El agresor de Fuentes de Cesna se suicidó de un disparo tras apuñalar a su mujer
Violencia de género
El crimen se cometió entre las doce de la noche y las cinco de la mañana
Se trata del primer crimen machista que se registra este 2022 en Granada
Granada/El frío había antepuesto su particular olor al que dejaba el pan recién hecho con el que cada mañana se convivían los vecinos de Fuentes de Cesna, una pequeña pedanía que no llega a medio millar de habitantes de la localidad granadina de Algarinejo. Era mediodía y los coches de la Guardia Civil comenzaban a abandonar la calle Hornillo, donde el ambiente no podía ser más crudo y difícil. Habían pasado solo unas horas desde que la noticia helase, aún más, este pequeño pueblo limítrofe con la provincia de Córdoba. Mónica, su panadera, había sido asesinada esa misma mañana por Antonio, su marido, quien luego se quitó la vida de un disparo y había muchos que aún no daban crédito de ello. Esta localidad había sido testigo del primer crimen machista de Andalucía de este 2022, según confirmó a última hora de la tarde la delegación del Gobierno contra la violencia de género en su cuenta de Twitter.
Este martes 25 de enero aún no había amanecido cuando, como cada mañana, una empleada de la Panadería El Molino, la cual regentaban víctima y agresor, se dirigió hacia su centro de trabajo, ubicado en un bajo de la vivienda del matrimonio. Eran sobre las seis y cuarto cuando el revuelo comenzó a despertar a prácticamente la totalidad de vecinos de Las Fuentes -como se conoce a esta pedanía-, que no daban crédito a lo ocurrido, casi como ocurre en la gran mayoría de crímenes machistas.
La tele aún estaba encendida en el salón cuando la empleada de la panadería llegó a la vivienda. Había restos de sangre en el salón y en la cocina, situada en la primera planta, estaba Mónica, su jefa, tendida en el suelo sobre un charco de sangre con varias heridas por puñaladas. En otra habitación, en la planta superior, yacía Antonio, con un disparo en la cabeza, cuya bala habría salido de una escopeta que había junto a su cuerpo.
Fue entonces cuando se dio el primer aviso al centro coordinador de Emergencias 112 Andalucía, que no tardó en desplegar todo el dispositivo necesario ante lo ocurrido. Tan solo cinco minutos después, casi cuando la empleada aún estaba al teléfono, la Guardia Civil recibía el primer aviso y se desplazaba hasta la citada calle Hornillo. Poco después lo hacían también sanitarios activados por el 112. Pero ya no había nada que hacer. Ella tenía 50 años, él 48 y ambos dejaban dos hijos, de 20 y 27 años, que se encontraban en Granada capital cuando ocurrieron unos hechos ante los que no había indicios, ni nada por el estilo, al menos de forma oficial, pues no constaban denuncias previas entre ambos por violencia de género, ni tampoco ningún tipo de consulta por parte de la víctima.
Antonio había matado a la que era su mujer, al parecer con un arma blanca, según indicaron tanto la subdelegada del Gobierno en Granada, Inmaculada López Calahorro, como el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, y luego se había suicidado de un disparo en la cabeza valiéndose de una escopeta, arma que sobre las doce y media del mediodía, los agentes de la Policía Judicial sacaban del lugar del crimen. Todo ello habría ocurrido entre las doce de la noche y las cinco de la mañana, según se baraja en la investigación policial.
Mientras tanto, durante la jornada de este martes los agentes a cargo de la investigación continuaban con las pesquisas pertinentes para confirmar los detalles de lo ocurrido, así como la hora del crimen, a la par que numerosos representantes públicos se sumaban a la condena de los hechos y a clamar por una "mayor implicación de la sociedad", para evitar este tipo de crímenes.
Mónica es la segunda mujer cuya vida se lleva la violencia machista en lo que va de año en el país
, lacra que en los dos últimos meses ha arrebatado la vida de dos granadinas, pues el pasado diciembre Lorena fue asesinada en Granada capital a manos de su expareja. Sin embargo, la cifra asciende a 39 desde el año 2003.
Los años 2008, 2009 y 2010 dejaron en Granada dos mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas sentimentales en cada uno de estos años; en 2011 la cifra fue de tres; en 2012 y 2013 de una en cada uno, para volver a dos en los años 2014 y 2015 y también en 2017, después de haber bajado a una en 2016.
Tras ello se registró el que se mantiene como el año más negro para Granada, el 2018 en el que cinco víctimas de violencia de género fueron asesinadas, quedando después el 2019 con una y finalizando el 2020 con otras dos.
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