"En la Universidad nos queda por mejorar la orientación y el apoyo previo a los erasmus"

Universidad | planes propios de la UGRDorothy Kelly. vicerrectora de internacionalización de la universidad de Granada

La UGR es líder nacional desde hace años en movilidad internacional pero se reconoce que no todo debe ser cantidad

"La calidad" de las estancias fuera también es "importante"

"En la Universidad nos queda por mejorar la orientación y el apoyo previo a los erasmus"
"En la Universidad nos queda por mejorar la orientación y el apoyo previo a los erasmus"

Granada/Desde 2008, Dorothy Ann Kelly (Coleraine, Reino Unido, 1959) se ocupa de dirigir una de las áreas más transversales de la Universidad de Granada, la de Internacionalización. Lleva a gala, y con indisimulada satisfacción, el hecho de que la UGR sea una institución referente en el terreno de las relaciones internacionales. Los de fuera quieren venir, los de aquí tienen interés en ir fuera. Su trabajo se ha trasladado desde el Complejo del Triunfo a un entorno más sobrio, el del Hospital Real. Ha sido uno de los pocos cambios en el terreno de trabajo de Kelly, que ha visto respaldada su labor en la etapa del anterior rector, Francisco González Lodeiro, con la continuidad al frente del Vicerrectorado, ahora con Pilar Aranda. Su despacho está lleno de recuerdos, insignias, menciones de sus viajes a medio mundo. Habla con delicadeza, acrecentada por un suave acento inglés.

-No todo son erasmus en la movilidad internacional de la Universidad de Granada, que cuenta con un plan propio para facilitar a la comunidad universitaria tener experiencia internacional...

-Dentro de los programas propios, el que cuenta con un número mayor de beneficiarios, unos 250 estudiantes, es el que permite ir a universidades que no forman parte del programa Eramus+ con unas condiciones muy similares a las de los erasmus. Otro de los programas que tenemos son las ayudas para doctorados. La internacionalización del posgrado es muy importante, y es algo que en el caso de los máster es muy complejo, porque en dos años no da tiempo. Pero en doctorado es muy importante la movilidad. Ahí es donde establecen las redes para desarrollar su trabajo investigador, y ahí llevamos varios años con un programa conjunto con la Escuela de Posgrado y el Vicerrectorado de Investigación, con fondos adicionales del CEI Biotic, para enviar a 80 o 90 estudiantes de doctorado para un periodo de tres meses. Así pueden desarrollar parte de su trabajo de investigación en centros de prestigio y establecer relaciones que, esperamos, les duren toda su carrera. Eso es importante a nivel individual, pero también para nosotros a nivel de institución. En otro de nuestros programas, de estancias breves, los estudiantes, más que a estudiar van a realizar una experiencia práctica. Se trata de una estancia de un mes, muy rica, que a veces tiene un impacto incluso mayor que un año en otra universidad. Se trata de un programa que queremos fomentar. Dentro de la movilidad de estudiantes tenemos cursos de verano, que puede cursar en universidades propias y que forman parte de la política lingüística, que es uno de los aspectos a los que queremos dar un empujón.

-¿Y los docentes?, ¿qué piden cuando se plantean participar en un plan de movilidad?

-Hay una fuerte demanda de formación lingüística que intentamos cubrir de diferentes maneras. Una de las primeras acciones es precisamente para aquellos docentes que trabajan en internacionalización, profesores que empiezan a dar clase en inglés en nuestras carreras... les estamos dando formación a través del Centro de Lenguas Modernas. Entendemos que es importante que los profesores los que están involucrados en la internacionalización mejoren su capacidad lingüística. También tenemos un programa, un curso intensivo en la Galway (Irlanda). Lleva funcionando varios años para personal de Administración y Servicios (PAS) y hemos visto que, además, ofrece un valor añadido para el personal docente e investigador. Este año lo que hemos hecho es lanzarlo como programa aparte. Son 20 plazas, para profesorado y PAS, que complementan la formación que se da aquí, en el Centro de Lenguas Modernas.

-Llevamos un retraso histórico en el aprendizaje de lenguas extranjeras...

-Hay mejora. Hoy día hay un número no desdeñable de docentes que tiene un nivel suficiente para participar en congresos, publicar en inglés, dar docencia en inglés... mejora hay, pero no hay que ser complacientes. Vamos a seguir trabajando en la medida de nuestras posibilidades.

-Esa apostilla es importante. Para este curso hay una menor dotación en su área...

-Vamos a optimizar los fondos para que se vaya el mismo número de estudiantes. Se mantendrá el número.

-¿Cómo se puede mantener el número de beneficiarios con menos dinero?

-Para una parte de la movilidad que cubríamos con planes propios ahora vamos a utilizar fondos externos. Somos la universidad española que más éxito hemos tenido en la convocatoria Erasmus+ con más de 400 movilidades en países de fuera de la Unión Europea. Nuestra política es obtener más fondos externos para destinar nuestros fondos sólo a aquellos programas que no cuentan con financiación y mantener de esa manera el nivel de movilidad.

