Vacunas contra el coronavirus: Granada se inyecta esperanza
Vacuna del Covid-19 en Granada
Las primeras vacunas contra el coronavirus se empezaron a dispensar ayer entre residentes de Granada, Armilla y sanitarios del PTS en un día de emoción y lágrimas
Granada/Antonio Yáñez, Pilar Martín, María González, Miguel Ibáñez... Y así hasta 197 granadinos recibieron ayer la primera de las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus, que supone, o eso espera todo el mundo, el principio del fin de la pesadilla de la pandemia del Covid-19pandemia del Covid-19. Han tenido que contagiarse 46.372 granadinos, ser hospitalizados 4.125, y haber muerto 1.025 para hollar este hito, este punto y aparte en el camino de esta crisis que durante nueve meses ha puesto, y sigue poniendo a prueba, las vidas de millones de seres humanos. Los nombres mencionados en primer lugar fueron ayer los primeros de la provincia en empezar a ser inmunizados frente al 'bicho' entre nudos de garganta, nervios y muchísima emoción, casi desbordada si no fuera por la prudencia que hay que seguir manteniendo durante unos meses meses más. Pero eran tantas las ganas de decir palabras de esperanza frente al Covid que fue imposible que no hubiera lágrimas en Fray Leopoldo, La Milagrosa y en el nuevo Clínico.
Todo empezó a eso de las 4:30 de la mañana en un frío almacén de Guadalajara. Un furgón Fiat escoltado por dos todoterreno de la Guardia Civil ponían rumbo a Granada, en concreto al almacén de Compras de SAS en Atarfe. El cargamento de 1.845 vacunas, 230 para cada provincia en 46 viales (a 5 dosis cada uno), apenas levantaba 40 centímetros del suelo. Tantas esperanzas para una caja tan pequeña. "Tuve que levantar el pie algunas veces porque me adelantaba a la hora" comentó más tarde el conductor. Las vacunas debían llegar sobre las 10:00-10:15 horas para hacerlas coincidir con la llegada del consejero de Salud, Jesús Aguirre, que estuvo presente en la recepción aunque el acto y las palabras fueron algo íntimo.
En Atarfe esperaban desde muy pronto, aún de noche, José Luis Palma, el subdirector del centro de compras, y un nutrido grupo de enfermeras del equipo directivo del hospital Virgen de las Nieves. Llevando la voz cantante la gerente Mari Ángeles García Rescalvo, la encargada de manipular en primera instancia las vacunas en la cámara frigorífica especial del almacén.
La espera se hizo larga. Los policías de paisano, dos de cada provincia andaluza, se sorprendían de que hiciera más frío del que esperaban en la fría Vega atarfeña. "¿Es siempre así?", preguntaba uno de los de Huelva. Ellos iban a escoltar a cada uno de los furgones que iban a repartir las vacunas en cada provincia, conducidos por experimentados técnicos de ambulancia. Una vez salieran de Atarfe no paraban hasta llegar a sus destinos.
Se cumplió el horario y las vacunas llegaron a Atarfe. La furgoneta paró delante de la puerta y se hizo un silencio expectante entre los asistentes. Se palpaba emoción y alegría, aunque sin una palabra. Como Moisés abriendo las aguas del mar Rojo, la carretilla con las vacunas apartó a la treintena de personas que esperaban el momento. Empezaba la manipulación y el reparto: entraba un furgón en el almacén, tardaba diez minutos en cargarse, y luego emprendía viaje. Granada fue la primera en salir a las 11:41. Diez minutos más tarde era Huelva, luego Cádiz, después Córdoba, Sevilla, y así al resto de provincias.
Cuando Antonio Yáñez, de 87 años y primer vacunado en Granada, fue llamado para que le pusieran la vacuna había estado muy nervioso durante la mañana. Dando paseos por la residencia Beato Fray Leopoldo mientras sus compañeros aguardaban haciendo las actividades que se ofrecían en aquellas horas. Unos pintaban en el taller de plástica, otros se evadían en el de lectura, los más devotos escuchaban misa... Pasado el mediodía llegaron las vacunas a la residencia.
Emilia Puertas, su directora, acompañada de su equipo directivo y el del distrito sanitario Granada Metropolitano, recibieron el cargamento, dos pequeñas cajas de corcho blanco con el nombre de su destino escrito en rotulador indeleble. Con delicadeza, las enfermeras encargadas de inocular el fármaco realizaron el protocolo previo con los viales (los botecitos de la vacuna), que en toda la provincia han ascendido en esta primera jornada a 46 (a cinco vacunas cada uno, 230 en total).
Mariola Soto, responsable de residencias de del distrito, con más delicadeza aún, puso la primera de las vacunas de Granada a Antonio. "Es la que menos me ha dolido de mi vida", acertó a decir Yáñez, valiente y sin miedo que se apuntó como primer voluntario para ponerse el remedio de Pfizer y BioNTech. Pilar, de 78 primaveras, y también con la emoción a flor de piel, fue la primera granadina vacunada de Covid. "Es lo mejor que podemos hacer ante lo que tenemos encima", se sinceró Martín, que sabe que sus hijos la envidian ya por haberse vacunado.
"Es la esperanza al final del túnel", dijo Leticia Soriano directora del distrito sanitario Granada Metropolitano. El tono era de haberse contenido esas palabras durante meses, esperando para decirlas de una vez por todas. Lo hizo este histórico 27 de diciembre de 2020. Emilia Puertas, la 'jefa' de la Fray Leopoldo, no encontraba palabras para "definir lo vivido esta mañana", poniendo en boca de Pilar y Antonio que las vacunas que les han puesto son "mano de ángeles".
