Vinos para celebrar la Navidad: vinos blancos
Aromas y sabores
La Navidad es una época de reencuentros y de compartir con amigos, familiares y compañeros de trabajo y la mayoría de las veces lo hacemos alrededor de una mesa o brindando en un bar
Una Navidad sin vino es como una Navidad sin turrón: hoy hablaremos de los blancos
Granada/Los vinos blancos no han sido nunca muy apreciados en España, incluso estaba ese injusto dicho de que "el mejor blanco es un mal tinto". En realidad, algo había. España ha sido tradicionalmente un país de tintos. Debido, sobre todo, a las horas de sol y a las temperaturas que tenemos en nuestra latitud, la uva tinta da mejores resultados, pues es el clima que necesita. La uva blanca pide menos sol y calor y más pluviometría, por lo que se da mejor en latitudes más septentrionales. En las zonas menos cálidas de nuestro país, como Galicia o Rueda (Valladolid), sí se ha cultivado siempre uva blanca. Pero no fue hasta conseguir avances tecnológicos que permiten, sobre todo, aplicar el frío y controlar las temperaturas, cuando se han conseguido hacer verdaderos grandes vinos blancos en España.
Pero no todos los blancos son iguales, y depende del gusto de cada uno y de qué platos vamos a acompañar con él, elegiremos uno u otro. Podemos centrarnos en los tipos de vino blanco según su elaboración, es decir, según el proceso de producción que convierte la uva en un vino. En sí, las fases suelen ser las mismas, pero cambia el tiempo que se dedica a cada una de ellas. Como resultado tendremos las siguientes clases de vino:
El blanco joven es un tipo de vino que no se ha sometido a un periodo de envejecimiento. El proceso de elaboración de este vino es el más breve, ya que después de la fermentación pasa a ser embotellado. Sus aromas y sabores son afrutados y poco densos.
El blanco fermentado en barrica es un vino que ha sido fermentado en una barrica de madera en lugar de en una cuba de acero inoxidable. Esto caracteriza los rasgos finales del vino, ya que al haber sido fermentado en una barrica de roble donde ha estado mucho tiempo, parte de este aroma se queda impregnado.
El blanco crianza es el que ha tenido un proceso de elaboración más largo. Los vinos crianza pasan mínimo 24 meses en la fase de envejecimiento. Estos vinos permanecen madurando entre 6 y 12 meses en una barrica. Asimismo, tras ser embotellado debe conservarse la botella en posición horizontal dentro de un espacio sin luz y sin olores.
También podemos clasificar los vinos blancos según la variedad de uva con la que ha sido elaborado. Las principales variedades blancas son:
Chardonnay: Se de una variedad originaria de la región francesa de Borgoña. Muy utilizada también en la región de Champagne, para elaborar el espumoso homónimo.
Sauvignon blanc: Es una uva autóctona de Burdeos. Muy conocida por su variedad de sabores, desde los matices herbáceos hasta las notas de frutas ácidas.
Moscatel o Moscato: Su origen estás en las varias regiones de Italia y Austria. Con un sabor dulce y afrutado, y un aroma almizclado.
Pinot Grigio o Pinot Gris: Proviene de Italia, con un sabor ácido seco y con notas frutales.
Riesling: Se produce en su gran mayoría en Alemania, y es una variante más ligera del Chardonnay.
Gewürztraminer: Se cultiva en Alsacia y Alemania. Y se caracteriza por tener más cuerpo que otros vinos blancos., muchas notas tropicales y que pueden resultar algo dulzonas en nariz.
Albariño: Una variedad muy extendida en la D.O. Rías Baixas. Se trata de un vino blanco, amplio, seco, y muy ligero.
Macabeo o Viura: Esta variedad de uva otorga un delicado aroma y color amarillo con tonos verdes al vino. Es la variedad blanca más plantada en España.
Verdejo: Se trata de una uva blanca originaria de Rueda. Con ella se elaboran vinos muy aromáticos, con cuerpos suaves y acidez equilibrada.
Pero en los vinos blancos también hay que hacer distinciones según el contenido en azúcar de los mismos. De forma natural podemos encontrar azúcar en las uvas, y durante el proceso de fermentación parte de este se convierte en alcohol. Mientras tanto, otra parte permanece en estado líquido y como consecuencia forma parte de ese sabor dulzón del vino. Por lo tanto, hay que tener en cuenta esto para saber si queremos un vino blanco seco, semiseco, semidulce o dulce. Cada uno tiene unas características diferentes:
Vino blanco seco: Es el que menor cantidad de azúcar contiene, entrando dentro de esta clasificación aquellos que tienen menos de 5 gramos de azúcar por litro. Se trata de vinos que tienen una textura seca junto con un sabor fuerte. Este tipo de vino suele ser más ligero, con ciertas notas herbáceas y de madera. Para acompañar pescados blancos, marisco, carnes de ave y otras carnes blancas.
Vino blanco semiseco: En este caso, la cantidad de azúcar está entre 5 y 15 gramos por litro. Tiene muchas cualidades similares a los vinos blancos secos, pero son más melosos, con notas de fruta de hueso (melocotón, albaricoque) y pastelería. También se pueden combinar con mariscos, puesto que mantienen la ligereza y aromas de los vinos secos.
Vino blanco semidulce: Son los que acumulan una cantidad de azúcar comprendida entre los 30 y 50 gramos por cada litro. Al tener una textura mucho más suave que los anteriores, su aroma permanece más tiempo en la boca. Suele ser un vino que podemos combinar con pescados blancos y mariscos. No obstante, también es un buen acompañamiento para las carnes blancas.
Vino blanco dulce: Para que un vino blanco reciba el apelativo de vino dulce ha de contener más de 50 gramos de azúcar por litro. Se bebe a temperatura muy fría (entre 2 y 5 grados centígrados) y es uno de los más apreciados por los paladares más golosos. Ideal para postres y para media tarde con dulces de navidad.
Seguro que encontrará su blanco perfecto teniendo en cuenta estas indicaciones.
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