"Ver un ave rapaz cazando a su presa es como un gol de Cristiano Ronaldo"


Pocas veces se alcanza una simbiosis tan profunda entre el hombre y el animal como en la cetrería, actividad que desarrollan los miembros de la Asociación Cetreros del Sur (Acesur). Constituye la unión de un ave y su maestro en una de las acciones más antiguas que se dan en la naturaleza: la caza.
Para su presidente, José María López, es "un arte tradicional de caza que recrea un lance utilizando aves rapaces como herramienta". Pero aporta un aspecto más que hace que la cetrería sea especial: son situaciones entre seres vivos que se dan en el medio natural, pero que, excepto por los cetreros, "son prácticamente imposibles de ver". Estos privilegiados disfrutan así de imágenes que evocan los mejores documentales de Félix Rodríguez de la Fuente -impulsor de la cetrería moderna y de su consideración como 'arte'- en los que las aves se lanzaban sobre su presa desde el cielo imponiendo la jerarquía que reina en el medio.
Existen dos modalidades dentro de esta forma de caza. En la 'altanería' la clave es la altura que alcanza el halcón peregrino o los híbridos -las aves más utilizadas-, una vez que ha partido del guante del cetrero. La figura en lo más alto paraliza de miedo a las posibles presas, pero el maestro o un perro las 'mueven' en el momento que está vertical para que el instinto del ave haga el resto y se dirija en un vertiginoso picado hasta ellas.
La espectacularidad de este momento equivale para López Reyes "al gol que marca Cristiano Ronaldo". Y es que explica que, más que el resultado final de la caza, lo importante es la captura, ya que en muchas ocasiones las presas pueden devolverse vivas a su entorno. "Supone una descarga de adrenalina y una experiencia que comentamos durante mucho tiempo".
Si aquí el ave baja "como una gota de agua", en el 'bajo vuelo' ésta siempre parte "directamente desde la mano hacia la pieza" a ras de suelo, por lo que triunfan las especies sprinters como el azor.
En ambas modalidades se cazan sólo las presas que contempla la Ley de Vedas como liebres, conejos o perdices y en las épocas en las que está permitido. Los cetreros no usan escopeta, sino que se valen de un elemento de la propia naturaleza para su cometido.
Hace ya 26 años que un grupo lleno de inquietudes crearon Acesur en Málaga. Ahora la sede de esta asociación a nivel andaluz se encuentra en Granada. La mayoría de sus 250 socios proceden de estas dos provincias, aunque también los hay del resto de la comunidad y el territorio nacional.
Además de participar en distintos campeonatos y encuentros, su actividad se centra en el asesoramiento de los que quieren iniciarse en la cetrería y en la difusión de ésta. Acesur se encarga de dictaminar quién recibe el carné que significa "la llave para legalizar la situación".
El presidente cuenta que tras la recreación de la impresionate escena de caza -"el culmen"- existe un duro trabajo de cría natural y entrenamiento que hace que la rapaz termine viendo a su maestro "como un compañero de caza". El proceso comienza cuando es sólo un polluelo y se divide en tres fases. En el 'amansamiento', donde el objetivo es que "el pájaro se acostumbre a la presencia del adiestrador". Luego toma contacto con la calle y acaba con el aprendizaje del vuelo libre y la caza. Desde aquí hasta que el ave está en condiciones de pasar a la acción pasan unos siete meses, tras los que la unión se materializa cuando "se percata de que con su maestro tiene éxito en la caza".
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