La UAPO ayuda a más de 400 enfermos de cáncer a mejorar su calidad de vida a través del ejercicio físico
Sanidad
La Unidad de Apoyo al Paciente Oncológico, fundación que creo Jesús Candel 'Spiriman' ofrece asistencia gratuita pero necesita apoyo para reducir la numerosa lista de espera existente
Javier Cánovas: “El ejercicio físico no se encapsula, no se vende y no se receta”
"Tuve una sensación llena de orgullo y de tristeza al mismo tiempo: orgullo por lo que Jesús hizo y tristeza por tener que recogerla y que no fuese él". Con estas palabras, Pascual Candel recuerda las emociones que sitió cuando el pasado 24 de febrero recogió la Bandera de Andalucía a los valores humanos que otorgó la Delegación en Granada de la Junta de Andalucía a la fundación UAPO (Unidad de Apoyo al Paciente Oncológico) que impulsó su hijo Jesús, conocido por toda la sociedad granadina como 'Spiriman' y que falleció víctima del cáncer el 13 de octubre del pasado año. Medio año después de la muerte de Jesús Candel, la UAPO continúa con el legado que dejó el "médico y activista por la salud pública", tal como se le define en Internet.
El origen de la fundación de la UAPO está cuando en agosto de 2021 a Jesús Candel se le diagnostica cáncer de pulmón en estadio 4. Desde mucho tiempo antes, tanto Spiriman como su íntimo amigo y actual director general de la Fundación, Javier Cánovas, tenían en mente un proyecto encaminado a tratar diferentes patologías a través del ejercicio físico, lo que ellos llamaban TDI (Tratamiento Deportivo Integral). Pero la aparición de la enfermedad dio un giro para centrarse en el cáncer. Ambos, a través del grupo PROFITH de la Universidad de Granada conocían un estudio de investigación que evidenciaba la incidencia que el ejercicio físico puede tener en el enfermo.
"Yo era el entrenador personal de Jesús y decidimos que lo que estaba haciendo con él lo haríamos con otros enfermos a los que les podría venir bien este tratamiento", rememora Cánovas, que tras encontrar una nave en el Polígono de Asegra para instalar la UAPO, recuerda la frase de Candel: "Aquí vamos a hacer el primer centro de alto rendimiento para pacientes oncológicos".
Así, con un presupuesto negativo, comenzó lo que hoy es una realidad a pesar de las dificultados. En los primeros compases se atendían a los pacientes, a los que en el ámbito de la UAPO se les denomina 'atletas' de forma online hasta que se pudo dotar la nave, que abrió sus puertas el 22 de noviembre de 2021, apenas tres meses después del diagnóstico a Candel. Desde entonces, siempre siguiendo la evidencia científica y como complemento de los tratamientos, normalmente agresivos, que reciben los enfermos de cáncer, se intenta gestionar el estrés, el ejercicio físico y la nutrición.
Desde el primer momento las funciones quedaron muy definidas en los fundadores: mientras Cánovas se iba a encargar del día a día como director general, Spiriman se echó sobre su espalda la difusión del proyecto y, lo más difícil, conseguir dinero para poder atender de forma gratuita a enfermos de cáncer porque, como decía Candel: "El cáncer no entiende de clases sociales".
Trabajadores
Ante el nivel de aceptación y la llegada de pacientes hubo que recurrir de forma inmediata a contratar al fisioterapeuta Alonso Álvarez, actual subdirector de la unidad. Y poco tiempo después se hizo necesario contar con una psicóloga, nutricionista y preparadores físicos. En la actualidad, el equipo de la UAPO está integrado por 25 personas. Todas ellas hacen realidad de forma profesional lo que poco antes era un proyecto.
Entre los que conforman el plantel de la UAPO está Cristina Maroto, responsable del área de entrenamiento, que destaca que para ella su trabajo "es una oportunidad de desarrollas mi rol a través de la actividad física encaminada mejorar la calidad de vida de personas en el contexto de la oncología", y destaca que "los que vienen aquí entrenan en un ambiente positivo".
Instalaciones
Para llevar a cabo el trabajo de tratar a los pacientes oncológicos de forma integrativa, la UAPO alquiló una nave en la que adaptó unas instalaciones adaptadas a las necesidades y que contemplan una zona de entrenamiento interior, otra exterior, vestuarios, consultas de nutrición y psicología, cuatro salas individualizadas de fisioterapia, otra de usos múltiples destinadas a los pacientes que integran grupo cero (los más delicados), una zona de administración y otra de talleres.
Por la nave, la UAPO paga "religiosamente" 2.500 euros de alquiler mensual. La fundación recibió otra nave en donación, pero no hay el dinero suficiente para arreglarla y adaptarla. Toca esperar.
Los 'atletas'
En la actualidad, la UAPO atiende a 400 pacientes oncológicos, de los que 16 son niños. A día de hoy, el 'atleta' más joven tiene tres años y el más veterano, 85. Y en la lista de espera aguardan casi otros 400.
El criterio de admisión, según se destaca desde la fundación, es el de "riguroso orden". Entre los que van a la UAPO a ejercitarse está Nuria Serrano. "Para mí estar aquí significa todo, me ha cambiado la vida pues cada vez que cruzo la puerta me da un chutazo de energía tremendo", señala antes de subrayar que "aquí todos somos atletas, atletas de élite a los que nos dan mucha caña".
Otro paciente, que antes ya era deportista de élite, es Francisco Molina –uno de los jugadores de squash más destacados de España tanto en su etapa sénior como en distintas categorías de veteranos–, que además de recibir tratamiento intenta aportar sus conocimientos y toda su disposición "a ayudar a visualizar el trabajo de la UAPO, que lleva a cabo una acción muy importante con gente que padece la misma enfermedad que yo". El deportista recuerda que cuando le comunicó a Jesús Candel su diagnóstico "él me ayudó mucho porque me abrió los ojos y me transmitió mucha energía a la hora de afrontar la enfermedad".
Realidades
La UAPO no sólo se circunscribe a Granada ya que también funciona el Madrid, donde se sigue los mismos protocolos que la original, y en Málaga, donde hay un concierto con un centro privado aunque es la UAPO la que paga los tratamientos.
Desde la organización se insiste en que la UAPO es una fundación sin ánimo de lucro y que depende de las donaciones. "Jesús era un ciclón y cada vez que aparecía en las redes sociales a los diez minutos teníamos 50 socios nuevos, pero ahora por desgracia no tenemos a Jesús y aumenta el número de pacientes oncológicos", recuerda el director general. Además de aportaciones individuales, también colaboran empresas.
Aunque de momento desde la UAPO se asegura que "nos mantenemos", se quiere hacer un llamamiento para recibir ayudas, por pequeñas que sean porque con ello se podrá contratar más personal y tratar a más pacientes.
Un año y medio después de su fundación, la UAPO sigue en pie siempre con el recuerdo a su impulsor, Jesús Candel, que casi como el Cid Campeador, sigue ganando batallas después de su desaparición.
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