La Universidad de Granada no descarta alargar el curso hasta agosto
Crisis del coronavirus
La Inspección de Servicios elabora un protocolo para determinar el grado de cumplimiento de la enseñanza virtual
Flexibilizará la evaluación, plazos y se prevé reforzar el programa propio de becas
La rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, reconoció que "está todo abierto" en relación a un posible cambio en el calendario académico y alargar el año hasta el próximo verano a consecuencia del cese de la actividad docente presencial a la que ha obligado el estado de alarma decretado por el Gobierno por la pandemia de coronavirus. También indicó que habrá "flexibilidad" en la evaluación y el pago de matrículas.
Aranda indicó que en estos días, pese a no haber clases presenciales, "no estamos de vacaciones" e indicó que un "porcentaje elevadísimo" de docentes preparan materiales para mantener la docencia de forma virtual. Sobre la posibilidad de cambios obligados por la cuarentena, la rectora expresó que habrá "flexibilidad".
Sobre el control de la docencia mientas dure el confinamiento, la rectora añadió que "vamos a ser flexibles", pero "nadie está de vacaciones". Así, la Inspección de Servicios elabora en estos días un protocolo para "ver quién no ha cumplido" con la necesidad de cambiar la metodología de un formato presencial a otro virtual. "Todos" los docentes, añadió Aranda, han debido contactar con sus estudiantes. La rectora también indicó que es necesario entrar en la web de la Universidad de Granad y en la cuenta de correo oficial.
Sobre la enseñanza a distancia, Aranda recordó que los representantes de los rectores reunidos ayer con el Ministerio de Universidades -encuentro en el que se acordó, entre otras cuestiones, aplazar la próxima convocatoria ordinaria de Selectividad- se transmitió "la preocupación por el posible colapso de las plataformas online y se le solicitó apoyo para agilizar el contacto con las empresas suministradoras del servicio", según indicó la Conferencia de Rectores en un comunicado.
Sobre la actividad en la Universidad de Granada, Aranda indicó que los servicios mínimos se han reducido al máximo. "Son mínimos, mínimos, mínimos", y se trabaja para que se pueda mantener lo imprecsindible en el terreno de la investigación. La UGR cuenta con dos animalarios que mantienen la actividad básica. A los investigadores se les pide que "aprovechen para hacer publicaciones", dijo Aranda. Para el trabajo "más experimental", la rectora recordó que es necesario contar con la autorización del Vicerrectorado de Investigación y de PDI para acceder a centros y facultades.
Sobre los estudiantes erasmus, Aranda recalcó que se sigue en contacto con los que están aquí procedentes de otras universidades y con los de la UGR que están fuera. Entre todos son unos 6.000. Sobre el número de alumnos que han regresado de sus destino, la responsable de la UGR indicó que "se están actualizando los datos".
Sobre medidas concretas, la rectora pidió "paciencia". Sí adelantó que se trabajará con los recursos propios (como becas) para que "nadie" se vea perjudicado. Todavía no se ha abordado cómo podrían modificarse los requisitos académicos o económicos para acceder el próximo curso a una ayuda al estudio. Sólo en la UGR hay unos 17.000 becados por el Ministerio de Educación.
Otra cuestión que afecta directamente al estudiantado son las prácticas. Aranda recordó que todas las presenciales se suspendieron y que no fue hasta el lunes cuando se autorizaron las prácticas en empresas que pudieran hacerse por vía telemática. "Cuando hemos tenido seguridad es cuando se han autorizado".
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