-¿Qué planes de futuro se plantea el Vicerrectorado?

-Una línea muy clara va destinada a conseguir un énfasis mayor en el posgrado. Es muy importante incluir una experiencia internacional y ahí vamos a hacer un esfuerzo grande. También en la calidad de la movilidad. Granada es líder en términos cuantitativos, pero, evidentemente, no todo es cantidad. La calidad también es importante y estamos haciendo un esfuerzo en la preparación de los tutores docentes para que la atención sea cada vez mejor a los estudiantes. También con un reconocimiento de la labor de esos tutores docentes a través de la formación lingüística que les ofrecemos. Aparte de eso, queremos mantener las cifras de movilidad. La UGR cumple los objetivos que movilidad para el año 2020, que fija en el 20% los egresados con experiencia internacional. Ya lo cumplimos, con cierto margen, desde el año 2011.

-Granada es una referencia a nivel internacional como destino para los erasmus ¿En qué aspectos se puede mejorar?

-Hay temas que son recurrentes a lo largo de los 30 años del programa Erasmus. Uno de ellos es la financiación. Otro de los puntos que señalan los estudiantes es la necesidad de asegurar el reconocimiento académico, es decir, que todas las asignaturas que hace el estudiante en el exterior se reconozcan. En la UGR lo tenemos bastante consolidado y se dan muy pocos problemas. Nos queda por mejorar muy especialmente la orientación y el apoyo previo por parte de los centros y del profesorado para preparar bien su movilidad, saber con antelación las asignaturas, cómo es el sistema académico en la universidad de destino... Intentamos, además de la información administrativa, darles indicaciones con todo lo que tiene que ver con llegar a una institución nueva, con un sistema diferente, donde se trabaja de otra manera y en una lengua extranjera. Es una experiencia difícil por lo que la preparación previa es muy importante.

-¿En qué sobresalimos en esa evaluación?

-Hemos resuelto en grandísima medida los problemas en el reconocimiento académico. Es algo que aunque siga siendo un problema a nivel general en la Universidad de Granada tenemos muy pocas reclamaciones. Creo que podemos estar contentos con la diversidad de la oferta que tenemos. Es algo que los estudiantes señalan como uno de los motivos para elegir Granada. Podemos estar muy orgullosos de mantener el nivel de recepción de estudiantes. Somos la primera universidad en recepción desde hace muchos años. Eso lo que nos indica es que los estudiantes y las universidades que los envían reconocen a la Universidad de Granada.

-Aquí funciona el boca a boca.

-Totalmente. Es así entre los estudiantes y entre las universidades. Los estudiantes vienen en el marco de un convenio y si una universidad no confía en la calidad de la institución a la que va a enviar a sus estudiantes no va a seguir con el convenio. Lo mismo hacemos nosotros. Con los socios que no ofrecen lo que nosotros entendemos que necesitan nuestros estudiantes no seguimos trabajando.

-El programa Erasmus, la joya de la corona en la movilidad internacional, tuvo un bache importante en 2012 con los cambios en la financiación de las becas que introdujo el entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert, y que se tradujo en menos becarios. ¿Teme que ocurra algo similar de nuevo?

-Aquello fue puntual y coincidió con la implantación del nuevo programa Erasmus+. Se combinaron varios factores a la vez, implantar el nuevo programa, algo que siempre es problemático, que se lanzara bastante tarde, lo que hizo que la convocatoria se aplazara hasta enero o febrero de ese año, si mal no recuerdo, junto con la creación por parte del Ministerio del programa para cofinanciar las movilidades. Llevó a muchísima confusión y al uso no óptimo de los recursos porque la gestión del programa es muy compleja. Fue una complicación de gestión. Las universidades nos opusimos desde el primer momento a la doble vía [de financiación] y ya este año se ha retirado el programa propio y se ha mantenido la inversión. Esto nos ha permitido, poco a poco, recuperar la movilidad tras aquel bache. Se está superando.

-Debe ser complicado luchar desde la Universidad por la movilidad y encontrarse con decisiones políticas que, justamente, dañan a la movilidad...

-Nosotros creo que lo que hacemos como institución es seguir una línea muy clara en favor de la internacionalización y lo defendemos en todos los foros, tanto a nivel regional, como nacional e internacional. Hay momentos más buenos y menos buenos.

-La UGR envía a miles de estudiantes fuera. ¿Van todos en buenas condiciones para aprovechar su estancia?

-La mayoría sí. En la primera adjudicación andaremos entorno a los 2.300 estudiantes seleccionados. La selección depende de muchos factores, como los destinos. Algunos son más exigentes. Incluso a nivel de expediente hay destinos que piden un mínimo de 7. Los datos nos dicen que las cifras son muy buenas y eso significa que los estudiantes cumplen los requisitos tanto académicos como de lengua.

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