La emoción del momento fueron las palabras de Enrique Martínez Nieto, director médico de la residencia y primer sanitario vacunado de Andalucía, compungido desde el mismo momento en el que vio los viales: "Para los que han luchado contra el virus en las residencias es importante que empiecen a vacunarnos" porque "se ha ido mucha gente por este virus, que es letal". "Si la vacuna se la pone todo el mundo será un éxito", añadió, tras lo que contó su experiencia al recibir la dosis.
"No he sentido ni el pinchazo, parecía que la aguja estaba anestesiada", contó, para luego explicar que 20 días después se les administrará la segunda dosis de un proceso donde, "como en cada vacuna", hay que esperar unos minutos para ver si hay algún tipo de reacción adversa. Junto a él también fue vacunada la coordinadora de enfermería, Carmen Rodríguez Pertíñez, y otros 81 residentes.
En aquellos momento la vacuna ya se desplazaba hasta el Hospital Universitario Clínico San Cecilio, en el PTS. 50 vacunas iban para allá. Y fue en este centro donde, seguramente, más afloraran los sentimientos. Habían sido demasiados pacientes, demasiadas muertes, demasiadas noches sin dormir, todo bajo el signo de un miedo atroz a contagiar un virus desconocido a sus pacientes y peor, a sus familias.Por eso hubo lágrimas en cada inyección, pero no de dolor, si no de emoción al recordar los nueve meses anteriores. Mari Ángeles Moreno, enfermera de UCI, y Fernando Santamarina, médico de Urgencias, fueron oficialmente los primeros sanitarios del SAS en vacunarse en Andalucía. Y no, les fue imposible reprimir las lágrimas.
"Primero se piensa en la familia, pero también de gente que se ha quedado en el camino", dijo Moreno emocionada y sin dudar, al igual que cuando se ofreció como voluntaria para ponerse la vacuna de la "esperanza". "En especial he pensado en mi hermana, que ha padecido coronavirus, se está recuperando. Le diré que mucho ánimo, que seguro que sale", contó la enfermera aún abrumada.
Reaccionó igual Santamarina, también voluntario: "No lo dudé en ningún momento". "Es emocionante por toda la carga que hay detrás. En ese momento, mi familia está bien, de mis compañeros 23 pasaron el coronavirus, pero se piensa en todo, en los que se han quedado en el camino, y con esta vacuna se pretende que nadie más se quede atrás", declaró el médico de Urgencias, que insiste en que hay que mantener la tensión frente al virus: "Esto es un pasito muy importante pero hay que seguir".
De la misma forma, el director gerente Manuel Reyes insistió en mantener la precaución. "Granada ha sido una de las ciudades más golpeadas y en especial nuestro hospital. Ha sido un momento de alegría y de empezar a ver que vamos a terminar con la pandemia, pero esta no se acaba mañana. Estas dosis crearán inmunidad en un mes. Si somos prudentes en dos meses acabaremos con ella".
La imagen más bella era ver a sanitarios cuidando de sanitarios, de compañeros vacunándose entre ellos. Raquel Padilla, enfermera de medicina preventiva, inoculó la primera dosis a sus compañeros. Todo en familia, todo en casa, todos cuidando de todos y para todos.
Aún con ojos llorosos los sanitarios volvieron a su trabajo y las vacunas cruzaron la Circunvalación y el Nevada, que ayer estaba hasta la bandera con granadinos demasiado ajenos al virus, para llegar a la residencia La Milagrosa, última parada de esta primera fase, casi testimonial, de vacunación.
Fueron los 64 mayores de esta residencia, dependiente de la Diputación de Granada, los que se vacunaron y se unieron así a los 83 de la Fray Leopoldo y a los 50 profesionales sanitarios del hospital del PTS. Son la práctica totalidad de los residentes salvo uno cuya familia no dio el consentimiento y otros cinco que aún no han tomado la decisión.
Los primeros residentes del centro vacunados fueron Miguel Ibáñez García, de 78 años, alicantino afincado en Granada, y María González González, de 72 años, natural de Freila. Ellos, como todos los residentes, acogieron con gran satisfacción el "privilegio" de estar entre los primeros vacunados. María está convencida de que la vacuna le va a salvar la vida y estaba emocionada cuando se la administraron, al igual que Miguel y que los demás residentes.
Las vacunas llegaron a la residencia cerca de las 14:30 horas. La diputada de Centros Sociales de la Diputación de Granada, Adela Álvarez, comentó que "el proceso de vacunación ha transcurrido sin contratiempos" y que fue "un gran día para todos; el personal está muy emocionado y los usuarios y las familias ven una esperanza en la vacunación". La diputada expresó su esperanza de que la vacuna "sea el principio de la vuelta a la normalidad y de que los usuarios puedan tener la cercanía con sus familias que siempre han tenido". El director de la residencia La Milagrosa, Javier Baena, señaló que el de ayer fue "muy especial".
Fue difícil no abstraerse a las emociones. Granada empieza a vacunar poco a poco a sus ciudadanos. De momento, 197 en un día, tantos como en un día malo de contagios. Cuando lleguen más dosis, el ritmo crecerá, habrá más vacunaciones y de la misma forma en que el virus crecía con rapidez, subirán las personas inmunes... Y se podrá recuperar la vida normal. Es la esperanza que deja esta vacunación, esta jornada para la historia. Quedará por saber cuánto duran sus efectos, las nuevas cepas, pero ya habrá tiempo para eso. Ayer y hoy cuenta que a las malas noticias les sale un rival de entidad en las buenas.
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