo de cada combinación aparecía una escala numérica para que los observadores valoraran sus sensaciones mediante adjetivos opuestos, como frío-cálido, moderno-anticuado, armonioso-disonante o me gusta-desagrada.

"Las mujeres prefieren los colores más claros y con menor croma, término equivalente a saturación o pureza", comenta el investigador Huertas. "Las personas mayores también prefieren la combinación de colores claros, aunque en este caso con croma alto, respecto a los jóvenes", dice.

El profesor reconoce que no tienen una explicación para las diferencias por sexo, aunque sí para la edad: "Con los años se va perdiendo intensidad en la percepción de los colores, así que se prefieran colores más intensos en croma y claridad".

Además, la formación o background profesional influye en la elección de los colores. El experimento ha constatado que los individuos con alguna experiencia en diseño -estudiantes o profesionales de arquitectura, diseño gráfico o moda, por ejemplo- prefieren los colores menos saturados, es decir, los tonos pastel, así como los pares con un tono parecido. "Sus preferencias se inclinan por las combinaciones más armoniosas", aclara Huertas.

Lo que sí plantea la investigación es una nueva teoría sobre la emoción de los colores, ya que conocer puede ayudar a relacionar colores con conceptos.

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